Una mujer norteamericana que, bajo hipnosis recordó detalles increibles de una anterior reeencarnación. todo el mundo lo sabe.
Las leyendas urbanas son esas historias que todo el mundo conoce, que forman parte del acervo cultural y que, además, son falsas.
Ya hice una vez una pequeña selección de mis propios mitos indemostrados, pero la lista es infinita.
La hipnosis, por ejemplo, es una de esas cosas que valen para todo. Desde dejar de fumar hasta aprender inglés es fácil gracias al poder de magos de salón, sacerdotes nueva era y psicólogos metidos a mesmeristas.
En concreto, la hinosis parece haberse revelado como la herramienta definitiva para recordar cosas olvidadas. Dificilmente saldrá el tema de la hipnosis regresiva sin que alguien mencione, sin el menor asomo de duda que está cientÃficamente comprobado.
Bajo la hipnosos regresiva la gente consigue recordar detalles mÃnimos, como el color de ojos de la tercera persona con la que te cruzaste al bajar del autobús el dÃa anterior a tu último cumpleaños. Incluso recuperan recuerdos de su infancia o, llegando casi al lÃmite, de la vida en el útero materno. Su poder parece ilimitado.
Más aún: Sujetos bajo hipnosis han logrado recordar vidas anteriores, siendo esta la prueba más espectacular de la reencarnación.
La lógica del asunto es cristalina:
podemos recordar el pasado, aunque a menudo olvidamos cosas.
Bajo hipnosis, podemos recordar cosas olvidadas hace mucho tiempo.
Se puede hacer a un hipnotizado retroceder en el tiempo, y recordar incluso la vida en el útero.
Sujetos bajo hipnosis han retrocedido aún más, recordando vidas pasadas.
Luego la reencarnación existe.
Y todo esto está cientÃficamente demostrado.
Pero ¿Alguien se ha molestado en investigar cientÃficamente ese supuesto poder de la dichosa hipnosis regresiva?
Para empezar, deberÃamos ver cómo funciona nuestro cerebro a la hora de recordar algo.
Seguramente esta mañana te has despertado, incorporado en la cama, y te has puesto tus zapatillas. Detente un momento en la lectura de este post e intenta recordar cómo ha sido esa escena.
...
¿Aún no?
...
Vamos, despues de todo ha sido esta misma mañana.
...
Bién. ¿Qué has recordado?
¿Ha sido algo parecido a una imagen del techo o el despertador al abrir los ojos, seguida de un primer plano de tus manos al alzar las sábanas y la visión de tus piés que buscan las zapatillas?
¿O más bién te has visto a tà mismo, como si fueras una tercera persona, mientras hacÃas todas estas cosas?
Si tu caso es el segundo (como es lo normal), deberÃas ahora planteartelo: No has podido verte a tà mismo. Lo que recuerdas no es lo que has visto.
Desde hace mucho sabemos que la memoria es una tramposa, y nuestra mente una traidora. Recordar no es un mero acto pasivo de traer una imagen de una escena pasada, sino una tarea activa, en la que tu mente reconstruye la escena. Y puede agregar, sustraer o modificar detalles. No es como reproducir un vÃdeo, es como contratar actores para volver a representar la pelÃcula.
Desde los setenta, la psicóloga Elizabeth F. Loftus ha estado llevando a cabo una serie de experimentos en los que ha demostrado que la información adicional modifica el recuerdo. Según relata una de sus primeras experiencias:
[...] participants viewed a simulated automobile accident at an intersection with a stop sign. After the viewing, half the participants received a suggestion that the traffic sign was a yield sign. When asked later what traffic sign they remembered seeing at the intersection, those who had been given the suggestion tended to claim that they had seen a yield sign. Those who had not received the phony information were much more accurate in their recall of the traffic sign.
Que, traducido, dice:
[...] los participantes veÃan un accidente automovilÃstico simulado en un cruce con un STOP. Después de la proyección, la mitad de los participantes recibieron una sugerencia de que el signo de tráfico era un "siga". Cuando posteriormente se les preguntó acerca de qué señal recordaban haber visto en el cruce, los que habÃan recibido la sugerencia tendÃan a afirmar que habÃan visto una señal de "siga". Aquéllos que no habÃan recibido la información errónea fueron mucho más precisos en su recuerdo de la señal.
En otros experimentos Loftus pudo implnatar recuerdos de acontecimientos que ni siquiera habÃan ocurrido (como perderse de niño en unos grandes almacenes).
Loftus llamó a este efecto (que ya es un clásico de la psicologÃa) "SÃndrome del falso recuerdo".
La hinosis es un procedimiento por el cual se hace a una persona concentrarse y entrar en un estado de relajación con alta susceptibilidad a la sugestión. Es una técnica que, desde Freud, ha sido usado (y abusado) por los psicólogos de todas las épocas. Es por tanto natural que haya una inmensa bibliografÃa al respecto. Lo malo es que esta bibliografÃa no apoya para nada la hipótesis del "recuerdo mejorado". Muy al contrario, la desmiente taxativamente. He aquà algunos ejemplos:
McConkey y Sheehan demostraron que la hipnosis no aumentaba la capacidad de recordar, pero que sà aumentaba la confianza en el recuerdo. Es decir, que el recuerdo no es más fiable, pero el hipnotizado cree que sÃ. Además, otros experimentos dieron como resultado que los efectos de la hipnosis varÃan en función de las espectativas del sujeto: Si cree que le ayudará a recordar, recordará (pero no por ello será un recuerdo más fiable). Si cree que le paralizará, se sentirá paralizado.
El psicólogo Nicholas Spanos demostró que la hipnosis es un proceso relaccional entre el hinotizador y el hipnotizado, en el que el segundo tarata de captar y cumplir las espectativas del primero, de modo que el resultado es, en cierto modo, consensuado entre ambos.
Otros estudios han demostrado que, cuando un adulto "regresiona" a su infancia no se comporta como un niño, sino como un adulto considera que se comporta un niño. Cuando "regresa" al útero, el sujeto adopta lo que el cree que es la posición fetal.
Algunas religiones orientales, herederas del Induismo y el Budismo, tienen la reencarnación como tema fundamental de su filosofÃa.
La idea básica es que, cuando alguien muere, su alma (o algo similar) renace de nuevo como otra persona.
Sorprendentemente, parece que en occidente no se le ha ocurrido a nadie una idea similar. AquÃ, tradicionalmente, la gente muere una sola vez y, según la religión concreta, pasa a otro tipo de existemcia o espera al final de los tiempos para reencarnarse como la misma persona.
A finales del siglo XIX, con el auge de la teosofÃa y el espiritismo, la idea de la reencarnación fué importada de oriente, y comenzó a adquirir importancia con la filosofÃa hippie y, más recientemente, el movimiento new age.
Hasta que, en 1954, Morey Bernstein escribió tres artÃculos para Empire Magazine y, en 1956, un libro titulado "La búsqueda de Bridey Murphy", en el que relataba una serie de reveladoras sesiones de "hipnosis regresiva" hechas en 1952 a Ruth Simmons (es un alias, su verdadero nombre era Virginia Tighe), un ama de casa de Puebla, Coloroado. El libro fué un éxito de ventas, se tradujo a varios idiomas (entre ellos el español) y dió lugar al menos a una versión cinematográfica.
Durante la hipnosis, Virginia retrocedió en el tiempo, recordó su propia niñez y nacimiento, e incluso logró retroceder a una vida pasada, en la que ella era una pelirroja irlandesa llamada Bridey Murphy.
"Bridey Murphy", que tenÃa un marcado acento irlandés, decÃa haber nacido el 20 de diciembre de 1798 en Cork, hija de Duncan y Kathleen. Habló de su boda con Sean Brian Mcarthy a los 17 años y su consiguiente traslado a una casa de Belfast. Habló de la muerte de su hermano siendo aún niño y describió también su propia muerte, acontecida a causa de una caÃda por unas escaleras en 1864.
Pero lo más espectacular eran los detalles que lograba aportar. Pese a que Virginia nunca habÃa estado en Irlanda, sus descripciones del entorno eran bastante detalladas, como cuando describÃa la "iglesia de Santa Teresa" y su ubicación, la tienda del Señor Farr, donde Bridey hacÃa sus compras, o la región donde estaba ubicada "Las Praderas", la casita de madera donde vivÃa.
Een 1954, un periodista del Denver Post llamado William Barker viajó a Irlanda para investigar el relato de Virginia. Los resultados de esta investigación, un suplemento de doce páginas titulado "La verdad sobre Bridey Murphy", fueron fascinantes.
Los detalles de la historia de Bridey eran ciertos: los paisajes eran tal como ella los describÃa, la "iglesia de Santa Teresa" existÃa realmente donde ella habÃa dicho, la pequeña tienda de Farr, también.
Pero, pese a la conmoción que supuso la publicación de estos datos, habÃa algunas cosas que resultaban, cuando menos, extrañas:
En Cork nadie recordaba a ninguna Bridey Murphy. No aparecÃan registros de su nacimiento, ni de su boda o muerte. Tampoco habÃa nada sobre sus padres, su hermano muerto, su esposo, etc.
La iglesia de la que hablaba existÃa, pero no habÃa sido edificada hasta 1911, 47 años tras la supuesta muerte de Bridey.
Nadie sabÃa nada de "Las Praderas" ni, en realidad, de ninguna casa de madera (muy habituales en USA, pero no asà en Irlanda).
En 1956, el periódico Chicago American comenzo otra investigación, pero esta vez no viajaron a Irlanda buscando a Bridey, si no que se centraron en USA y la infancia de Virginia. Sus descubrimientos también fueron muy interesantes.
Virginia habÃa tenido una vecina irlandesa que solÃa cuidar de ella y contarle historias de su niñez, transcurrida precisamente en la región de la que Virginia hablaba.
La hermana de esta vecina habÃa muerto de una caÃda como la que relataba Virginia, y su hermano pequeño también habÃa muerto como en su relato.
El nombre de esta vecina era, precisamente, Bridey Murphy.
Ahora, saca tú mismo tus propias conclusiones.
Una web en general, y un blog en particular, es una cosa muy delicada. Hay montones de accidentes que pueden acabar con ella.
Y no, hoy no me refiero a spam, ni a ataques hacker o averÃas de hardware.
Son otro tipo de cosas en las que nunca pensamos:
Para empezar, si eres fumador (como un servidor), una colilla encendida puede hacer desaparecer tu blog en unos segundos. O esa mala costumbre de beber café junto al monitor, que también puede ser peligrosa.
Sabes que me gusta hablar de insectos y esas cosas. eso me obliga mantener la página bién limpia, o acabará infestándose de bichos.
El ordenador suele estar lejos de la cocina, lo que suele evitar accidentes culinarios, pero si te dejas un grifo abierto, la distancia puede no ser protección suficiente.
Puede que un dinosaurio furioso o un ataque alienÃgena sean posiblidades remotas, pero no podemos desdeñar la probabilidad de una conflagración nuclear o, por acudir a causas más naturales, una lluvia de meteoritos.
Gracias a netdisaster por abrirme los ojos, y al Paleofreak por descubirme esta página.
Supongo que yo ahora deberÃa explicar porqué he estado dos semanas en silencio casi total, deberÃa hablar del curso de Arquitectura de la Información que he estado haciendo (y del que ya te comenté algo), hablar de los temas que se han tocado, los profesores que he tenido, dar mi opinión, y todas esas cosas que se suponen que deben ponerse en un blog.
Pero debo estar un poco asténico, porque no tengo ni la voluntad ni la inspiración necesaria para ello.
Asà que seré breve y no me meteré en detalles:
Para empezar, he estado asitiendo al susodicho curso de Arquitectura de la Información que organiza JJ a través del Centro de Formación Continua de la UGR.
Como profesores (de lujo, oye), Chesco se ha dedicado a los Estándares, Yusef a la usabilidad (que para algo escribe habitualmente en Nosolousabilidad), el propio JJ a los Sistemas de gestión de contenidos (Movable Type, como no podÃa faltar. Además, ha puesto por ahà su tutorial), Cillero nos habló de Diseño Gráfico pero, como acaba de tener un hijo, hubo de atender a responsabilidades más urgentes a mitad de curso.
Furilo se ocupó de resumir el curso, hablándonos de la AI en la práctica.
La pena es que, como habÃa estudiantes de lo más variado, el nivel del curso ha estado más bajo de lo que yo esperaba. De todos modos, sà creo que he sacado bastantes cosas en claro.
Siento haber sido tan breve, pero es que hoy yo no daba para más.
Y ahora deberÃa decir algo sobre las segundas jornadas sobre bitácoras y medios de comunicación, de las que ya ha hablado casi todo el Planet Granada.
Pero me pasa lo mismo que te he comentado antes, agravado por el hecho de que ya ha hablado todo el mundo y no se me ocurre nada nuevo que aportar.
Lo siento. Quizás la semana que viene esté más hablador.
Estoy en clase con Cillero, que está hablando de diseño, hojas de estilo, etc.
Me he metido un momentito aquà en el blog, para dar la noticia, porque es probable que él, dadas las circunstancias, tarde algo en hacerlo.
Despues de que Malglam y Enlavin dieran su buena noticia, parece que el ejemplo ha cundido:
El Cillero ha sido pápa.
Estos dÃas ando especialmente escaso de tiempo y, además, estoy realmente agotado. Asà que no añadiré nada a lo que ya han dicho La petite Claudine y bruto (a quién, por cierto, copio el tÃtulo del post).