Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Criaturas y cultistas

A Criaturas y cultistas (que, por cierto, el mío me lo regaló el Arkangel) le pasa como al Munchkin: Que está, quizás, demasiado orientado a frikis de los juegos de rol.

Criaturas y cultistas

Concretamente, está dirigido a los que han jugado a "La llamada de Cthulhu", juego de rol basado en el oscuro universo de Lovecraft.

Se trata, también como el Munchkin, de un juego-parodia. Aquí los jugadores manejan a los eternos villanos: Cultos sectarios adoradores de oscuras y blasfemas divinidades inenarrables.

El objetivo de cada jugador es destruir a todos los demás cultos (asesinando a todos sus cultistas) u, opcionalmente, invocar a su dios para que destruya la tierra (Creo que a esto se le llama "educación en valores").

Cada culto tiene unas habilidades, con un valor determinado por una tirada de dados, que deben anotarse en unas hojas al efecto (que puedes fotocopiar o bajarte de internet), donde también aparece la lista de tus cultistas. En esa hoja tambíen que vas anotando los cambios en esas habilidades y las muertes de los miembros. Tanto anotar y borrar hace que pierda bastante de rapidez y comodidad: Cartas, dados, lápices, gomas de borrar y hojas son demasiados chismes para una partida cómoda.

Por lo demás, el juego tiene poca variedad de cartas y, pasada la primera y lógica fase de "no entiendo las reglas", es bastante fácil de jugar y no se hace demasiado largo.

Muy poco adictivo, en mi opinión, es un juego que quizás pueda ser entretenido para una partida de vez en cuando, pero poco más que eso.

Los rayos N

Cuando publiqué, como una forma de exponer el método del "doble ciego", mis dudas teóricas sobre las aspirinas, surgió en sus comentarios una especie de pequeño pero interesante debate a cuenta de las ventajas o desventajas de unas ciencias (como la medicina) sobre otras (como la física).

Sé que no es exactamente esto de lo que se habló, pero es cierto que se ha popularizado una cierta imagen del científico (y sobre todo del físico) como un tipo muy inteligente, a la par que objetivo y observador imparcial.

Según esta imagen, la ciencia es un continuo ascender en el conocimiento por medio de descubrimientos hechos a base de observación objetiva y libre de prejuicios.

Nada más lejos de la realidad.

Los científicos son, como todo el mundo, hijos de su tiempo y de su entorno. Con sus creencias razonadas o absurdas, con sus prejuicios acerca de cómo es el mundo y con sus errores, aciertos, logros y meteduras de pata.

Probablemente nunca hayas oído oír hablar de los increíbles rayos N, el descubrimiento que sacudió al mundo. Permíteme que te cuente su historia. Creo que puede ser muy interesante:

Para ello, viajemos mentalmente unos cien años al pasado, a principios del siglo veinte.

Los rayos X

Se trata de la "época heroica" de la física. No hacía mucho (1895) que Wilhelm Conrad Roentgen había descubierto, por accidente, los rayos X, y este hallazgo abría un nuevo y fascinante campo de investigación. Un montón de nuevos descubrimientos (radioactividad, radiaciones alfa, beta y gamma...) se sucedían casi día a día, en una ruta que prometía desvelar la estructura profunda de la materia.

Wilhelm Conrad Roentgen

Concretamente, el alemán Heinrich Rudolf Hertz (el mayor experto en electromagnetismo de su época) estaba interesado en descubrir si los rayos X estaban formados por haces de partículas o si, por el contrario, eran ondas. Según la teoría clásica, si los rayos X fuesen ondas podrían polarizarse pero, si fuesen partículas, esto no podría hacerse.

Heinrich Rudolf Hertz

Para tratar de detectar esta polarización, Hertz ingenió un dispositivo consistente en unos electrodos que generaban dos haces de chispas, dispuestos a lo largo de dos ejes ortogonales. La chispa que estuviese en un plano más próximo al de polarización de los rayos debería tener más intensidad que la otra. La distancia entre los electrodos podía graduarse para así ver qué chispa era más intensa (a más intensidad, más distancia podría recorrer).

No era un experimento fácil. Había que ir haciendo pruebas con varias distancias entre los electrodos y con el dispositivo girado en varios ángulos, e ir anotando metódicamente los resultados. Pero Hertz era un tipo cuidadoso y metódico.

A pesar de todos sus esfuerzos, el experimento de Hertz no obtuvo resultados.

Los rayos N

Pero, en 1903, el francés René Prosper Blondlot repitió esos experimentos de un modo casi idéntico. Blondlot usaba un dispositivo de "chispas" parecido al de Hertz, pero con la salvedad de que en el suyo no se medía la intensidad de la chispa por la distancia entre los electrodos, si no por su luminosidad.

René Prosper Blondlot

Esto es más cómodo (no hay que ir ajustando la distancia entre los electrodos) pero mucho más impreciso y subjetivo (hay que evaluar el brillo de la chispa "a ojo").

Blondot identificó una polarización y, por tanto, la confirmación de su hipótesis de que los rayos X eran ondas. Pero, aún más interesante, también encontró que el rayo detectado se desviaba con un prisma de cuarzo.

Pero resulta que ya se sabía que un prisma como ese no podía afectar a los rayos X, por lo que Blondlot dedujo que, junto con estos, había otra radiación que estaba afectando a su chispa. Tras meses de investigación, Blondlot publicó su descubrimiento, al que llamó "Rayos N" (Por la inicial de Nancy, donde está la universidad donde investigaba), y se montó el lío.

Blondlot descubrió que podía aumentar el brillo de los materiales fosforescentes con sus rayos. Descubrió también que los cuerpos metálicos los emitían, pero la madera no.

También afirmó haber descubierto también los rayos N1, que tenían propiedades opuestas a los rayos N (disminuían la intensidad de la chispa en el plano de polarización). Además, se empezaron a descubrir montones de increíbles propiedades médicas de los rayos N: Incrementaban la capacidad de visión, los seres vivos los emitían con intensidad variable según su estado de salud, los medicamentos hacían variar la intensidad de estos en los órganos a los que afectaban, incluso el cerebro emitía rayos N de diferente forma según su actividad.

Las dudas

A pesar de todos estos avances, muchos científicos dudaban (cada vez más) de la mera existencia de los rayos de Blondlot. Intentaban repetir sus experimentos, pero no lograban detectar nada. Este les respondía que, para detectar las pequeñas variaciones de brillo de su chispa o los materiales fosforescentes, hacía falta una vista aguda y un ojo entrenado. La cosa se volvía cada vez más sospechosa.

Hertz, seguido de casi todos los físicos alemanes, negó la validez de los rayos N y de todo ese experimento (¿Cómo iba a tener éxito un francés donde él había fallado?). Blondlot, apoyado por los físicos franceses, defendía su descubrimiento.

El resto de la comunidad científica estaba dividido aunque, conforme se fueron haciendo descubrimientos cada vez más sorprendentes, el tema de los rayos N se volvía más sospechoso.

Los ánimos se estaban caldeando, y aquello no parecía serio con tantos físicos acusándose unos a otros hasta que, al final, la revista Nature envió a un hombre a descubrir qué estaba pasando allí, y acabar de una vez por todas con ese incómodo asunto.

El hombre elegido para tan peculiar misión fue el físico norteamericano Robert Williams Wood.

Wood, Blondlot y el ayudante

Wood, que además de ser un experto en óptica ya había desenmascarado a algunos videntes y médiums, tenía bastante experiencia en descubrir engaños, y preparó una serie de "trucos" para descubrir si Blondlot decía la verdad.

No parece que Wood, en realidad, sospechase de un engaño de Blondlot. Más bién, al principio, creía que estaba siendo víctima de un error.
 Robert Williams Wood

Wood se presentó ante Blondlot hablando siempre en alemán, pese a que hablaba francés perfectamente. Esto le dio a Blondot y a su ayudante la impresión de que podían hablar entre ellos libremente sin que el americano se enterase. Pero Wood escuchaba atentamente.

Blondot se dedicó a mostrarle a Wood sus experimentos. Y Wood se dedicó a desmontárselos.

En el experimento "clásico" de detección de los rayos N, Blondlot enfocó un haz de estos sobre una pantalla fosforescente. Cuando los rayos incidían sobre esta, su brillo se incrementaba levemente en ciertos lugares. Pero, a pesar de que Blondlot parecía verlo muy claramente, Wood no notaba ningún cambio de brillo.

Wood pidió entonces que, mientras él interrumpía el haz de rayos, Blondlot le indicase cuando veía aumentar el brillo y cuando no. Como estaban a oscuras, Nadie podía ver si Wood estaba interrumpiendo el rayo. Blondlot accedió confiado, pero no acertó casi ninguna vez. A veces decía ver el incremento de luminosidad cuando el rayo estaba interrumpido, y no verlo cuando la pantalla estaba recibiendo rayos. Blondlot no estaba viendo ningún cambio real en el brillo de la pantalla.

En otro experimento, para demostrar que los rayos N aumentaban la capacidad de visión del que los recibía situaron, en penumbra, a un sujeto a cierta distancia de un reloj y ubicaron un archivador metálico (emisor de rayos N) detrás de él, cerca de su cabeza. El sujeto dijo que veía mucho mejor los números del reloj cuando el archivador estaba cerca.

Pero Wood pidió repetir el experimento y, sin que nadie se diera cuenta, sustituyó el archivador por un mueble de madera (recuerda que la madera no emitía rayos N). El sujeto, sin embargo, siguió notando la mejoría en su visión bajo los efectos de esos rayos que no estaba recibiendo.

En otro más, esta vez para ver cómo un prisma de aluminio desviaba los rayos, Wood quitó el prisma, pero fue descubierto por el ayudante de Blondlot, que avisó a su jefe (que ya había dicho ver el efecto en la pantalla de los rayos refractados) en francés, diciendo "No veo nada, creo que el americano ha tocado algo". Cuando repitieron el experimento, Wood se movió sonoramente en dirección al prisma, pero sin tocarlo. De nuevo el ayudante dijo que no veía el brillo en la pantalla, aunque el prisma seguía ahí.

El fin de los rayos N

Wood publicó los resultados de su investigación en la revista Nature, donde cargaba las culpas del engaño sobre el ayudante de Blondlot.

Blondlot siempre defendió su inocencia y la de su ayudante, pero la publicación del artículo de Wood condenó para siempre a Blondlot y los rayos N al olvido.

La ciencia es un método de aproximación al conocimiento muy potente. Errores como el de Blondlot pueden permanecer más o menos tiempo pero, al final, acaban siendo descubiertos.

Pero, a pesar del poder de la ciencia como sistema, los científicos son gente como los demás, y pueden equivocarse, ser engañados y auto-engañarse tanto como cualquiera.

Casi toda la información de este post está extraída del libro de Federico di Trocchio "Las mentiras de la Ciencia".

Las fotos de Roentgen y Hertz son de la Wikipedia.

La foto de Blondlot está sacada de la página personal de Joachim Reinhardt.

He encontrado la foto de Wood en esta página dedicada a su biografía.

Desplegable central (Abril)

Hoy es el último domingo de Abril. ¿Sabes lo que eso significa?

Los domingos, normalmente, no hay post, que son para el asueto.

Excepto el último domingo de cada mes, que tengo el honor de mostrarte las fotos de algien que se haya prestado voluntario para hacer de pin-up, ya sabes.

Y, si el mes pasado tuvimos aquí al amigo Morpheus, hoy está con nostros nada menos que Campanilla.

Voluntaria Abril 2006 (Campanilla)

Y aquí la tienes: Queda declarada, por la presente, dríada de los chopos granadinos, hada tutelar de este blog y "Chica Psicobyte" de Abril.

No necesito decir que Campanilla es tremendamente más guapa al natural que en foto, claro.

Para esta sesión nos escapamos, acompañados por Li y Opikanoba (y sus dos perros), a una chopera de la vega granadina, aprovechando que el día era casi soleado. Salvo por la curiosidad de algún transeunte ocasional, estuvimos bastante tranquilos.

Voluntaria Abril 2006 (Campanilla) Voluntaria Abril 2006 (Campanilla) Voluntaria Abril 2006 (Campanilla)
Voluntaria Abril 2006 (Campanilla) Voluntaria Abril 2006 (Campanilla) Voluntaria Abril 2006 (Campanilla)

Una de asprinas

¿Te cuento algo curioso?

Soy incapaz de afirmar si las aspirinas me hacen efecto o no.

¿Como sabe la gente que las asprinsa van bién para el dolor de cabeza? ¿Cómo lo saben los médicos?

Vale, sé que es una tontería, pero permíteme que continúe, y creo que llegaremos a algo interesante.

Voy a intentar explicartelo:

Afortunadamente no suele dolerme la cabeza y, cuando lo hace, el dolor no suele durar mucho.

De modo que, visto esto, supongamos que en un momento determinado me duele la cabeza y decido tomar una aspirina. Supongamos también que, tras un tiempo indeterminado, el dolor desaparece.

¿Ha sido la aspirina la que me ha librado del dolor?

¿Habría tardado más en desaparecer sin ella? ¿O quizás menos?

Para tener una opinión medianamente fundada, debería doloerme la cabeza bastante a menudo (cosa que, por fortuna, no ocurre). Podría entonces tomar notas de los tiempos que me duran los dolores con y sin aspirinas, y sacar una estadística.

Evitando prejuicios

Vale. Ahora estarás pensando algo así como "¿Sacar una estadística? ¡El Psicobyte este es un friki de cuidado!".

Bueno, ten en cuenta que estamos hablando de una opinión medianamente fundada. No hay que olvidar la increíble capacidad humana para buscar patrones y regularidades incluso donde no los hay. Yo podría, llevado inconscientemente por mis prejuicios, tener la impresión de que con las aspirinas el dolor me dura menos (o más), aunque esto fuese falso.

Pero la cosa no acaba aquí. Todavía haciendo una detallada estadística cabe la posibilidad de que me engañe a mí mismo, introduciendo insconscientemente un sesgo en los datos.

Supón que yo miro el reloj una vez cuando empieza a dolerme la cabeza, y otra cuando termina, y anoto los resultados en una tabla, junto con los datos de si he tomado aspirina o nó etc. Nada más imparcial que esto. ¿No?

La vida, en la práctica, siempre es más complicada que la teoría. Los dolores de cabeza no empiezan repentinamente, ni acaban de pronto. Ni mirar un reloj es tan aséptico (¿Las doce menos unos segundos? ¿O las doce y unos segundos?).

Yo podría, de nuevo incoscientemente, tender a "alargar" o a "acortar" los tiempos según mis prejuicios.

Para evitar esto se podrían hacer muchas cosas. Por ejemplo, debería decidir si tomar aspirina o nó despues de anotar la hora y, además decidirlo al azar (tirando una moneda, por ejemplo). Pero mucho mejor sería que, además de esto, la hora la anotase siempre otra persona, y que esta persona no supiese si he tomado aspirina o nó (Para así no reemplazar sus prejuicios por los míos).

Para que ya fuese perfecto, y evitar cualquier posibilidad de sesgo, los cálculos los debería hacer otra persona distinta a la que tomó los datos, y debería hacerlo sin saber a qué se correspondían estos datos (Por ejemplo, al calcular los promedios de tiempos de las veces que tomé pastilla y las veces que no la tomé, el solo sabría que estaba calculando promedios de de "Casos X" y "Casos Y", y sólo despues de obtener los resultados miraríamos con qué se correspondía cada tipo de caso).

Pensarás que esto ya resulta casi paranoico, pero si hemos decidido que queremos evitar cualquier error inconsciente, debemos apechugar con las consecuencias.

Bueno. Supongamos que he hecho mi estádística del efecto de las aspirinas, con todos los controles que hemos visto, y se nota que, cuando las tomo, el dolor dura menos tiempo.

¿Nos quedamos contentos con eso? ¿Nos atrevemos a decir "Las aspirinas me quitan el dolor de cabeza"?

Podríamos hacerlo, y terminar el post de una vez (quizás para tu alivio). Pero, ya que hemos llegado hasta aquí, vamos a darle un poco más de vueltas a esto.

Efecto placebo

Los médicos saben, desde hace muchos años, que el que una persona crea que se va a curar le ayuda a curarse realmente.

Según dicen, la mayoría de lo que administraban a sus pacientes los antiguos médicos de cabecera, eran inofensivas pastillas de azucar ("Tomese dos de estas al día y venga a verme la semana que viene"). El simple hecho de creer que esas pastillas te ayudarían, hacía que mejorases.

A esto se le llama "efecto placebo" y es terriblemente importante en medicina. Tanto que ha dado lugar a nontones de estudios de los que se extrae, entre otras cosas, que las "pastillas" grandes son más efectivas que las pequeñas, o que las de colores superan a las blancas.

De modo que, despues de mi estadística con las aspirinas, todavía cabe la posibilidad de que no tengan ningún efecto sobre mí, y de que todo sea cosa del efecto placebo.

Claro que podemos pensar que no nos importa. Nos interesaba saber si las aspirinas me causan efecto, no porqué lo hacen ¿Qué mas me dá si es por el efecto placebo, por sus propiedeades quimicas o por cualquier otra causa? El caso es que funcionan (o no).

Sin embargo, hay razones más que sufucientes para querer aislar el efecto placebo.

Quizás la aspirina incrementa mi dolor, pero el efecto placebo la contrarresta. Me interesaría entonces tomar otra pastilla que no fuese contraproducente, y gozar al menos de todo el efecto placebo.

O, quizás, simplemente, quiero comparar la aspirina con otro tipo de medicina, y necesito aislar sus verdaderos efectos, para saber cuál es mejor por sí misma.

O pienso deicarme en serio a esto de la farmacopea, y no puedo recetar algo cuyos efectos desconozco.

Para evitar el efecto placebo habrá que modificar un poco nuestro experimento.

Ya no seré yo mismo el que elija al azar si tomo aspirina o nó. Ahora debe ser otra persona la que lo haga sin que yo lo sepa. Si toca "con aspirina" me la dará normalmente. Pero si toca "sin aspirina" me dará otra pastilla (que debe ser, para este experimento, exatamente igual en tamaño, forma, color y sabor a la aspirina, pero sin efectos fisiológicos), sin decirme nunca si me está dando una u otra. Esta otra plastilla es lo que se llama propiamente "placebo".

De este modo, yo ya no puedo distinguir entre un caso u otro, entre la aspirina y el palcebo, y el efecto pacebo que pudiese haber se dá en ambas pastillas. Comparando los resultados de la asprina con los del placebo sí puedo saber si la aspirina tiene o nó efectos sobre mi dolor de cabeza.

Doble ciego

La verdad es que hemos tenido que liar mucho la cosa, simplemente para saber si las aspirinas me quitan el dolor de cabeza.

Más o menos, esto es lo que tienen que montar médicos y farmaceuticos para probar un nuevo medicamento. Por supuesto ellos no lo hacen con una sola persona, como era nuestro caso. Ellos trabajan con gurpos, y dividen a sus sujetos de experimentación entre ellos al azar. A unos grupos les darán el medicamento (o aplicarán tratamiento) que sea, y a otros les darán un placebo (probablemente haya también un "grupo de control", al que no se le dé nada). Por supuesto, los pacientes no saben si se les está dando medicina o placebo.

Los investigadores, por su parte, tomarán los datos y sacarán sus estadísitcas, sin saber si están trabajando con un grupo "medicado" o un grupo "pacebo". hasta después de obtener esos resultados no comprobarán cuál es cada grupo.

Este procedimiento, en el que ni el paciente ni el investigador saben quíen está siendo tratado o nó, recibe el más que adecuado nobre de método de "doble ciego", y es requisito indispensable para cualquier investigación médica.

Sé que esto ha sido un poco largo. Espero no haberte causado un dolor de cabeza.

Si ha sido así, prueba con una aspirina. Dicen que va bién para eso.

Aunque yo todavia no estoy seguro.

Domingo (27)

¿PinUp? de Joan Miró

Hoy es domingo. Y los domingos no hay posts (¿O sí?), que son para el asueto.

(La chica de la izquierda es obra de Joan Miró)

Sí, ya sé que no es el tipo de chica que suele aparecer por aquí los Domingos. Aunque, admitirás, no siempre son completamente "realistas". Pero pongo aquí este "Mujer, Pajaro y Estrella" como personal "homenaje" a los herederos de Joan Miró, a la "Artists Rights Society" y a sus abogados, por haber demostrado que el ser humano siempre es capaz de alcanzar cotas superiores de egoísmo, avaricia, estupidez, y una larga serie de adjetivos más que, a pesar de ser ciertos, podrían valerme un paseo por los juzgados.

Porque los impresentables que he mencionado, con tal de intentar pillar pasta, son capaces de exigir a Google la retirada de un logo de homenaje a Miró.

Si es que esa gente existe porque tiene que haber de tó.

PPCMS 2022