He aquà el misterio inmanente que es revelado: Todas las cosas que pueblan el cosmos están comunicadas en el Tao de una forma preciosa y ordenada.
Cada individualidad, concreta en su esencia, forma una red universal con todas las demás por medio de los Siete Chakras del Osi.
Es de la unión mÃstica de los Chakras del Osi de donde nace la sagrada comunicación.
Lee y conoce, pues el Chakra FÃsico ha de unirse al Chakra FÃsico. Asà está escrito.
Lee y conoce, pues es entonces cuando el Chakra de Enlace ha de unirse al Chakra de Enlace. Asà está escrito.
Lee y conoce, pues es entonces cuando el Chakra de Red ha de unirse al Chakra de Red. Asà está escrito.
Lee y conoce, pues es entonces cuando el Chakra de Transporte ha de unirse al Chakra de Transporte. Asà está escrito.
Lee y conoce, pues es entonces cuando el Chakra de Sesión ha de unirse al Chakra de Sesión. Asà está escrito.
Lee y conoce, pues es entonces cuando el Chakra de Presentación ha de unirse al Chakra de Presentación. Asà está escrito.
Lee y conoce, pues es entonces cuando el Chakra de Aplicación ha de unirse al Chakra de Aplicación. Asà está escrito.
Y solo entonces será la Auténtica Unión.
(ExtraÃdo del Tercer Libro Sagrado de I-Tso de Osi.)
Un anochecer, estaba el Maestro Programador recogido en silenciosa meditación, mientras bebÃa cerveza de arroz y contemplaba las aguas del lago Han-Tzu.
Entonces, un aprendiz, azorado y con la preocupación en el rotro, se llegó ante el Maestro Programador y dijo asÃ:
Mi Sabio Maestro. Estoy preocupado. He de trabajar para los CientÃficos en un programa de AstronomÃa que calculará las posiciones de los cuerpos celestes y las fases de la luna. Me han dado las fórmulas y los cálculos, y mi programa deberá aplicarlos para mostrar la armonÃa de los cielos.
A lo que el Mestro Programador respondió:
Joven Aprendiz: Ese es un hermoso trabajo. ¿Porqué habrÃa de causarte preocupación? No veo nada en ello que deba asustarte.
RespondÃo el aprendiz:
Noble y respetado Maestro Programador: Yo no conozco los planetas, ni las estrellas. Y las fases de la luna son un misterio a mi saber. Es eso lo que me Asusta.
El Mestro Programador sonrió paternalmente, guardó silencio unos segundos, y respondió a su aprendiz:
Mira, mi inteligente aunque algo ignorante aprendiz: Contempla cómo la tranquila superficie del lago refleja nÃtidamente la cristalina imagen de la luna. Observa cómo cada estrella en el cielo tiene una hermana idéntica titilando sobre las oscuras aguas.
¿Sabe acaso el lago que debe reflejar la luz de los cielos?
¿Posee el lago los secretos de los Astrónomos?
¿Conoce las órbitas de los planetas?
No, joven programador. El lago, junto con el cielo, es uno con el Tao.
No te preguntes qué está calculando tu programa. solo escrÃbelo de modo que lo haga de la forma perfecta y en completa armonÃa con el Tao, y el programa será el perfecto reflejo de los cielos.
Un joven programador se dirigió a su gerente y le habló con estas palabras:
"Mi trabajo es difÃcil y mi sueldo pequeño.
Mis horas pasan ante el ordenador y yo sigo escribiendo código.
Los programas que escribo invaden mis pensamientos y se infiltran en mi sueños. ¡No me gusta mi trabajo!"
El gerente contempló el rostro cansado del programador y se apiadó de él, por lo que respondió:
"Tienes razón. Te daré otro empleo.
En él no tendrás que programar nunca más, y el código no inundará tu sueño.
El ordenador yacerá silencioso y alejado de tÃ, y tú no trabajarás con él.
Medita mis palabras y, si es tu decisión, presentate al atardecer ante mà y te llevaré a tu nuevo puesto."
La tarde llegó y el gerente esperaba tras su mesa, pero el programador no llegaba.
Anocheció, y la luna contempló al gerente que seguÃa esperando.
Era bién avanzada la noche mientras el gerente se disponÃa a marcharse, cuando vió una habitación iluminada.
Se dirigió a ella y, por la puerta entreabierta pudo ver al programador.
Estaba sentado ante su ordenador, programando.
Y sonreÃa mientras escribÃa el código.
Hsi Kuo Pai
En un comentario a esta misma sección, Arkangel nos ha regalado a todos este texto claramente inspirado por el Tao.
Se nota cuando leemos a un Maestro Programador:
Los cinco interfaces ciegan el ojo del programador.
Los cinco lenguajes de programación ensordecen el oÃdo del programador.
Las cinco corporaciones deterioran la capacidad de discernir del programador.
La programación rápida orientada a la gestión enloquece la mente del programador.
El dinero a cambio del Programa
incita al programador al mal.
Por eso, el maestro programador
alimenta lo interno y no lo externo.
Excluye lo uno y acoge lo otro.
(Arkangel)
Un anciano maestro fué llamado al palacio del emperador para escribir un difÃcil programa.
Cuando el maestro hubo mostrado su obra al emperador, este le preguntó admirado:
"Maestro programador. Has tenÃdo éxito donde otros fracasaron.
Tu programa es simple en su uso y poderoso en su eficiencia. Carece de errores y es útil e intuitivo. ¿Cómo lo has logrado?"
A lo que el maestro respondió:
"Mi señor, yo solo escribà el programa en el Tao:
Primero necesitaba Forma, y le dà las Bases de Datos.
Luego necesitaba EspÃritu, y le añadà Subrutinas.
Despues necesitaba Movimiento, y le agregé las Sentencias de Control.
Y al final necesitaba Rostro, y le construà un Interfaz de Usuario.
De este modo solo fuà dandole al programa lo que necesitaba, y el programa se escribió a sà mismo."
Hsi Kuo Pai