Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Banda Sonora

De pequeño, mi hermano y yo desayunabamos sendos "colacaos" antes de ir al colegio mientras, en la radio, se escuchaba el serial radiofónico "la saga de los porretas".

Mis recuerdos de los desayunos de mi infancia estarán por siempre sonorizados por la voz asmática del abuelo Segismundo.

Por las mañanas de mis veranos en Lanjarón, moscas madrugadoras jugaban a lo que quiera que sea que juegan las moscas, que básicamente consiste en dar vueltas en el aire unas en torno a las otras. La luz (que, como todo el mundo sabe, en las mañanas de verano es mucho más lenta de lo normal) se filtraba por una rendija en la ventana y proyectaba una imagen de cámara oscura sobre el techo. La imagen borrosa e invertida de la carretera era cruzada rápidamente por algún coche o, con más calma, por un viandante matutino con su burro.

Al rato, acababa entrando en escena un esperado chaval con una carretilla, gritando el conocido sonsonete "tooortibollooo" (que es una forma muy alpujarreña de decir "Tortas y bollos" a una potencial clientela ignorante de los peligros del colesterol).

Las mañanas de Lanjarón suenan a "tortibollo" con su particular e inolvidable entonación, y al zumbido de alguna mosca retozona.

De pequeño también tenía un gran camión de bomberos, hecho de lo que hoy se consideraría peligrosísima chapa metálica, lo suficientemente grande para que yo me pudiera encaramar sobre él. Tenía una larga escalera extensible y era rojo. Fabulosamente rojo.

Yo me arrastraba sobre la alfombra y hacía rodar mi gigantesco camión de bomberos (que, según las ocasiones, podia ser tanto eso como un tren o una nave espacial).

En mi memoria, la ventana del salón siempre proyecta un revitalizador abanico de brillante (y sospechosamente irreal) luz veraniega, en el que partículas de polvo se agitan en su mística danza browniana. Y, en el tocadiscos (que es un chisme parecido a un reproductor de CDs, pero con los discos más grandes, llamados "elepés", de vinilo negro brillante), suena Demis Roussos cantando "Adios, mi amor, adios" o "morir al lado de mi amor".

La banda sonora de mi infancia está firmemente anclada en un griego barbudo de inabarcable perímetro. Bién mirado, sería difícil tener un pasado con un referentes musicales de raíces más solidas que esas.

Comentarios

[18 de Enero de 2005 a las 08:57] Man in the Lighthouse
¡Buenos dias, Psico!
Este post me ha impresionado por lo cerca que está del tipo de cosas que yo escribo. Así que no te puedo decir que me ha gustado mucho, porque seria una inmodestia, ¿no? ;)
Bueno, vale... te lo digo: aunque no deje demasiados comentarios, me sigue gustando mucho leer tu weblog. Hala.
[21 de Enero de 2005 a las 18:24] Allan Psicobyte
Me halagas y sonrojas lo indecible, Man.

Quizás es porque te leo y me gusta cómo escribes (que lo hago y me gusta).
Quizás es un plagio involuntario. En cualquier caso, me alegra que te haya gustado.
[24 de Abril de 2005 a las 20:12] mama
no habia leido este post,me alegra que sean esos tus recuerdos ,tranquilidad,musica y juegos.
[08 de Junio de 2012 a las 18:18] SILVIA
Mis veranos en Lanjarón a la rica torta también.....

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