Este es el regalo (artesanal) que me ha hecho mi amiga Eli.
Como sé que te mola y que, ahora mismo, me tienes un montón de envidia, te paso el enlace a su instagram en https://www.instagram.com/gabanna.art/, para que puedas asomarte por allí a ver las cosas que hace con resina, encargarle que te diseñe casi cualquier idea que puedas imaginar y, preferiblemente, gastar cantidades ingentes de dinero en montones de cositas coloridas.
Cuando estás en cuarentena y teletrabajando, las pausas para el café son de otra manera.
Este es mi trabajo "Beyond the nipple", que ha ganado el concurso de arte que se ha celebrado durante las JASyP.
Pedían obras alusivas a alguno de los temas de las jornadas, y yo me decidí por tratar la censura.
En los últimos tiempos, parece que los casos de censura en redes sociales más mediáticos ha sido los relacionados con las políticas de Facebook en contra de los pezones. Los pezones están prohibidos: Se trata de una regla simple, clara y distinguible, tan efectiva que casi la tenemos internalizada (luego hablaré un poco más sobre esto).
Sin embargo, en Facebook y otras rede sociales se censuran continuamente montones de imágenes (y textos, vídeos y otros tipos de contenidos pero, por la naturaleza de esta obra, me he centrado en las imágenes). A veces, en casos concretos, los propietarios de las redes argumentan las razones de esta censura. Más menudo no lo hacen, o simplemente afirman que contravienen las "normas de uso".
A veces, por el contexto, se puede adivinar si la motivación es de tipo religioso, político u otro. Pero, normalmente, es inútil buscar una explicación. A menudo es incluso contraproducente: Tratar de adivinar una "causa" para esa censura es entrar en su juego, admitir que tienen ese derecho.
Con esta idea en mente planteé esta obra como una alegoría de esta doble realidad. Sobre el fondo de una pantalla en la que se adivina un perfil de Facebook, un pecho femenino muestra su pezón. Sin embargo, si el ojo se aproxima, se puede descubrir que la escena, en realidad, está construida como un mosaico de imágenes más pequeñas (365, concretamente).
Cada una de estas 365 imágenes ha sido censurada en algún momento en alguna red social.
Si esta alegoría no fuese ya lo bastante poco sutil, un texto al lado de la imagen explica el chiste con bastante poco tacto (y con un par de erratas):
Si miramos más allá de las políticas de "Nada de pezones" por las que son conocidas redes sociales como Facebook, Instagram u otros, podemos ver que en todo el mundo se están censurando imágenes, textos y contenidos de todo tipo por motivos políticos, religiosos, raciales, ideológicos, de género o, generalmente, sin alegar justificación alguna.
Esta obra es un mosaico creado a partir de una selección de 365 imágenes que, en algún momento, han sido censuradas en una u otra red social.
Algunas notas sueltas sobre la obra:
La parte más tediosa del trabajo ha sido, sin duda, encontrar las imágenes.
En la medida de lo posible, he buscado comprobar a un nivel razonable que realmente han sido censuradas. Normalmente buscando capturas de pantalla en las que se viese el mensaje de censura de la red en cuestión en cada caso, pero también me he fiado de la prensa cuando he encontrado la imagen a través de una noticia.
La mayor parte de las imágenes que provienen de redes sociales Chinas las he encontrado en la recopilación de Propublica China’s Memory Hole: The Images Erased From Sina Weibo.
Aunque los gobiernos de algunos países dedican recursos a este tipo de censura directa, la mayoría opta por una política de incentivación de la auto-censura: No elimina los contenidos no deseados (o no suele hacerlo), sino que persigue legalmente a sus autores o divulgadores de forma a veces ocasional, a veces más sistemática. Rusia o España son casos paradigmáticos de este tipo de censura "pasiva".
Naturalmente, el número de imágenes censuradas en redes sociales es mucho mayor que la pequeña selección que yo he hecho. La mayoría de ellas son censuradas sin que nadie, salvo la persona que originalmente la puso en la red, se entere. Aún son más las que nunca llegan a ponerse, porque ya sabemos que las quitarán.
Durante la recopilación me encontré con una dificultad añadida: Cuando la prensa habla de alguna de estas imágenes censuradas por las reces sociales, suele mostrar en sus páginas una versión censurada por ellos mismos.
Esta captura de ejemplo de La Vanguardia se repite sistemáticamente en casi cada publicación. Puede parecer ridículo o inconsistente criticar la censura con imágenes censuradas pero la prensa, hoy día, depende tanto de las redes sociales para su difusión que no puede permitirse el lujo de que sus contenidos no aparezcan e ellas (nota los botones de "compartir" abajo, y que la publicidad encubierta de la derecha ocupa casi más espacio que la foto de la noticia).
Esto genera un segundo problema: Los contenidos censurados con pixels, cuadros negros o lo que sea se difunden tanto que llegan a eclipsar las apariciones de los originales en los buscadores.
Una vez seleccionadas las 365 imágenes que formarían parte del mosaico, las recorté manualmente para que fueran cuadradas. Se podría haber hecho automáticamente, pero no sin deformarlas o sin perder la idea de cada foto (de algunas fotos que tenían tamaños o formas complicadas tuve que sacar varios cuadrados).
Por último, utilicé el programa Metapixel (que es software libre) para construir el mosaico a partir de la fotografía del natural y las imágenes.
El resultado, impreso a un tamaño de 841 X 594 mm (para que pudiesen apreciarse las imágenes del mosaico) aún sigue expuesto en el hall de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Informática y de Telecomunicaciones de la Universidad de Granada.
Como me he dado cuenta de que no pongo por aquí cosas de trabajo, y como creo que hacerlo podría servir para parecer un tipo más serio y respetable (y empleable) y para potenciar mi imagen de gurú, estos días he estado haciendo un poco de flashback, escribiendo algunos posts sobre cosas que hice en su momento (principalmente charlas, exposiciones, talleres y videoconferencias) y que, aunque las mencioné en redes sociales, de las que no hablé por aquí en su momento.
Por ahora van unas pocas, iré poniendo más poco a poco:
La Fundación Internacional Baltasar Gargzón, junto con la Fundación por la Justicia, organizó en la facultad de Economía y la Nau de la Universitat de València unas jornadas como parte de su proyecto Corrupción Zero.
Para estas jornadas se elaboraron cuatro mesas de trabajo formadas por expertos de diversos campos, con el objetivo de aportar unas líneas de acción para el diseño de un software de detección temprana de la corrupción.
Basándome en mi pasada experiencia como miembro de la Oficina de Software Libre de la Universidad de Granada, mi aportación a una de estas mesas de trabajo (la dedicada a "Contribuciones para el desarrollo de una vigilancia informática") giró en torno al tema del software libre como herramienta y filosofía y la transparencia como ejemplo de las ventajas y los riesgos (la presentación puede descargarse aquí).
Puedes ver más detalles en el documento (PDF) del proyecto, el programa del evento y la notica en la web de la Generalitat de Valencia y en El Diario o, en Twitter, con el hashtag #corrupcionZero.