Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Nota rápida

Estoy en clase con Cillero, que está hablando de diseño, hojas de estilo, etc.

Me he metido un momentito aquí en el blog, para dar la noticia, porque es probable que él, dadas las circunstancias, tarde algo en hacerlo.

Despues de que Malglam y Enlavin dieran su buena noticia, parece que el ejemplo ha cundido:

El Cillero ha sido pápa.

Unión bananera

Estos días ando especialmente escaso de tiempo y, además, estoy realmente agotado. Así que no añadiré nada a lo que ya han dicho La petite Claudine y bruto (a quién, por cierto, copio el título del post).

No Banana Union, No Software Patents - Support Denmark!

Testículos, avispas, un informe y la película

El hilo conductor de este post es especialmente tenue y, la verdad, algo traído por los pelos. Pero, si me sigues hasta el final, verás que el título está plenamente justificado.

Los Testículos

Aludir con su nombre a aspectos sexuales (tanto fisiológicos como conductuales o sociales) del ser humano se suele considerar, cuando menos, de mal gusto. A menudo, incluso, como algo escandaloso.

Por otro lado, cierta herencia (probablemente machista) del lenguaje hace identificar algunas cualidades morales con características sexuales.

Así es por ejemplo el caso del valor y los testículos: "Tener cojones" es sinónimo de "Ser valiente".

Pero, como ya te he comentado arriba, la alusión directa a los testículos no se considera de buén gusto. De modo que tirando un poco de metáfora, "Tener huevos" puede servir para aludir a lo mismo.

Cabe notar que, para encontrar el parecido entre un huevo y un testículo, hace falta cierta imaginación. Pero la imaginación humana parece ser ilimitada para estas cosas, y todo el mundo suele captar sin problemas que, en la frase anterior, un huevo vale por un téstículo.

Precisamente porque todo el mundo lo entiende, la alusión a los huevos también se considera de mal tono, nada adecuada para, por ejemplo, una cena en casa del embajador.

De modo que se recurre a metáforas más desusadas y neutras, como la de "Tener agallas".

La mayoría de los peces usan para respirar unos órganos que no remedan, ni lejanamente, la apariencia de un testículo. Son esos órganos a los que comunmente llamamos "agallas".

Por otro lado, no se puede decir que los peces sean especialmente conocidos por su valor, ni que el hecho de tener bránquias aporte una imagen de valentía a nadie.

Agalla de roble

Pero es que exiten otras "agallas" que no tenen nada que ver con órganos respiratorios.

Ciertos árboles presentan, a veces, unas excrecencias de forma redondeada en sus ramas o, mas a menudo, en el envés de sus hojas, a las que también se conoce como "agallas".

Una mente lo suficientemente imaginativa para asociar un testículo con un huevo tampoco debería tener problemas para verle la similitud con estas "agallas". Especialmente con las más frecuentes, que son las del roble, y que puedes ver en la imagen de la izquierda.

Con lo que volvemos al tema original: "agallas" es sinónimo de "cojones", pero evitando, como te decía al principio, el escándalo de hablar de los órganos sexuales con su nombre.


Las avispas

Pero, volviendo a los árboles. ¿Qué son las dichosas agallas?

Pueden deberse a infecciones de hongos, bacterias u otros microorganismos, pero la principal causante es una familia de insectos, que reciben el poco poético pero descriptivo nombre de "avispas formadoras de agallas" (Técnicamente, son la familia Cynipidae).

Se trata de unas pequeñas avispas, cada una de cuyas especies está especializada en parasitar una planta concreta. Eligen para ello zonas en crecimiento, como brotes, hojas, etc, donde haya células en fase de división. Clavan allí su ovopositor y depositan uno o más huevos en el interior de los tejidos de la planta.

Ciertos compuestos presentes en el huevo o producidos por la larva estimulan, no se sabe muy bién cómo, el crecimiento del tejido circundante, lo que crea una hinchazón en este (la agalla en sí).

La agalla sirve entonces de refugio y alimento a la larva, que pude crecer y engordar cómodamente a salvo de los peligros del exterior.

Existe un montón de especies de estas avispas parásitas, y su estudio tiene, además del natural interes científico, un gran valor comercial: Muchos cultivos tienen su propia avispa parásita, y es conveniente saber cómo combatirlas. Además, de algunas de estas agallas se extraen compuestos químicos de interés farmacológico e industrial.

El informe

Alfred Kinsey

Durante la primera mitad del siglo XX el profesor Alfred Kinsey, de Harvard, se dedicaba al noble, necesario, quizás interesante, pero poco reconocido campo de la taxonomía. Concretamente de la misma familia Cynipidae que te he comentado.

Los taxónomos son gente bastante peculiar: Si no tienes una especie de obsesión por recopilar montones de ejemplos de una misma cosa, no eliges esta profesión.

Y Kinsey tenía esa manía.

Recorrió Estados Unidos recopilando, clasificando y describiendo miles de ejemplares de unas avispas que suelen medir menos de un milímetro, y creó la mayor colección de estos insectos.

Un trabajo de chinos, oye. Pero no es uno de esos trabajos que te llevan a la fama mundial.

Pero un día la vida de Kinsey iba a cambiar drásticamente.

La universidad de Harvard quería impartir una especie de curso de "Introducción al Matrimonio", para parejas que estaban a punto de casarse. Básicamente querían explicarle a los estudiantes todo el asunto ese de "de donde vienen los niños" que se supone que ya debían haberles contado sus padres. No era una tarea demasiado interesante ni agradable, y le encomendaron el trabajo a él.

Cuando Kinsey comenzó a dar esas clases, se dió cuenta de varias cosas:

La primera de ellas era que los estudiantes sabían bastante poco al respecto.

La segunda, que él mismo tampoco sabía demasiado.

Y, la tercera fué que no había estudios ni investuigaciones serias disponibles: Simplemente, nadie sabía realmente dar respuesta a las preguntas que le hacían sus alumnos.

Y como Kinsey era un taxónomo con mentalidad de taxónomo, hizo lo que habría hecho cualquier taxónomo: Recopilar montones de ejemplos de una misma cosa. En este caso, la vida sexual de la gente.

Una investigación sobre las respuestas a una serie de cuestionarios de unos 5.000 individuos acabó conformando, en 1947, un informe de 840 páginas titulado "Sexual behavior in the Human Male" Más conocido hoy día como el "informe Kinsey".

El Informe hablaba sin tapujos y sin hacer juicios de valor sobre la sexualidad, y molestó, enfadó y escandalizó a gante de diverso tipo a todo lo largo del país. Porque, ya sabes, hablar abiertamente de cuestiones sexuales se suele considerar, a menudo, como algo escandaloso.


La película

El director de cine Bill Condon ha rodado una película sobre la vida de nuestro entomólogo protagonizada por Liam Neeson (Que, por cierto, no se parece en nada al personaje). No sé si saldrán las avispas, pero seguro que se hablará mucho de sexo.

La película ha sido rodada fuera de los circuitos de Hollywood (como no podía ser de otro modo) y ya ha escandalizado a muchos en su país de origen.

Y, es que, como te decía al principio:

Aludir con su nombre a aspectos sexuales (tanto fisiológicos como conductuales o sociales) del ser humano se suele considerar, cuando menos, de mal gusto. A menudo, incluso, como algo escandaloso.

Estudiar

Hace años que no voy a ningun curso de nada (descontada, por razones obvias, cierta basura de la que ya te hablé). La última vez que me senté en algo parecido a un pupitre fué, si eso cuenta, para el carnet de conducir.

Me lo he estado pensando y me apetece ir a alguno.

Tras muchas dudas y quebraderos de cabeza he dejado las opciones en dos, y me lo he jugado a cara o cruz.

Ha salido cruz.

Por lo tanto, me temo que no haré el de Canto de armónicos y el cantar del Alma.

Ha salido el de Arquitectura de la Información del que hablaba JJ el otro día.

Creo que conviene aclarar que las opciones eran:

Cara: Hago el que decía JJ.

Cruz: Hago el que decía JJ.

Canto: Hago el que decía JJ.

Tengo que comprarme un block y un juego de bolígrafos azul, negro, rojo y verde.

Una mirada a la oscuridad

Una mirada a la oscuridad

La película

Ni siquiera sabía que estaban preparando una película, pero leo en un post de pjorge que ya hay un trailer de la versión cinematográfica de la novela de Dick "Una mirada a la oscuridad".

Actores reales tratados con ordenador hasta el punto de parecer personajes de animación. Tiene buena pinta (Para los que hayan leido la novela: Ojo al efecto del monotraje mezclador).

La novela

Imaginate que eres un policía encubierto luchando en contra de la droga más sofisticada conocida. Como la propia policía está infestada de chivatos, topos y espías, siempre que te relaccionas con tus compañeros llevas un traje especial que impide que te reconozcan.

Pero además tratas de infiltrarte entre los narcotraficantes: Actuas como un pequeño traficante de drogas en un barrio marginal.

Y te encargan la misión de investigarte a tí mismo, introducir cámaras en tu propia casa, llenar de micrófonos tu dormitorio y escuchar tus propias conversaciones telefónicas.

El auténtico problema empieza cuando notas que el tipo que estás espiando (y que eres tú mismo) hace cosas que no recuerdas haber hecho cuando eras él.

Para que te hagas una idea, Te regalo un fragmento de Una mirada a la oscuridad. Si no te parece suficiente, te recomiendo encarecidamente que te pases por la Página Preservadora. Si eres fan de Dick, o simplemente aficionado a la ciencia ficción, no te arrepentirás.

Pagó al taxista, sacó la llave de la puerta y entró en la casa.

Sintió al instante una invisible mirada: las holocámaras observándole. Una sensación que advirtió nada más cruzar la entrada. Estaba solo, no había nadie más en la casa. ¡Falso! Estaba con las holocámaras, insidiosas e invisibles, observando y grabando su imagen, todo lo que hiciera o dijera.

Igual que te observan los garabatos pintados en las paredes de unos urinarios públicos, pensó. ¡SONRÍE! ¡ES UNA FOTO ESPONTÁNEA! En cuanto entro en esta casa, vuelvo a ser yo. Una situación pavorosa que no le gustaba nada y de la que era consciente desde el primer día. Habían llegado a casa tras el "incidente de la mierda de perro" -así lo denominaba él mismo-, y ni siquiera aquella visión podía borrar la sensación de estar vigilado por las holocámaras, la sensación que cada día se volvía más insoportable.

-No hay nadie en casa, supongo -dijo en voz alta, siguiendo su costumbre.

También las unidades de vigilancia habrían grabado eso, seguro. Soy un actor ante la cámara, pensó, y actúo como si esa cámara no existiese, o la toma no serviría para nada.

Es la única toma. En esta mierda de película no hay una segunda posibilidad. O la primera sale bien, o se elimina. Pero yo soy el eliminado. El castigo es para mí, no para los que observan los monitores.

Mi única salida es vender la casa, decidió. Ya está hecha un asco, pensándolo bien... Pero... amo esta casa. ¡No hay salida!

Nadie podrá echarme de aquí.

Por ninguna razón, ya pueden inventarse lo que quieran.

Suponiendo que haya alguien dispuesto a buscar motivos.

Puede ser algo que sólo exista en mi imaginación. "Ellos", los que me observan. Paranoia. O quizá sea "lo" que me está observando, algo carente de personalidad.

Da lo mismo: "ellos" o "lo", pero no es nada humano.

Al menos, eso me dicta mi criterio. No sé reconocerlo como humano.

Una situación absurda, pensó, pero pavorosa al mismo tiempo. Un ser muy simple me está haciendo algo, aquí, en mi propia casa, delante de mis ojos.

Probablemente esta no sea la mejor novela de Dick (Prefiero, por ejemplo, la estupenda ucronía "El hombre en el castillo"). Tampoco es la obra más lisérgica de este enloquecido autor (cuya locura consitía en creerse loco). Pero probablemente es la más paranoica que escribió.

Philiph K. Dick

Philiph K. Dick (Que, casulamente, hoy mismo hace 23 años que falleció) es el arquetipo del escritor de ciencia ficción excéntrico hasta el borde de la locura: Llegó a ver a Dios (en forma de rayo laser de color rosa) y escribió a raiz de ello una serie de novelas parcialmente autobiográficas (VALIS, La invasión divina y Radio Libre Albemuth). Los personajes de Dick son siempre antihéroes inmersos en una historia que no suelen comprender y a la que desearían no pertencer. El límite entre ilusiones, sueños y realidad se desdibuja, a menudo hasta desaparecer completamente, y los personajes (y el lector) dudan de su propia identidad, de su realidad o de su sola existencia.

Hace poco José Manuel habló de Dick en su blog. Yo solo añado a su resumen que Dick fué un tipo bastante prolífico, que se movía estupendamente bién en el relato corto, y que, probablemente, es el autor de ciencia ficción del que más obras se han adaptado al cine.

En resumen, es uno de esos autores que tienen desde fans incondicionales hasta otros lectores a los que, bueno, no les acaba de convencer.

La carta

Sobre el asunto de la locura de Dick, hay una vieja anécdota que cuento siempre que tengo oportunidad (últimamente creo que ha salido en todas las kedadas) según la cual Dick acusó antel el FBI a otro autor de ciencia ficción, el magnífico Stanislav Lem, de ser en realidad un espía soviético.

He encontrado el texto de la carta (fechada en 1974) en las FAQ de la propia página oficial de Lem, y te copio aquí un fragmento:

[...] all of them without exception represent dedicated outlets in a chain of command from Stanislaw Lem in Krakow, Poland, himself a total Party functionary (I know this from his published writing and personal letters to me and to other people). For an Iron Curtain Party group -Lem is probably a composite committee rather than an individual, since he writes in several styles and sometimes reads foreign, to him, languages and sometimes does not - to gain monopoly positions of power from which they can control opinion through criticism and pedagogic essays is a threat to our whole field of science fiction and its free exchange of views and ideas [...].

Que, en español, dice más o menos esto:

[...] todos ellos, sin excepciones, representan conexiones dedicadas en una cadena de comando desde Stanislav Lem, en Cracovia, Polonia, un funcionario del partido (lo sé por sus obras publicadas y por las cartas personales que envió a mí y a otras personas). Que un grupo del Partido de la Cortina de Hierro -Lem es probablemente un comité compuesto más que un individuo, dado que escribe en varios estilos y a veces lee idiomas extranjeros, y a veces no lo hace-, gane posiciones monopólicas de poder desde las cuales pueda controlar la opinión a través de la crítica y los ensayos pedagógicos, es una amenaza para nuestro campo de la ciencia ficción y su libre intercambio de visiones e ideas [...].

(Las negritas son mías)

PPCMS 2022