Una preguntilla de ciber-tribial internetero:
¿Quién es el tipo de la foto de la izquierda y qué inventó para Internet?
Vamos, vamos... No es tan difícil.
Probablemente sea uno de los inventos más populares de la red y, sin duda, ha trascendido más allá de ella hasta un uso casi cotidiano, gracias a las telecomunicaciones y los teléfonos móviles...
Hala. Ya no doy más pistas.
La respuesta, mañana a esta misma hora.
Que sí, de verdad, que lo he buscado.
Que este blog no tiene muchas visitas (ni prentende tenerlas) es algo que ya sabemos tú y yo pero, con las tonterías que digo ¿quién quieres que venga por aquí?
Al menos, a mí, no me preocupa demasiado.
Pero es que he mirado en los comentarios (que también son pocos, dicho sea de paso) Y nada, ahí no está.
Por el formulario de contacto tampoco ha pasado. Lo he mirado bién.
He mirado en los logs de accesos al servidor, y tampoco.
He registrado todas las tablas de la base de datos, incluso he mirado, a la desesperada, el código fuente del programa y las plantillas, solo para corroborar lo que ya sabía: Ahí tampoco está.
Y no me queda ya más que aceptar la cruda realidad:
El Tato tampoco ha venido a este blog.
Efectivamente, este fin de semana has sido bastante ajetreado.
Li, como todos los años por estas fechas, ha cumplido un año más. Lo hizo el sábado, para ser más concretos (aunque la celebración del evento fué el domingo).
El mismo sábado, y a modo de regalo, la llevé (por sorpresa y a traición) a unos baños árabes.
Estos consisten en un local saturado de vapor, donde vas cambiando entre varias pequeñas piscinas a distintas temperaturas (desde "bastante fría" a "jodidamente caliente"), y hay unos masajistas que se ocupan en manipular tu espalda de formas que se alternan entre lo indecentemente placentero y lo cruelmente sádico.
Después de esto, y por continuar con la cosa árabigo-andaluza, fuimos a una tetería a merendar en un ambiente relajado (por aprovechar la inercia de los baños).

La noche acabó cenando en una pequeña pizzería un poco kitsch y, después, una copita sentados en sillones de mimbre.
En resumen: Un sábado calmado, tranquilo y relajante sólo para nosotros dos. Parece que a Li le gustó su regalo.
El domingo, tal y como Li había previsto, nos reunimos un montón de amigos (aunque faltaron algunos) para celebrar una merienda. Cafés y tés de distintas clases y una montaña de pasteles, galletas y dulces.
Lo que Li no había previsto es que todo el mundo parecía tener bastante prisa, y se fueron marchando poco a poco y discretamente...
...Para reunirse en casa de otro amigo donde, cuando Li fué llevada con una prosaica escusa, le esperaba una fiesta sorpresa, con alcohol, papafritas y otras porquerías similares.

Parece que le hizo bastante ilusión.
Si, ya sé que te habrás dado cuenta, pero eso no le resta ni un ápice de solidez al hecho incuestionable de que, hoy, es viernes.
Los viernes son extraños y, como las personas, contradictorios.
Los viernes se termina la "puta semana", que es un subconjunto de la semana compuesto de cinco días laborables. Eso que es, en principio, motivo de gozo y alegría se transforma en desasosiego cuando te das cuenta de que tienes cinco días de fatiga sobre tus hombros. La noche del viernes el cuerpo te pide salir a tomar algo y ver a los amigos. La noche del viernes el cuerpo te dice que tires pa casa, que necesita dormir hasta el mediodía siguiente. Creo que es algo más sicológico que físico, pero ahí está.
Ahora mismo estoy enredado en la depuración de una maraña escrita en perl (que, como todo el mundo sabe, es read only), enfangado hasta require rs::rs_apl; las rodillas (y hundiéndome más) en un error estúpido (algo así como una variable que debería ir a parar a una base de datos pero que, en algún lugar del código, se pierde en el limbo). Seguro que es una tontería, pero mi cerebro se niega else {return 'no';} a funcionar coherentemente.
Y, mientras tanto, hay un tipo que me acosa con modificaciones menores para ese programa, cuando ni siquiera soy capaz de que funcione razonablemente...
Además, dos de mis compañeros de informática se han ido un par de días al SIMO, con lo que la plantilla del departamento se reduce a la mitad. Y esta es una oportunidad que aprovechan los usuarios para fastidiar con un poquito más de dedicación.
Usuario1: La red no funciona, no puedo imprimir por el ordenador de Usuario2.
Psicobyte: ¿Puedes ver su ordenador desde el tuyo?
$_[0]=~ s{(\d\d\d\d)(\d\d)(\d\d)}{$3/$2/$1};
Usuario1: Claro, su mesa está justo al lado de la mía.
Vale. es una simple tontería, y problablemente el error esté en mi nefasta elección de las palabras, pero hay días que no estás para chistes.
Y yo, mientras, estoy intentando averiguar porqué escribí if ($_[0]!~ /[\/,\\,:,\,, ]/ && $_[0]=~/\w@\w/ && $a=~ s/@/@/g ==1){return 'si';}. (Ah, si. Es para validar cuentas de correo)
Psicobyte: No, no sé de qué fecha es la actualización del programa de tarificación que Informático-Ausente1 te envió el mes pasado.
Usuario3: Informático-Ausente1 me dijo que era de Noviembre.
Psicobyte: Entonces, será de Noviebre.
foreach $key (split /\//, $_[1]){
Usuario3: Pero en el programa pone que que es de Ocutbre.
Psicobyte: Entonces, será de Octubre.
if ($key eq $dato){return 'si';}
Usuario3: Pero me dijo que era de Noviembre.
Psicobyte: No te preocupes, Informático-Ausente1 os mandó a todos la misma actualización, y él se ocupa de mandaros la última versión que le pasan. Si has instalado la última que te envió, tienes la que necesitas.
}
Ya, para ellos es importante asegurarse de que tienen las herramientas correctas pero, despues de un més ¿Por qué empieza a preocuparse preciamente hoy? ¿Por qué un viernes? ¿Por qué a mí?
Si yo
if ($tipodato{$EstaFase[$inc]}=~ /^op:/){
lo que
$valor=$tipodato{$EstaFase[$inc]};
quiero es
$valor=~ s/^op://;
irme a
$ResulTest= &TestOpcion($input{$EstaFase[$inc]},$valor);
mi casa
}
.

Ya ha llegado la esperada Firefox 1.0.
Solo hay que descargar, instalar y navegar.
El último en instalarsela es un Redmonita.