Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

El misterio de las hadas

Me hubiera gustado publicar esto ayer, coincidiendo con el aniversario de Doyle, pero no pude terminarlo a tiempo...

Ayer se cumplieron (y lo conmemoró google) 147 años del nacimiento de Sir Arthur Conan Doyle (1859-1930).

Doyle es famoso por ser el padre literario de Sherlock Holmes, el más famoso detective de la historia de la literatura.

El profesor Challenger, otro personaje menos conocido de Doyle, representa, tras Verne y Welles, uno de los primeros ejemplos de ciencia ficción.

Entre 1887 y 1927, Holmes estivo involucrado en sesenta historias donde aplicaba sus infalibles dotes deductivas, agudo ingenio, y extensos conocimientos para desentrañar complicados misterios. Ningún engaño podía ofuscar la fría obsrvación de Holmes.

Tan perspicaz era el personaje, que a sus seguidores (que se cuentan por millones) suele resultarles chocante que el autor fuese víctima de una estafa que, a los ojos de hoy, se nos hace ridícula.

Confieso que tengo sólo dos libros de Doyle. El primero es "Las aventuras de Serlock Holmes", que agrupa doce de los primeros casos del detective.

El segundo, mucho más interesante y del que te voy a hablar hoy, es "El misterio de las hadas".

El libro

El día de Navidad de 1920, la revista "Strand Magazine", publicó un artículo, formado por Conan Doyle, en el daba cuenta del sorprendente hallazgo de unas fotografías de hadas y de la consiguiente investigación que él y Edward L. Gardner (el hombre) llevaron a cabo.

Gardner (Un hombre, según Doyle "[...] tranquilo, equilibrado, reservado, ni excéntrico ni iluminado.") era, al igual que el propio Doyle, un miembro de la Sociedad Teosófica (Una especie de "religión moderna" basada en el espiritismo) que, en una de las conferencias que daba sobre este tema, tuvo conocimiento de la existencia de las fotografías. Doyle, a su vez, supo del descubrimiento de Gardner por una amiga común y se puso en contacto con él para perdir más detalles.

De esta afortunada conjunción nació el que luego se conocería como " El caso de las hadas de Cottingley.

Al parecer, dos niñas (de diez y dieciseis años) de una pequeña ciudad del norte de inglaterra (en el artículo se ocultaban tanto sus nombres como el lugar, pero luego se sabría que se trataba de Frances Griffiths y Elsie Wright, de Cottingley) habían logrado fotografiar algunos de estos pequeños seres mágicos.

Frances junto a un Corro de hadas

El caso (y las fotos, claro) se hizo famoso, y tanto los detractores como los (algo más escasos) partidarios lanzaban sus argumentos desde las columnas de los periódicos.

Elsie con un Duende

La investigación, el artículo y el posterior debate sobre este asunto acabaron dando lugar al libro que te comento, y del que están extraídos todos los datos y citas de este post.

En el prefacio, Doyle se cubre las espaldas adviertiendo al lector que:

[...] Este realto no es un alegato de especialista presuadido de su autenticidad, sino una simple reunión de hechos cuya interpretación podrá aceptar o rechazar el lector [...]

Aunque, la verdad, él mismo estaba absolutamente persuadido de que todo era cierto, y lo demuestra continuamente en cada página.

Según Doyle, todas las pruebas apuntaban a la veracidad de los hechos: Las niñas y algunos familiares fueron entrevistadas primero por Gardner y luego por el propio Doyle, llegando a la conclusión de que eran gente honrada y educada. Las fotos fueron examinadas por expertos, que no pudieron encontrar evidencias de manipulación. Se dedicaron a la investigación sesiones de espiritismo que corroboraron los hechos. Se envió incluso a un experto clarividente que confirmó que también veía las hadas (Recuerda que Doyle era teósofo, por lo que no deben sorprendenrte el epiritista ni el clarividente). Se le dió otra cámara (con las placas selladas en secreto) a las niñas, que usaron para hacer nuevas fotos de hadas.

Frances con un Hada

Los indicios que podían apuntar en contra eran ignorados (supongo que, hasta cierto punto, inconscientemente) o incluso tranformados en argumentos a favor: El que las hadas parezcan "planas" y sin volumen, por ejemplo, se atribuye a la materia "ectoplásmica" de la que están hechas.

Sorprendentemente, una de las cosas que resultaron más sospechosas a los observadores fué que apareciera un hada coronada con un pequeño sombrero "a la parisién". Demasiado moderno y demasiado francés para un hada británica que se precie.

Elsie con un Hada

El caso produjo, como suele ocurrir, una reacción en cadena de personas en todo el mundo que afirmaban ver hadas. Decenas de personas enviaban cartas a Doyle (que también aparecen en el libro) para relatarle sus experiencias. Incluso se comenzó una taxonomía feérica que distinguía entre los "tipos nacionales" de las hadas.

Doyle culmina su libro con un estudio de las hadeas desde el punto de vista de la Teosofía.

En cualquier caso se trata de un libro interesante, que merece la pena leer.

Justificar (un poco) a Doyle

Sí, Doyle fué demasiado crédulo incluso desde el punto de vista de la mayoría de sus coetáneos. Metió la pata hasta el fondo y se ganó más burlas que honores. Pero, antes de reirnos de él deberíamos fijarnos en el contexto en el que ocurrieron las cosas.

A principios de los años 20 la fotografía era aún una técnica bastante nueva, y sólo muy recientemente se había convertido en algo accesible a los no profesionales. Hoy día asumimos que una foto puede ser retocada de cientos de formas distintas (aunque gente como Iker Jimenez se empeñe en recordarnos los crédulos son legión). De hecho, la mayoría de la gente, al ver una foto extraña, supone que ha sido manipulada. descubrimientos como la radioactividad y los rayos X habían calado en la mentalidad de la gente, y el que la fotografía captase "cosas invisibles" no se hacía demasiado extraño.

Y, para terminar, Doyle era teósofo. Creía firmemente que estamos rodeados de espíritus inmateriales, y que se comunican con nosotros a través de los mediums y esas cosas. Las hadas sólo son un pequeño paso que puede resultar coherente con el resto de sus creencias. Además, las fotografias de hadas podían servir como prueba "subsidiaria" en favor del espiritismo. Aunque Doyle se preocupa varias veces de advertir que el que el caso fuese una estafa no podía servir para rebatir al espiritismo, da la impresión de que trata de usar este caso como como "cabeza de puente" a favor de sus creencias teosóficas.

Recortes

No fué hasta muchos años más tarde, cuando ya el tema estaba bastante olvidado, que unas ancianas Frances y Elsie confesaron que todo había sido una broma.

Comenzó como una simple broma de niñas, fotografiando dibujos recortados. Cuando llegaron serios hombres adultos a investigar el asunto se asustaron, y no tuvieron más remedio que continuar con el engaño.

A pesar de todo, Frances Griffiths (la menor) insistió toda su vida en que aunque las fotos eran falsas, ella había visto las hadas.

Epílogo

Dicen que la historia y el destino se burlan de las pretensiones de los mortales, haciéndonos bromas crueles.

Mira este dibujo:

Ilustración de Princess Mary's Gift Book

Algunos indican el sospechoso parecido de esta ilustración con algunas de las hadas del "Corro de hadas (la primera foto de este post)", señalándolo como una posible fuente de la que las niñas copiaron los dibujos:

Comparativa entre hadas

La ilustración pertenece al libro "Princess Mary's Gift Book", una recopilación con cuentos y poemas infantiles de varios autores.

Uno de esos cuentos era "Bimbashi Joyce", de Sir Arthur Conan Doyle.

He sacado las fotos del dossier que puedes encontrar en la siempre interesante James Randi Educational Foundation. Si te interesan los temas "paranormales", deberías explorar su web.

El dibujo (y toda la información concerniente a él) del libro "Princess Mary's Gift Book" pertenece al completo artículo "Arthur Conan Doyle, Spiritualism, and Fairies" de Donald E. Simanek.

También puedes encontrar información adicional en la página web de Cottingley.

PPCMS 2022