Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Recortables

Blogeando por ahí, el otro día me encontré con que pjorge hablaba en este post de una web japonesa donde podías descargarte unos preciosos robots recortables.

Por otro lado, y sin que tenga niguna relacción causal un hecho con otro, mi compañero F. me pasó un enlace donde puedes bajarte nada menos que las plantillas recortables para una máquina de fotos totalmente funcional.

Y, además, yo tenía por ahí el enlace a unos magníficos icosaedros recortables primorosamente diseñados con la superfice del sol, la luna y los planetas, para que puedas fabricarte tu propio sistema solar recortable.

De modo que me ha acabado entrando la curiosidad, y he dado un vistazo por Internet, a ver si encontraba algún recortable más. Y vaya si los hay:

Siguiendo con la cosa de los robots, puedes fabricarte todo un Mech de combate, o al famoso R2-D2 de la Guerra de las Galaxias, o incluso uno de los trípodes marcianos que invadieron la tierra en la novela de Wells.

Y, ya que estamos con marcianos: ¿Que tal un típico OVNI? O, si prefieres naves espaciales más serias, puedes construir tu propia Soyuz con su correspondiente lanzador, o un bonito modelo de la Mars Express (Y de algunas otras sondas de la ESA).

Si tus gustos no van por ahí, quizás prefieras pasarte por Esta Web, donde podrás construirte desde una V2 alemana de la segunda guerra mundial hasta un gigantesco diriglible.

Solo para los muy frikis de Linux, este precioso modelo de Tux o este otro, un poco más simple.

Puedes hacer también desde varias locomotoras a una motocicleta (ofrecida desde la misma web de Yamaha), o incluso ¡una katana decorativa de papel!

Por mi parte, me he enamorado de estas dos: el famosísimo "equipaje" del Mundodisco y un modelo de la molécula de ADN (Curiosamente, Watson y Crick usaron piezas de cartulina para averiguar la estructura del ADN).

En resumen: Que si tienes una impresora, tijeras y pegamento, y te aburres, es porque quieres...

Dresde, 1945

Al llegar al las llanuras de Sajonia, en Alemania, el río Elba se extiende en amplias curvas, disminuyendo la velocidad de sus aguas y regando los verdes campos de sus orillas.

Abrazada al río descansa la ciudad de Dresde.

Antes del 13 de Febrero de 1945, Dresde era una ciudad hermosa.

Antes del 13 de Febrero de 1945, Dresde era el centro del romanticismo alemán, famosa en todo el mundo por sus obras de arte y arquitectura.

Antes del 13 de Febrero de 1945, Dresde era considerada una joya urbana: "La Florencia del Elba".

Pero todo es fué antes del 13 de Febrero de 1945.

Pero te cuento la historia:

Situate: A principios de 1945, ya se puede entrever el fín de la segunda guerra mundial: Los aliados ya habían desembarcado en Normandía, y el ejercito alemán había sido derrotado en Las Ardenas, su último intento de resistir la inminente derrota.

Dresde, que carece de instalaciones militares, ha sido declarada "Ciudad Abierta". Esto quiere decir que, en caso de que llegue el enemigo, se rendirá sin ofrecer resistencia.

Esto hace que sea una ciudad comercial, confiada, con mucho tráfico civil y poblada de refugiados que huían de otros lugares azotados por la guerra, de heridos, enfermos y prisioneros de guerra.

Dresde se había mantenido a salvo del horror, hasta la noche del 13 de Febrero de 1945.

Dresde, Febrero de 1945

Minutos después de las diez de la noche sonaron las sirenas. Algunos corrieron a los refugios. Otros, confiados en la seguridad de no ser un objetivo militar, permanecieron en sus hogares.

Entonces llegaron los aviones británicos. Una escuadrilla de nueve aviones comenzó a lanzar bengalas luminosas para marcar el área del bombardeo.

A las diez y cuarto comenzaron a caer las bombas.

El procedimiento, conocido como "Bombardeo en alfombra" es simple e infernalmente eficiente en su destrucción: Una oleada tras otra de bombarderos van dejando caer toneladas de bombas sobre cada metro del objetivo.

Primero fueron bombas explosivas, que destruían los edificios y hundían sus techos. Después fueron bombas incendiarias, que convirtieron a Dresde en una gran hoguera, visible a cientos de kilómetros.

Cuando, a la mañana del 14 de Febrero de 1945, los supervivientes comenzaron a salir de los refugios, Dresde era un aténtico infierno. Nada quedaba en pié en todo el centro de la ciudad, las ruinas eran pasto de las llamas. No había sificiente gente para atender a los heridos. No había suficiente gente para contar los muertos. Pero los aliados aún no habían terminado.

Ese mediodía, un nuevo ataque, esta vez de la aviación Norteamericana, volvió a bombardear la ciudad. Las bombas explotaban sobre las ruinas de lo ya destriudo.

El incendio duró días. La ciudad fué acordonada. El olor de los cadáveres se percibía desde kilómetros.

La operación fué un "exito". No hubo apenas resistencia: Solo un avión aliado fué derribado, por una de sus propias bombas.

Durante dos días, 1.400 bombarderos lanzaron más de 2.000 toneladas de bombas sobre el centro de la ciudad.

Murieron 250.000 personas.

Casi el doble que en Hiroshima.

Más de cuatro veces los de Nagasaki.

250.000

Julio Cortazar (y 2)

Vale, ya te había puesto aquí un texto de Cortazar hace algún tiempo. Pero hoy se cumplen veinte años de su triste muerte de exilado en París, y este es mi blog y hago lo que quiero.

La mirada de Julio Cortazar

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo.

Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Tus lectores no te olvidan, Julio.

Feria del Libro

Creo que, en general, he sabido librarme del afán consumista.

Y digo en general porque, en el caso de los libros, lo mío es compulsivo.

Verás: Trato de convencerme a mí mismo de que acabaré leyendo todos los que compro, pero, en lo más profundo de mi alma, tengo siempre la duda de si será eso cierto o nó.

Todo esto viene a lo siguiente:

Estamos en plena "Feria del libro antiguo y de ocasión", lo que es una oportunidad única para encontrar restos de ediciones y algunas gangas, y pasé por allí, a dar un vistazo.

Solo para mirar.

Y, bueno, quizás a comprar uno...

Y el resultado fué este:

- "Walden Dos", de Skinner: Lo leí hace años, prestado. Pero quería recordarlo y, compulsión mediante, tenerlo.

- "Ensayo sobre el principio de la población", de Malthus: Este es uno de los que, con casi total seguridad, no leeré jamás. Pero estaba ahí, en edición de bolsillo, tan baratito...

- "Las astronaves de madera", de Bob Shaw: Que es el segundo tomo de una trilogía. Trilogía descatalogada. De la que no tengo los otros dos tomos. Sin Comentarios.

- "El Unico y Su Propiedad", de Max Stirner (en dos tomos): En realidad, no me gusta el individualismo radical del alemán este, pero realmente quiero intentar enterarme de lo que dice. Por ahora, en un especie de broma cruel, lo he colocado en mi estantería entre Rousseau y Proudhom. Seguro que el Stirner se está revolviendo en su tumba.

- "Antorcha", de Marion Zimmer Bradley: De esta señora leí uno de los de su serie de Darkover, y la verdad es que no me gustó demasiado. Pero el argumento de este (La guerra de Troya desde el punto de vista de sus mujeres) suena bastante interesante. Veremos que tal está.

- "Diseño y remodelación de periódicos", de Mario R. García: Aunque esté orientado a la prensa escrita, y aunque sea antiguo, siempre se puede aprender algo sobre diseño y estructuración de página, para quizás aplicarlo a la web.

- "Química Recreativa", de Vlasov y Trifonov: Siempre me han gustado los libros del estilo "La ciencia divertida" y, para esto, los rusos siempre han sido los mejores. El ejemplar que he comprado está un poco estropeado, pero nada que un poco de cola no pueda resolver.

El caso es que, al final, he vuelto a dejarme llevar por mis impulsos. Y regreso a casa con un par de bolsas cargadas de libros.

La tragedia del oxígeno

Hubo una vez en que unas pequeñas bacterias verdes cambiaron el mundo.

Hace casi cuatro mil millones de años, la tierra había dejado de ser una bola de magma y comenzaba a enfriarse.

La atmotsfera de entonces, expulsada de las mismas entrañas del planeta, estaba compuesta de dióxido de carbono, vapor de agua, nitrógeno, amoníaco, sulfuro de hidrógeno y metano.

El enfriamiento provocó que parte del agua atmotsférica se condensase, formándose los primeros mares. Cálidos, poco profundos, azotados por la radiación ultravioleta del sol, cubrían la mayor parte de la superficie de la Tierra.

Y en estos mares, hace unos tres mil quinientos millones de años, se agitaba la vida.

Pese a que existen muchas hipótesis más o menos factibles, no sabemos a ciencia cierta cómo surgió: Pudo ser en chimeneas volcánicas submarinas, o a un par de metros bajo la superficie del océano, o en charcas de aguas someras, o arrastrándose sobre la superficie de pizarras u otras rocas sumergidas. El caso es que ya estaban allí, conquistando ese inmenso océano.

Eran pequeñas bacterias anaerobias que se alimentaban de las moléculas orgánicas que flotaban en el océano. No podían acercarse demasiado a la superficie, porque la radiación ultravioleta las mataba, convirtiéndolas en más alimento para sus hermanas.

Pero, con tanto bicho comiendo, el alimento escaseaba. Algunas de estas bacterias aprendieron a "comerse" a las otras, naciendo los primeros depredadores. Pero otras evolucionaron de un modo que, literalmente, iba a cambiar la faz de la tierra: Gracias a una molécula de color verde llamada clorofila, podían alimentarse de la luz del sol.

El proceso para ello, llamado fotosíntesis, consiste en una compleja serie de reacciones químicas que, básicamente, producen materia orgánica a partir del dióxido de carbono atmotsférico y agua. Solo tiene un defecto: Produce, como residuo de estas reaciones, oxígeno.

Probablemente tú no pienses que producir oxígeno sea un problema muy grave. Pero es que tú no eres una bacteria anaerobia.

El oxígeno es un elemento muy activo, se combina muy facilmente con casi cualquier otro átomo que encuentre, lo cual no es agradable cuando tienes que mantener una estructura química estable (que es una de las cosas que necesita la vida).

Al principio, esto no fué un problema demasiado grande: El oxígeno producido por la fotosíntesis se combinaba con los minerales de las rocas (sobre todo hierro) y no permanecía mucho tiempo en la atmótsfera. Pero incluso la cantidad de oxígeno que pueden acumular la roca es limitado, y la atmótsfera y el mar comenzaron a saturarse.

El proceso fué tremendamente lento, pero toda la vida anaerobia sobre la tierra estaba condenada a morir envenenada por este gas tan peligroso.

Algunos han llamado a esto "La tragedia del oxígeno": El planeta entero estaba siendo contaminado.

Pero hubo suerte: Algunas bacterias anaerobias resultaron ser capaces de defenderse del oxígeno.

Más aún, algunas fueron capaces de aprovechar el oxígeno para obtener energía. Algo tan simple como la respiración aeróbica permitía obtener energía precisamente de esa tendencia a oxidar que hacía al oxígeno tan tóxico.

Además, salía muy rentable: La respiración aeróbica es mucho más eficiente: permite obtener diecinueve veces más energía que el proceso anaeróbico.

La inmensa mayoría de las formas anaerobias de vida fueron exterminadas en la que, probablemente, sea la primera extinción masiva de la historia del planeta. Pero las nuevas formas de vida estaban muy bién preparadas para aprovechar esta oprtunidad.

Además, había una segunda ventaja: El oxígeno, normalmente, se presenta en moléculas formadas por dos átomos pero, bajo el efecto de los rayos ultravioleta, forma moléculas de tres átomos, en lo que se llama ozono. Y el ozono filtra la luz ultravioleta.

Gracias a este ozono, la superficie de la tierra estuvo, por pimera vez, libre de esta radiación.

Sin luz ultravioleta, la vida pudo ocupar las capas superficiales del mar y, lo que es más importante, el camino hacia tierra firme estaba abierto.

Hubo una vez en que unas pequeñas bacterias verdes cambiaron el mundo: La atmotsfera, la geología, los océanos y la vida nunca volvieron a ser los mismos.

PPCMS 2022