Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Infancia

Me crié en el límite entre la ciudad y la vega de Granada.

A saber: Podía salir del portal de mi casa, cruzar una calle y llegar a un fascinate solar repleto de cascotes, chatarra y desperdicos. Y, más allá de este solar, la "salvaje" inmensidad de huertas, maizales, campos de tabaco y, casi en el horizonte del universo conocido, misteriosas choperas que aguardaban en silencio el paso de intrépidos exploradores.

Mi colegio estaba en esa vega, y tenía que andar por un camino bordeado de zarzamoras, ortigas y saúcos para ir a clase.

Los días de la infancia siempre se evocan mucho más luminosos y reales, aunque supongo que solo es una traición del recuerdo. Pero lo cierto es que aquella época de bandadas de críos correteando como una plaga bíblica por caminos polvorientos, trepando a higeras y arrasando cañaverales tiene todos los puntos para convertirse en el arquetipo de la añoranza.

Debe ser que tengo el día melancólico.

En una época en que solo había dos canales de televisión, las diversiones infantiles eran bastante más incivilizadas que matar monstruos en la Play Station:

"Explorar" casas abandonadas era una idea emocionante cuando no conocías el concepto "allanamiento de morada".

Guerrear a pedradas con las niñas del colegio de al lado, o acabar atando alguna a un árbol, sonaba tremendamente razonable (Ahora que lo pienso, visto con la perspectiva de los años, lo de las pedradas me parece un poco peligroso, pero lo de atar colegialas aún puede llegar a tener su interés).

El maiz, si lo robas y lo asas en una hogera. La fruta, si la comes directamente del árbol ajeno. Las habas arrancadas a toda prisa de la mata. Todo eso tiene un dulce sabor a bandidaje que compensa el riesgo de regresar a tu casa atenazado de una oreja. O incluso el de sentir el cruel mordisco de los perdigones de sal.

Si te dedicas a la guerra, el allanamiento y el latrocinio hortofrutícola, necesitas un escondite donde refugiarte. Para ello nada mejor que una choza en el cañaveral más cercano, o la caja de un camión en la chatarrería.

Trepar, saltar, correr, huir, retar, caer, pelear, escarbar, perseguir, arrojar...

Todas las madres del barrio disponían de un completo surtido de vendas, tiritas, cremas... Y mercromina, mucha mercromina. Mi infancia está teñida por el rojo de la mercromina.

La mercromina, como todo en ese tiempo, se obtenía en "la tienda del Quique", un local poco iluminado y fresco, en cuyas polvorientas estanterías podías encontrar dede una lata de atún a un rollo de cuerda o crema para los zapatos. Y, si no lo encontrabas, se lo podías pedir al "abuelo del Quique" o a la "madre del Quique". Estoy seguro de que tanto la tienda, como el abuelo, como la madre, tenían nombre.

Hoy, en mi solar y la fabulosa chatarrería aneja, hay un elegante parque. Las higueras y el cañaveral que nos ocultaban están bajo una gasolinera. En mi maizal ha brotado un centro comercial. Las matas de habas ha mutado en edificio de viviendas. Por la mayor parte de las casas objeto de mis allanamientos pasa una autovía. En la tienda de Quique hay un cuidado escaparate con muebles de diseño.

El tiempo transcurre lento pero inexorable. Como una apisonadora.

Setas

Las Mimbres es un área recreativa en el parque natural de la Sierra de Huetor.

Este Domingo, un grupo de amigos subimos hasta allí con la intención de pasar el día de forma relajada.

Aproveché un rato después de la comida para pasear un poco por los alrededores y darle un vistazo a un "sendero ecológico" cercano. Salvo unas hermosas vistas de Sierra Nevada, no es un entorno nada espectacular: Pinos de repoblación y ese tipo de cosas.

Pero, en algún punto indeterminado, me escapé del sendero y dí con un rincón sombrío bastante agradable:

Setas

Donde hay pinos, hay setas.

Estuve esperando un rato, por si salía algún duende de debajo. Pero no hubo suerte.

Sillas de enea

Calle Alhamar (Granada). A las dos y cuarto, más o menos.

Pese a que me constaba que se continuaba haciendo, es una imagen que yo no veía desde hace muchos años: Reparando sillas de enea (o anea, que es lo mismo) en plena calle.

Sillas de enea

Y yo pasaba por allí en ese momento. Con la cámara de fotos encima.

No sé que es, pero la calle me parece más viva cuando veo estas cosas.

Vale, lo acepto: La foto no es muy buena. Y, encima, está borrosa. Pero a mí me gusta.

Nada nuevo bajo el sol

Una vez, el ark y yo, que cuando queremos podemos llegar a ser muy frikis, nos pusimos a charlar sobre un hipotético procedimiento para llevar Internet a cualquier parte: Implementar TCP/IP (que es el procedimiento por el que se transmite la información en Internet) sobre burros.

La cosa, básicamente, consistía en cargar las alforjas de una serie de burros con CD-ROMs, en los cuales se grabarían los datagramas correspondientes a las peticiones y respuestas entre las máquinas clientes y el servidor de Burro-TCP/IP, y hacerlos pasear monte arriba y monte abajo, haciendo de canal de esta información.

Hablamos en su momento de las ventajas del procedimiento (gran ancho de banda) y de sus inconvenientes (el dilatado lapso entre petición y respuesta).

También pensamos en otros sistemas y sus correspondientes ventajas: Si, por ejemplo usas cochinos en lugar de burros, puedes obtener un valor añadido en forma de jamón.

El caso es que incluso comentamos la posibilidad de escribir un RFC, que es como se definen estas cosas, al respecto.

Y hete aquí que ahora me encuentro con que unos tipos ya habían escrito antes un RFC titulado A Standard for the Transmission of IP Datagrams on Avian Carriers, en el que describen cómo hacer esta implementación sobre palomas mensajeras.

Dice el arkangel que nosotros también comentamos en su momento el uso de las palomas pero, en cualquier caso, estos tipos se nos han adelantado (su RFC es del 90).

Su procedimiento es, a pesar de todo, muy mejorable. Como ha apuntado arkangel (literalmente):

si se usara tarjetas SD en lugar de rollos de papel incrementa el ancho de banda que te cagas

Puedes inventarte cualquier estupidez, que siempre hay alguien a quién ya se le ha ocurrido

Gilipollas

Estoy hablando de la Conferencia Episcopal Española.

Me vas a perdonar el exabrupto, pero es que prefiero pensar que es eso lo que son.

Porque si sus declaraciones no se deben a una insuficiencia mental para entender el mundo en el que viven, entonces su actitud solo podría ser malintencionada, y debería cambiar el gilipollas por cabrones, o alguna otra expresión más chabacana.

Verás: Resulta que han presentado un documento con el pomposo título "Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España", en el que analizan el estado de la institución familiar en este país.

Los obispos, que saben de estas cosas, han visto claramente que:

[...] en la sociedad española de nuestros días posiblemente la fuente principal de problemas humanos sean los relativos al matrimonio y la familia. De aquí procede un gran malestar en muchas personas que quedan heridas para siempre.

Porque nadie negará que la cosa está bastante chunga:

[...] nos hallamos ante un alarmante aumento de la violencia doméstica; ante abusos y violencias sexuales de todo tipo, incluso de menores en la misma familia; ante una muchedumbre de hijos que han crecido en medio de desavenencias familiares, con grandes carencias afectivas y sin un hogar verdadero

A nadie se le escapa que esto:

[...] es una clara expresión de lo extendido de una ideología perniciosa unida a poderes económicos y mediáticos que ignora lo más elemental de la verdad del hombre, con efectos muy negativos en la construcción social.

Y es que la culpa de todo la tiene la Revolución Sexual:

[...] es evidente que sus frutos amargos son: la violencia doméstica, los abusos sexuales y los hijos sin hogar.

Claro que, ellos han visto la causa del problema: Y es que las instituciones..

[...] en vez de escuchar los lamentos de este inmenso drama humano, hacen de altavoz a determinados grupos de presión, como los "lobbies" homosexuales, que reclaman a modo de privilegio unos pretendidos derechos de unos pocos, erosionando elementos muy significativos de construcción de la sociedad que afectan a todos.

Y, como es evidente, todo esto va a acabar con la economía de los más pobres:

Se trata de un problema muy grave que ha amenazado la viabilidad de los seguros sociales y que sólo ha paliado, en parte, el fenómeno migratorio

O sea, que si hay volencia de género, maltratos familiares, violaciones y las pensiones bajan, la culpa es de los maricas, el divorcio y el DIU.

Ultimamente está los obispos muy lanzados: Estos tipos, cada vez que abren la boca, es para soltar alguna estupidez.

Me alegro de no ser católico, porque me daría vergüenza salir a la calle.

PPCMS 2022