La ventaja que tiene el infierno es que todo funciona mucho mejor.
No hace falta que nadie oganice nada, ni que los demonios se pongan de acuerdo entre ellos o con sus clientes. De hecho, pese a la imagen que solemos tener del infierno, la verdad es que los demonios no hacen nada. No hace falta recordar que los demonios no son de naturaleza sociable ni participativa.
Simplemente con que cada demonio o condenado se comporte de manera egoÃsta y persiga su propio interés, el infierno se mantiene en contÃnuo y perfecto funcionamiento. No hace falta nada más.
La gente cree que el infierno es una especie de prisión en llamas, donde los demonios se dedican dÃa y noche a mantener las calderas bién alimentadas. Pero no es cierto.
A los condenados al infierno se les hace creer que están el el cielo, y se les anima a elegir su propia felicidad. Les dicen que tienen derecho a hacer lo que quieran para alcanzar su meta, y que impedÃrselo serÃa una injusticia.
Paradójicamente, esto convierte al infierno en una terrorÃfica máquina de crueldad.
Por ejemplo: Cuando un condenado quiere escuchar música nadie se lo impide. Al contrario, se le anima a ejercer su legÃtimo derecho. Sobre todo, si eso molesta al condenado de al lado, que quiere dormir. Y, por supuesto, las autoridades infernales ven con satisfacción cualquier intento del segundo por proteger su derecho al descanso e impedir a su vecino escuchar esa música.
Por eso mismo los demonios, como te decÃa, no tienen que hacer nada. Simplemente actúan como cualquier condenado y buscan satisfacer sus gustos. De hecho, hay quién dice que los demonios no existen, que simplemente son los condenados con más habilidad, experiencia o fortuna para manipular, extorsionar o aprovecharse del resto. No sé si esto es cierto pero, si asà lo fuera, el infierno serÃa la creación más eficiente jamás concebida por hombre, demonio, espÃritu o diós alguno.
Cada uno solo tendrÃa que seguir su propio interés, y serÃa como si una mano invisible guiase al infierno a su máxima eficiencia. Brillante. Maquiavélico.
Y todo esto sin hablar de la frustración que provoca esta contÃnua e imposible búsqueda de satisfacción. Los condenados escuchan contÃnuamente que lo único que se interpone entre la felicidad y ellos es su propia búsqueda y que aquellos que aún no la han encontrado solo lo deben a sus limitaciones naturales: Si aún no has llegado a lo más alto, es que no has pisado suficientes cabezas.
Lo que sà es necesario es que se impida cualquier posible brote de cooperación. Si algunos condenados empezasen a colaborar entre ellos, ese estado de contÃnua guerra hobbesiana perderÃa eficacia. Es muy improbable que llegaran a subvertir el orden demonÃaco, pero sin duda no serÃa todo lo perverso que puede ser.
Por ello es importante que los condenados crean que están en el cielo, que viven en el mejor de los mundos y que las cosas no pueden ser de otro modo. Y por eso se les recuerda contÃnuamente que tienen derecho a alcanzar esa felicidad prometida, aún a costa de los demás.
Si, el infierno sà que funciona bién.
El cielo es mucho más complicado.
Porque, claro, se supone que allà debe estar agusto todo el mundo. Y eso, siendo como somos cada uno de una manera y con unas opiniones, es muy difÃcil.
Una buena parte del tiempo se les va en decidir qué quieren hacer y cómo lo van a hacer. Por ejemplo: ¿Qué temperatura es la ideal y con qué margen de variación? ¿Cada cuanto tiempo debe cambiarse para adaptarla a los gustos de todos?
Y ponerse de acuerdo no solo es cansado y difÃcil. A menudo también es mucho más lento. Y organizar el trabajo para que nadie haga más que los demás o nadie se aproveche es francamente complicado.
Además, cuando uno decide hacer algo, debe tener siempre en mente si eso causará algún perjuicio a los demás. Después de todo, ellos también se han ganado el cielo y no es cosa de estropeárselo. Ser amable con todo el mundo puede ser muy cansado.
Seguro que tú creÃas que el cielo era perfecto y que todo era disfrutar. Pero no es cierto. Lo de las arpas queda muy bién en una postal pero ¿Y los que prefieran tocar el banjo?. Los rÃos de miel necesitan muchÃsimo mantenimiento para estar lÃmpios (y uno se aburre muy pronto de la miel) y las hurÃes molan, pero también tienen sus derechos y no pueden ser tratadas como objetos sexuales (despues de todo, ellas también están en el cielo).
Por eso las cosas son más complicadas en el cielo que en el infierno. Supongo que se podrÃa aplicar alguna versión de la segunda ley de la termodinámica, pero eso te lo dejo a tà como ejercicio.
En resumen: Si el infierno solo requiere para funcionar que pienses solo en tà mismo, el cielo necesita que pienses en tà y en todos los demás. Como te puedes imaginar, requiere más esfuerzo y es mucho más complicado.
Aunque no tengo acceso a los datos demográficos, supongo que es por eso que hay mucha más gente en el infierno que en el cielo.
según las encuestas y como era de esperar, hay más personas en el cielo que en el infierno que dicen encontrarse satisfechas / muy satisfechas con su situación en la vida.
Pero lo que es más interesante es que, según esas mismas encuestas, hay muchas más personas en el infierno que valoran positivamente su sociedad.
Lo que demuestra, como te decÃa al principio, que la ventaja que tiene el infierno es que todo funciona mucho mejor.
TÃpica conversación de bar. A un lado de la mesa Psicobyte, al otro el amigo w. La cosa, más o menos, se desarrolla de este modo:
Psicobyte: Si, hombre, es que no me acuerdo cómo se llamaba: Esa isla que tiene nombre de tÃo...
w: Mauricio.
Psicobyte: Joder, si. Esa misma. A la primera.
w: Ya.
Psicobyte: ¿Cómo lo has sabido? Hay cientos de islas con el nombre de un tipo que pasó por allÃ, o del rey del tipo que pasó por allÃ...
w: Es que hace muchos años que nos conocemos.
Psicobyte: Y tanto.
Lleva más de veinte años haciendome esto.
Hoy hacÃa un dÃa tan gris, que necesitaba uno de estos.
Ahora está todo mucho mejor.
Mil años tardó en morirse,
pero por fin la palmó.Los muertos del cementerio
están de Fiesta Mayor.Seguro que está en el Cielo
a la derecha de Dios.Adivina, adivinanza,
escuchen con atención.A su entierro de paisano
asistió Napoleón, Torquemada,
y el caballo del Cid Campeador;
Millán Astray, Viriato,
Tejero y Milans del Bosch,
el coño de la Bernarda,
y un dentista de León;
y Celia Gámez, Manolete,
San Isidro Labrador,
y el soldado desconocido
a quien nadir conoció;
Santa Teresa iba dando
su brazo incorrupto a Don
Pelayo que no podÃa
resistir el mal olor.El marqués de Villaverde
iba muy elegantón,
con uniforme de gala
de la Santa Inquisición.Don Juan March enciende puros
con billetes de millón,
y el niño Jesús de Praga
de primera comunión.Mil quinientas doce monjas
pidiendo con devoción
al Papa santo de Roma
pronta canonización.Y un pantano inagurado
de los del plan Badajoz.Y el Ku-Klus-klan que no vino
pero mandó una adhesión.y Rita la cantaora,
y don Cristóbal Colón,
y una teta disecada
de Agustina de Aragón.La tuna compostelana
cerraba la procesión
cantando a diez voces clavelitos
de mi corazón.San José MarÃa Pemán
unos versos recitó,
servÃa Perico Chicote
copas de vino español.Para asistir al entierro
Carrero resucitó
y, otra vez, tras los responsos,
al cielo en coche ascendió.Ese dÃa en el infierno
hubo gran agitación,
muertos de asco y fusilados
bailaban de sol a sol.Siete dÃas con siete noches
duró la celebración,
en leguas a la redonda
el champán se terminó.Combatientes de Brunete,
braceros de Castellón,
los del exilio de fuera
y los del exilio interior
celebraban la victoria
que la historia les robó.Más que alegrÃa, la suya
era desesperación.Como ya habrá adivinado,
la señora y el señor,
los apellidos del muerto
a quien me refiero yo,
pues colorÃn colorado,
igualito que empezó,
adivina, adivinanza,
se termina mi canción,
se termina mi canción.
"Adivina, adivinanza" (J.Sabina)
Definicón experimental de Psicobyte:
Se admiten consejos y rectificaciones (Otra cosa será que se apliquen).