A veces, la presión del simple vivir aumenta sin que te des cuenta.
Supongo que le pasa a todo el mundo cuando, poco a poco, vas descubriendo que no sabes quién eres, ni quién quieres ser.
Sin niguna razón concreta, ninguna tragedia, ninguna amenaza. Solo el discurrir de días sin sentido.
Y tú sigues llevando tu vida de moderada felicidad, tratando de parecer una persona normal, mientras la presión sigue creciendo ahí dentro.
Entonces es cuando empiezas a ser peligroso para la salud de los demás. Si alguien te pregunta "¿Como estas?" en este estado, es posible que le estrangules o le grites o, lo que es peor, le cuentes cómo estás.
Pero, si eres un ser civilizado, aguantas, sonríes y respondes con un "bién, gracias ¿y tú?". Pero los días siguen pasando, idénticos como las celdas de una prisión, pesados como un ejército de apisonadoras, irritantes como cuchillas sobre un cristal.
Y un día un pequeño detalle sin importancia te da el tiro de gracia.
Confundes la sal con el azucar, o no encuentras las llaves, o rompes un jarrón, o te araña el gato...
Y lloras.
Y, con suerte, no hay nadie cerca para decirte que "no es para tanto" o "solo es un jarrón".
La parte buena es que ya has tocado fondo: Desde aquí solo puedes salir hacia arriba.
¿Puede un inocente libro de "introducción a la programación" ser machista? Te apuesto algo a que sí:
ADA
Es un lenguaje desarrollado como una norma del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Es un lenguaje basado en PASCAL, pero más amplio y específico. Fue diseñado tanto para aplicaciones comerciales como científicas. Es un lenguage de multitareas que puede ser compilado por segmentos separados. Se llama ADA en honor de Augusta Ada Byron, condesa de Lovelace e hija del poeta inglés Lord Byron.
directamente copiado de esta página, y que solo repite lo que cientos de libros de introducción a la informática dicen, es lo que comentábamos este mediodía Campanilla y yo.
Si lees a Campanilla sabrás que tiene un punto feminista bastante pronunciado. Me gusta pensar que tengo algo de culpa en ello: Fuí el que le regaló "El segundo sexo", de la Beauvoir.
El caso es que yo trataba de hacerle notar el que, en esas definiciones, dice cosas como "Se llama ADA en honor de Augusta Ada Byron, condesa de Lovelace e hija del poeta inglés Lord Byron".
Que es cierto que se llame ADA en honor a Ada Lovelace.
Y también es cierto que Ada fuera hija de Byron.
Pero tú, que eres un lector avispado e inquisitivo, te preguntarás qué cuernos tiene que ver la hija de un poeta romántico con un lenguaje de programación.
Y eso es lo jodido: Que no lo cuentan. De modo que, si te parece, vamos a verlo:
Efectivamente, Ada Lovelace, la señorita de la foto de la izquierda, era hija de Byron, el poeta.
Pero esto no pasa de mero accdente genético: Ella no llegó a conocer a su padre, que lo único que le dió jamás fué su apellido.
Resulta que la joven Ada estudió matemáticas, lo que, para una mujer de su época, era casi un estigma social.
Resulta que, a raiz de sus estudios, concoció a Babagge, que estaba diseñando su "máquina analítica".
Resulta que colaboró con él en el diseño de esa máquina (Babagge andaba un poco pez en matemáticas) y, de hecho, aportó novedades y corrigó errores del proyecto inicial.
Ideas como la de usar tarjetas perforadas son suyas.
Pero, lo que es más importante, ella inventó conceptos como el "salto condicional" o la "subrutina", fundamentales para la programación. Y también inventó una notación para describir los algoritmos del la máquina analítica: El primer lenguaje de programación.
Y, además, escribió el primer programa informático de la historia.
De modo que la definción de arriba, esa de "Augusta Ada Byron, condesa de Lovelace e hija del poeta inglés Lord Byron", sin ser falsa, empieza a sonar bastante parcial y machista. Y además no explica nada porque ¿Que tiene que ver Byron con esto?
Sería mucho más razonable poner algo así como "Augusta Ada Byron, condesa de Lovelace y el primer programador de la historia."
Asi que, desde aquí, mis respetuosos saludos a Ada, de colega a colega.
Como verás, un inocente libro de "introducción a la programación" si puede ser machista.
P.D: Antes de que alguien haga alusión al género empleado en la expresión "el primer programador", aclararé que es deliberado: En español no hay género neutro. Para referirse a ambos géneros se usa el masculino. Ada fué el primero, hombre o mujer.
A veces, parecemos olvidar que, en las guerras, muere gente.
Porque, claro, mientras sean los otros los que mueren, no pasa nada. Lo terrible es cuando mueren los nuestros.
Este iba a ser el principio de una nota en este blog. Pero el amigo Arkangel se me ha adelantado en un artículo que recomiendo y suscribo y al que creo que no puedo añadir nada útil (de hecho, intenté dejarle un comentario, pero no fuí capaz).
A este mismo tema ha hecho referencia prosopopeyo en su blog.
Cuando murió José Couso la culpa fué suya: Despues de todo, el sabía donde se metía, y en las guerras pasan esas cosas.
Pero, cuando los que mueren son soldados o agentes secretos o qué se yo, entonces es culpa de unos asesinos y unos terroristas.
Y esta vez estoy de acuerdo: La culpa es nuestra, los asesinos terroristas que hemos mandado allí a esos hombres.
Porque no nos engañemos: A los soldados se los manda a la guerra a que maten y a que los maten. Y matan. Y los matan.
La única forma de evitarlo es no ir.
Pero, claro, hay que ir. Para salvar la Paz, la Democracia, la Libertad y todas esas cosas.
Ah, y la economía.
Ayer me recordaba Arkangel, hablando de este tema, que yo participé en las manifestaciones mundiales contra la guerra, decía algo así como "Se lo podrás contar a tus nietos".
Pero me surjen dos cuestiones:
Primero: ¿Contarles qué? ¿Que salimos millones de personas a la calle para nada? ¿Que pudimos ver como nuestro gobiernos nos ignoraban? ¿que pudimos creer que democracia es algo más que una palabra? ¿Que millones de estúpidos intentamos parar una guerra inevitable? Si les contara esto, pensarían que el abuelo estaba chocho.
Y segundo: No me atrevería a traer hijos y nietos a este mundo.
Si es que, además, son unos desagradecidos.
Te molestas en bombardear sus casas, sus líneas electricas, sus canalizaciones de agua, sus mezquitas, sus museos, todo (salvo el ministerio del petroleo, eso no lo bombardeas).
Matas a sus padres, madres, hijos, hermanos...
Invades su pais, ocupas sus ciudades, tomas sus aldeas...
Haces todos esos sacrificios por su bien.
Y ellos, en vez de mandarte un ramo de flores por San Valentín, se cabrean.
Y matan a nuestros heróicos y esforzados hombres, que van allí en amable visita humanitaria.
¿Y porqué matan a nuestros muchachos? Porque son muy malos. Y unos fánaticos, y unos fundamentalistas, y unos terroristas, y unos asesinos.
Toma análisis histórico-político.
El invierno es frío, gris y solitario.
La luz, filtrada por tristes nubes oscuras, ha perdido toda la vida y, en lugar de acariciar la vista y dibujar sombras, mancha las calles de tonos apagados.
El frío corta el aliento y obliga a la gente a esconderse bajo capas y capas de ropa, los movimientos se hacen cansados, los gestos son lentos, las expresiones se atenúan y todos parecemos hablar en susurros.
El invierno incrusta sus raices en el alma y la ahoga, congelándola de apatía, absorbiendo las brasas de vitalidad, dejando solo cenizas mojadas.
A veces, parece que el invierno no va a acabar nunca, que en adelante la ciudad será siempre ese estrecho espacio acotado entre el cielo de plomo y el plomo del asfalto.
Pero, al final, todos los inviernos pasan. Aunque algunos tarden más que otros.
Y algunos son muy largos.
La V. se nos va a ir.
Ella, que es "más punky que to las cosas" y más bolchevique que el tío rojo de Trotsky, se va al ejercito, previsiblemente a conducir un tanque, que es un chisme grande blindado y que sirve, fundamentalmente, para matar gente.
Esto, con todo lo chungo que es de por sí, no es lo peor.
Porque ella ha pensado lo que quiere o nó hacer, lo que necesita y lo que puede conseguir, y su decisión es suya y solo suya.
Si ella quiere defender la integridad de la patria o dedicarse a intervenciones humanitarias nosotros, aunque nos pese, estamos con ella. Sin dudarlo.
Y sabemos que la decisión no ha sido fácil y que tiene sus razones para hacerlo.
Lo malo de verdad es que se vá, presumiblemente, a Zaragoza. Y no es que tengamos nada en contra de Zaragoza ni los maños. Es que eso está muy lejos.
Y la vamos a echar de menos.
Mucho.
Porque, a pesar de todo, nos cae bién.
Pero, para que nadie diga que me pongo sensiblero, añado un par de notas dedicadas expresamente a la V. para su disfrute personal:
Mira, mona: El verde quaqui te sienta fatal. Mucho mejor el rojo o el azul.
Mira, republicana: El Rey de España, Don Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias es ahora tu jefe.
Mira, dormilona: Ahora vas a ver lo que es despertarse a toque de corneta.
Y ya, para acabar mi arenga antimilitar:
Seguramente no te acordarás de un comentario que una vez te hice, sobre un párrafo de La Internacional que los comunistas acabaron censurando.
Si algún día te ves en la tesitura de tener que apuntar a alguien con el chisme ese, acuerdate del quinto párrafo de la versión original de La Internacional:
Los reyes nos embriagaban con sus vanidades,
paz entre nosotros, guerra a los tiranos.
Apliquemos la huelga a los ejércitos,
¡culata al aire y rompamos filas!
Si se obstinan esos caníbales
en hacer de nosotros héroes,
pronto sabrán que nuestras balas
son para nuestros propios generales.
Y, por cierto: ¡Cuadrese, soldado!