En España seguimos a la gresca con el tema de los caladeros de anchoas: Los pescadores españoles pretenden un paro biológico (es tarde, muy tarde, chicos) con la esperanza de que se recuepere la población.
Precisamente, por la cosa de evitar la sobrepesca, existen instituciones reguladoras que establecen una cuotas. La idea es que se limite la pesca a una cantidad que permita que las poblaciones se recuperen. Lo malo (sobre todo para los peces) es que, al establecer estas cuotas, influyen (y mucho) condicionante económicos y políticos. El resultado es que, para el ejemplo de las anchoas, el límite de pesca está por encima de las posibilidades reales: Están autorizados a pescar más de lo que lo caladeros pueden dar de sí. Como comprenderás, con cuotas así es como si no las hubiera.
La prueba está en los índices de pesca: Seguimos pescando la misma cantidad (en toneladas) o más que antes, pero cada vez lo hacemos de especies que están "mas abajo" en la pirámide trófica. Es un tema aún más serio de lo que parece.
Supongo que, en general, estoy bastante "sensibilizado" con lo jodidos qie tenemos los océanos: Después de todo, el mar que tengo más cerca es un sobreexplotado vertedero colectivo al que llamamos Mediterráneo. Es porbable que en unos años solo lo recordemos por las canciones de Serrat.
Las anchoas lo están pasando crudo en algunas zonas, pero aún aguantan, aunque hay bichos en el mar que lo tienen más grave.
Las ballenas, que son como una especie de bandera en esto del conservacionismo, estuvieron a punto de pasar a la historia. Por fortuna, una serie de moratorias en su pesca han hecho que, aunque reducidas, sus poblaciones hayan logrado sobrevivir.
Pero ahora resulta que Corea del Sur, que participaba en esa moratoria, ha decidido que ya es suficiente, y que va a empezar a pescar a esos bichos otra vez. Algo así opinó también Japón hace tiempo.
El caso es que el próximo 19 de junio, la Comisión Ballenera Internacional (IWC) se reunirá en la ciudad de Ulsan (Corea del Sur), para discutir qué van a hacer con las ballenas. Japón impulsa la vuelta a la pesca, y Corea del Sur parece que quiere seguir esta misma línea.
Naturalemnte, ecologistas de todo el mundo piensan manifestarse allí y preparan todo tipo de protestas. Pero Corea del Sur está lo bastante lejos como para que tú o yo podamos desplazarnos hasta allí, de modo que Greenpeace ha convocado una especie de "marcha virtual" con el lema "No a la caza de ballenas".
La idea es que vayas a la página que tiene preparada a tal efecto, te descargues e imprimas una de las "pancartas" que tienen, te hagas una foto con ella (no debe pesar más de 200 Kb), y se la mandes a través de esa misma web.
Posteriormente, ellos se ocuparán de que todas las fotos que han recibido sean proyectadas sobre la fachada del edificio donde se celebra la reunión.
A mí me ha parecido una muy buena idea.
Aunque solo sea virtualmente, el 19 de junio yo también estaré en Ulsan. Estás invitado a venir.

Pues no, yo no me presento. Debo ser de los pocos del bloguerío hispano que no están en la lista de los dichosos premios de 20 Minutos. Y no, no es por ningún royo elitista de "estoy por encima de eso" ni nada por el estilo: Es que, para presentarse a esas cosas, hay que registrarse y rellenar formularios y darse todo ese trabajo.
El que sí se presenta es el Ark. Y como tengo la esperanza de que, si sale con algún puesto decente en alguna categoría, le dé por invitar a unas cervezas para celebrarlo, he decidido poner mi poquita de promoción, a ver si le subimos los votos.
Así que ya sabes: A votar a Arkangel.
Que sí, que se lo merece, que el Arkangel tiene un blog muy currado.
Y, cuando lo conoces, no es tan mala gente.
Además, si lees su post, verás que se está rebajando hasta el punto de usar "técnicas de márketing pelín agresivas" (sic).
Alguien que arrastra su dignidad por el fango hasta ese punto merece un poco de piedad. Así que a votarle.
Que os conozco, ladinos, y os veo venir: Que estoy de broma. No intenteis pelearme con Arkangel.
Pero, eso sí: VOTA ARKANGEL.
Por cierto, ya que estoy metido en vereda: Que el Ark es muy guapo, y es un muchacho limpio y decente, y de buena familia. Y no tiene novia.
¿Cómo publíco yo y cómo me comentas tú?
Pues más o menos así (Haz click en la imagen para verla más grande):
La coordenada vertical son los post publicados (por orden de publicacón). En la horizontal, el tiempo.
Cada puntito blanco representa la publicación de un post (en realidad, por cuestiones de presentación, están representados el día antes de su publicación real). Los puntitos que van del verde al rojo son comentarios para el post correspondiente (El rojo es un solo comentario en ese día, el verde indica diez o más comentarios, y los tonos intermedios se corresponden con el número que viene indicado abajo a la izquierda del gráfico).
La ventaja de programarte tu propio CMS es que puedes trastear con él todo lo que quieras, y sacar estadísticas con las que responder a cosas que más o menos ya sabías, pero que quedan mucho más bonitas y vistosas.
De la estructura del gráfico se pueden extraer algunas conclusiones (las observaciones siguientes son todas "a ojo").
La sucesión de posts sigue en cada momento una pendiente que da una idea de mi ritmo de publicación: Cuanto más pronunciada sea en un tramo determinado, más a menudo habré publicado en ese periodo. En el caso ideal de que yo publicase un post diario, la pendiente debería tener 45º de inclinación.
Mi suave pendiente es un claro indicador de qie soy bastante poco activo en lo que se refiere a actualizar esto. O sea, que me lo tomo con calma.
Un evidente hueco entre Agosto y Septiembre del año pasado muestra muy a las claras que, mientras estuve de vacaciones, pasé olímpicamente de publicar nada. El descanso es el descanso. Hay que decir que tú tampoco comentaste en ese periodo.
Otra cosa notable es que los post suelen tener un breve periodo de actividad (de un par de días) justo tras su publicación, durante el cuál reciben comentarios. Normalmente, pasado este periodo, los comentarios brillan por su ausencia o, cuando menos, se hacen mucho más esporádicos.
En estos casos se dá a menudo una especie de efecto "cebo": Un comentario en un post que permanecía silencioso atrae a otros comentarios. Supongo que esto es debido en parte a que aparece en la lista de los "últimos comentarios" y a que la opinión de alguien sugiere respuestas a otros.
otra de las cosas que saltan a la vista es que hay cierto post que ha mantenido la actividad a buén ritmo desde su inicio hace casi siete meses (se ve como una sucesión bastante conspicua de comentarios). Y es que hay temas que no parence pasar de moda.
También hay otro a principios de abril de este año que comienza como un post bastante normalito y que posteriormente sufre una incremento disparatado de comentarios durante tres días (la manchita verde que lo indica es bastante notable). Ya hablé de este tema en un artículo bastante frustrado.
Sí es más sorprendente esa nubecilla dispersa arriba a la derecha: Apróximandamente desde noviembre pasado este blog recibe comentarios a artículos antiguos que estaban casi en el olvido. Puede ser un artefacto de la gráfica: Antes, el blog era joven, y no había "posts antiguos", unido a la "pausa vacacional", pude dar una falsa impresión visual. En cualquier caso, sí parece percibirse un aumento global de los comentarios (parece razonable: hay mas post que comentar).
hay muchos más detalles curiosos (como, por ejemplo, que escribo los posts en "series" y que descanso los fines de senana, lo que dá un cierto aspecto "ondulado" a la gráfica), pero te dejo a tí, si te apetece, que hagas todas las deducciones que quieras (Seguro que con algo de matemáticas salen cosas muy interesantes, pero no parece que esta tontería merezca el esfuerzo).
Como ejercicio de agudeza te dejo esta cuestión, a ver si eres capaz de dar con la respuesta (no es difícil):
Hay, al parecer, un pequeño error en mi base de datos, que hace que en esta gráfica haya un dato imposible. ¿Puedes ver cuál es?
Como prometí ayer en la primera parte de este post, aquí tienes la continuación:
Brno, 1965. Arrojada en un jardín, abandonada y olvidada, yace una estatuta.
Se trata de la misma estatua de Mendel que cincuenta años antes presidía orgullosa la Mendlovo námestí.
La razón de que en 1965 su estatua yazca abandonada es que Mendel ha sido considerado por las autoridades de todo el mundo soviético como anticomunista y contrario a los intereses del proletariado. No en su calidad de monje ni por causa de su ideario político o moral, sino como científico.
En 1929, en la prácticamente recién nacida Unión Soviética, un ingeniero agrónomo ucraniano llamado Trofim Denisovich Lysenko estaba "revolucionando" la biología. Sus éxitos con la vernalización (Un proceso que permite acelerar el madurado de algunas plantas haciendolas pasar por un periodo de frío), le habían aportado cierto renombre. Y él supo aprovechar ese renombre.
Eran malos tiempos: El hambre y las malas cosechas nunca habían sido raros en el campo ruso, pero la revolución y sus consiguientes movilizaciones y luchas habían empeorado la situación. Lysenko aprovechó esa especie de desconfianza en los científicos "¿Por qué no han hecho nada por nosotros?". Los científicos no ofrecían soluciones al hambre, pero los éxitos con la vernalización de Lysenko prometían un futuro mejor.
Lysenko era una especie de "neolamarkianio": Pensaba que los carcteres adquiridos durante la vida de un individuo se transmitía a su descendencia, y que unas especies podían cambiar espontáneamente a otras (trigo a centeno, era el ejemplo más típico).
Para Lysenko, el Darwinismo y la genética eran, "ciencia burguesa" que había que erradicar, costruyendo una nueva biología acorde con los principios del proletariado. La suya, claro.
A menudo, tendemos a juzgar injustamente los conocimientos de nuestros antepasados por los baremos actuales, con lo que percibimos una imagen falseada, porque sabemos cosas que ellos no sabían, y nos preguntamos ¿Como podían ser tan tontos?
Pero este no es el caso: Lysenko, para su época y en su contexto histórico, era un absoluto ignorante.
La biología rusa de esa época estaba al mismo nivel de occidente, de modo que no es de extrañar que despreciaran a Lysenko y sus planteamientos.
Pero Trofim Denisovich Lysenko contaba con un as en la manga, y no era precisamente un argumento científico.
Más versado en las artes de la política que en biología, sabía moverse en el ambiente del politburó, y tenía el apoyo de Joseph Stalin.
En 1938, el dictador puso a Lysenko en la presidencia de la "Academia de Ciencias Agrícolas" y del "Instituto de Biología", destituyendo a Nikolai Ivanovich Vavilov, el anterior presidente y un hombre incomparablemente más capaz.
En una retorcia parodia del jucio a Galileo, se le exigió a Vavilov que se retractara de sus ideas afines a Darwin y Mendel. Vavilov se negó con las palabras "Iremos a la hoguera, pero no renunciaremos a nuestras convicciones.". Esto significó su perdición. En una parodia de juicio se le condenó por "espionaje" y fué deportado a Siberia, donde murió.
Vavilov no fué el único. Lysenko impidió la enseñanza de Darwin, Mendel y cualquiera que siguiese sus tesis, la publicación de trabajos y la investigación. En una brutal serie de purgas y depurtaciones, envió a sus oponentes científicos a Siberia y, aveces, a la muerte.
En la Unión Soviética y los países de su entorno la biología era Lisenkoista o no era nada.
Y esto nos lleva, otra vez, a la estatua de Mendel.
Al ser nuestro abad un autor "burgés", "contrario al materialismo dialéctico", prohibido y repudiado, las autoridades políticas ordenaron la retirada y destrucción de la estatua. Afortunadamente, quitaron la estatua, pero no la destruyeron. Me gustaría pensar que fué por algún acto deliberado en favor de la memoria de Mendel, pero sospecho que, en ralidad, la estatua se salvó por la simple dejadez de los encargados de cumplir la orden.
Si anteriormente Mendel había sido olvidado por razones científicas, esta vez eran solo política e ideología lo que le condenaban.
Los resultado para la ciencia soviética fueron desastrosos. Mientras que los avances, por ejemplo, en química o física fueron a la par con occidente, las ciencias biológicas se estancaron en un callejón inútil del que no podía surgir nada.
Sin Mendel y sin Darwin, la biología soviética no existía.
Pero la posición de Lysenko estaba basada en la fuerza, y no en las ideas. Cuando,en 1953, murió Stalin, Lysenko perdió su apoyo y cayó en desgracia. Aunque el daño ya estaba hecho, la era del Lysenkoismo había terminado.
Sin embargo, su influencia aún duraría, y no fué hasta 1965, en el primer centenario del la publicación del trabajo de Mendel (y gracias en buena medida a las presiones de científicos extranjeros), cuando su memoria fué recuperada oficialmente.
Se organizó una gran conferencia internacional sobre genética en el teatro Janacek de Brno, el obispo de Brno dió una solemne misa en su honor (algo sorprendente, dado el rechazo de las autoridades a las exhibiciones religosas públicas) en la catedral de San Pedro y Pablo, y la estatua fué recuperada de su abandono.
En el monasterio de Santo Tomás, donde Mendel vivió y trabajó, se ubicó un museo en su honor, el Mendelovo muzeum - Muzeum Genetiky.
En el jardín de la abadía se puede visitar la estatua de Mendel que, con la barbilla alta y el gesto relajado de la sabiduría, mira al frente, quizás recordando el pasado, quizás aguardando el futuro.
A sus piés nacen, crecen y se cruzan las plantas de Pisum sativum, los guisantes de Mendel.
Otra vez pongo los agradecimientos, y otra vez lo hago de todo corazón:
Quiero expresar mi agradecimiento por la colaboración del Mendelovo muzeum - Muzeum Genetiky que, generosamente, dedicó parte de su tiempo a responder por correo electrónico a mis absurdas cuestiones (del tipo "¿Quién es el autor de la estatua que teneis en el jardín?").
Y sobre todo agradezco, con todo el cariño, a mi amiga I.L de Praga, que se pusiera en contacto con dicho museo y actuara de traductora e intérprete (porque, como supondrás, no tengo ni idea de checo).
Sin estas ayudas, probablemente no habría escrito este post.
En Brno (República Checa), en el edificio de la abadía de Santo Tomás, se encuentra el Muzeum Genetiky y, en su jardín, una estatua.
La efigie representa a un hombre maduro, vestido con hábito monacal (Agustino, por más señas), que mira al frente con la barbilla alta y el gesto relajado de la sabiduría.
Ese hombre es Johan Gregor Mendel.
La historia de esa estatua tiene bastante de simbólico. Permíteme que la use para hablarte del hombre al que representa y, por el camino, sobre la buena y la mala ciencia. El paseo será un poco largo, pero creo que es bastante interesante.
Para comenzar esta historia, vamos a mirar hacia el pasado, a 1865, en esa misma ciudad de Brno (que entonces se llamaba Brünn y pertenecía a Austria).
Gregor Mendel pasea por el jardín del monasterio donde vive y trabaja, observando con atención las plantas de guisante (Pisum sativum) que ha cultivado en él y tomando notas sobre ellas. Durante varios años, esa pequeña plantación ha sido su experimento.
Mendel hace poco que ha presentado ante la Sociedad de Ciencias Naturales de Brno los resultados de sus experimentos, que han tenido una buena acogida. En ellos describe el modo en que los caracteres pasan de padres a hijos. Ha empleado mucho tiempo en esa investigación. Y muchas plantas, trabajo y cuidados. Y, sobre todo, muchas matemáticas.
Primero tuvo que seleccionar cuidadosamente cepas puras para, con ellas, llevar a cabo una serie de cruzamientos, clasificar y contar la descendencia de estos, y calcular con estos datos cómo funciona la herencia de los caracteres.
De sus cálculos, Mendel dedujo sus famosas tres leyes que, esquemáticamente, consisten en lo siguiente:
Las leyes de Mendel representaban la culminación a un debate de siglos: ¿Los rasgos hereditarios se "diluyen" a través de las generaciones? ¿Los de los padres se mezclan en los hijos? ¿Podían permanecer oculto un rasgo durante varias generaciones y luego aparecer de nuevo?
Mendel daba respuesta a estas preguntas y, de paso, ponía la que sería la primera piedra de la moderna genética.
La historia siguiente, innumerables veces repetida, es ampliamente conocida:
Mendel chocó con la incomprensión de su época ya nadie le hizo caso: Un modesto fraile de Brno no era digno de codearse con la élite científica mundial, y sus experimentos y conclusiones fueron condenadas al olvido. Fué un adelantado a su época, pagó por ello con el olvido, y murió siendo un desconocido.
Hasta que, en 1900, los científicos Hugo de Vries, Carl Correns y Eric von Tschermak "redescubrieron" las leyes y, buscando entre la biografía publicada, encontraron el olvidado artículo de Mendel.
Esto me recuerda a los inigualables "Les Luthiers", cuando cuentan la historia de Don Rodrigo Diaz de Carrera, que fundó Caracas...
En pleno centro de Caracas.
"¡Que ya estaba fundada!"
Con proverbial caballerosidad científica, Vries, Correns y Tschermak admitieron la prioridad del difunto monje, que fué rescatado así del anonimato.
La verdad es que la historia tiene "gancho". Al fín y al cabo, los hombres somos unos románticos, y la leyenda del genio incomprendido a quién ningunean los "sabios", muerto en el anonimato para resurgir plenamente reconocido posteriormente, es una tentación demasiado fuerte. Supongo que, por eso, todas las versones tradicionales de este mito van más o menos en esa línea.
Pero, claro, tú que eres de mente preclara y me conoces, ya te habrás imaginado que ahora es cuando yo digo eso de "Pero no fué exactamente así". Acertaste.
Como he comentado al principio, cuando Mendel presentó sus experimentos en la Sociedad de Ciencias Naturales de Brno obtubo una buena acogida. Al año siguiente de esto, su trabajo fué publicado en la revista de la institución que, si bién no tenía demasiada difusión, sí llegó a manos de naturalistas de su época.
Pero las cosas no iban a ser tán fáciles, sobre todo porque las tres leyes de Mendel no son exactamente ciertas.
En particular, la tercera ley, que dice que "los caracteres hereditarios se transmiten independientemente unos de otros", falla.
Como sabemos huy día (pero Mendel no podía saber) los genes se agrupan en cromosomas. Aunque en la meiosis existe una fase en la que se recombinan los cromososmas (entrecruzamiento), en general los que están en un mismo gen se transmiten juntos, lo que dá al traste con la tercera ley.
Por otro lado, Mendel no definió demasiado lo que es un "caracter heredable" y, además, hay muchos caracteres que dependen de varios genes (por ejemplo, el color de la piel humana), para los que las proporciones de Mendel, tal como él las enunció, no son válidas.
Esto es importante y representa un problema más serio de lo que parece: El que, precisamente, caractéres tan "socialmente relevantes" (y entonces aún más que ahora) y tan conspicuos como el color de piel o los rasgos faciales parecieran contradecir sus leyes fué un serio problema.
Pero aún había más.
A pesar de los obstáculos mencionados, Mendel estuvo en contacto epistolar con Carl von Nägeli, una de las principales autoridades en botánica de su época, que se interesó por su trabajo.
Nägeli era una figura respetada y ,si hubiese dado su apoyo al monje, jamás se habría olvidado su trabajo y la historia hubiese sido muy distinta.
Y aquí viene el meollo de la historia.
Nägeli estaba en ese momento trabajando con plantas del género Hieracium, y le sugirió a Mendel que repitiera sus experiementos con ellas.
Mendel lo hizo así, y los reultados fueron desesperanzadores: Mendel había seguido el mismo método riguroso que con sus guisantes, pero Hieracium le desilusionó: No cumplía sus leyes (En concreto, se saltaba la segunda o "de segregación"). En 1868 Mendel publicó sus trabajos con Hieracium, dando cuenta de las diferencias entre sus resultados y los esperados.
No podemos sabwer qué habría ocurrido si Mendel hubiese seguido experimentando con otras plantas, pero podemos suponer que la historia habría sido muy distinta, porque Hieracium es una excepción: Este género tiene la peculiaridad de que puede reproducirse, además de sexualmente, por partenogénesis (¿recuerdas el post del otro día sobre el sexo en la naturaleza?), pero eso Mendel no podía saberlo. Muchas de las plantas que Mendel creía descendientes de dos progenitores, en realidad eran hijas de solo uno de ellos.
Además, el año anterior Mendel acababa de ser elegido abad de su monasterio, y eso le cargó de montañas de trabajo que le impedían dedicarse a la botánica con la misma intensidad que antes.
A partir de entonces, Mendel solo publicó un par de trabajos (de caracter local y nada sobresalientes) de climatología, por lo visto fué un buén abad, y murió (dicen que, en parte, a causa del esfuerzo que requirieron sus investigaciones con Hieracium), prácticamente olvidado, el 6 de enero de 1884.
Pero en en el año 1900 las cosas iban a ser distintas.
Las técnicas de preparado, observación y microscopía habían avanzado tremendamente desde los tiempos de Mendel, había muchos más datos disponibles, los científicos habían observado los cromosomas , y algunos tenían sospechas de que tenían algo que ver con la herencia.
"El campo estaba abonado", como suele decirse, hasta tal punto que tres personas (los mencionados de Vries, Correns y Tschermak), simultáneamente pero de forma independiente, llegaron a las mismas conclusionoes que Mendel.
Y el resto de la historia, más o menos, ya te lo he contado antes.
En 1910 y gracias a la donación voluntaria de biólogos de todo el mundo, se erigió la estatua (del escultor Theodor Charlemont) de la que hablaba al principio de este post.
No me malinterpretes: Nada más lejos de mi intención que quitarle mérito al abad de Brno. Su intuición genial, su paciente trabajo y sus experimentos rigurosos le llevaron a unas conclusiones que solo se "redescubrirían" cincuenta años más tarde y con más datos y medios más avanzados. Pero Mendel no fué, como dice la versión romántica, presa de los prejuicios elitistas de sus coetáneos.
Curiosamente, aquellos que negaron a Mendel se equivocaron, pero por las razones correctas.
Desde la plaza a la que se dió su nombre (Mendlovo námestí), Mendel miraba orgulloso al mundo que antes le había olvidado.
Pero no habían acabado las tribulaciones del pobre abad. Porque, al menos en su propia tierra, Mendel estaba condenado a ser olvidado de nuevo. Y esta vez las razones del olvido serían mucho más estúpidas.
Pero eso te lo contaré mañana.
Es la primera vez que tengo que poner agradecimientos en un post, y lo hago de todo corazón:
Quiero expresar mi agradecimiento por la colaboración del Mendelovo muzeum - Muzeum Genetiky que, generosamente, dedicó parte de su tiempo a responder por correo electrónico a mis absurdas cuestiones (del tipo "¿Quién es el autor de la estatua que teneis en el jardín?").
Y sobre todo agradezco, con todo el cariño, a mi amiga I.L de Praga, que se pusiera en contacto con dicho museo y actuara de traductora e intérprete (porque, como supondrás, no tengo ni idea de checo).
Sin estas ayudas, probablemente no habría escrito este post.