Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Sobre la publicidad

Si eres asiduo del bloguerío hispano, sabrás que estas últimas semanas ha estado francamente agitada.

No. No es que el asunto de la Álvaro de Bazán nos haya hecho indignarnos y exigir responsabilidades, nada tan prosaico.

Lo que se ha propagado como una cerilla en un polvorín es el ya viejo (pero no por ello menos fundamental) tema de la publicidad en los blogs.

Veamos, te cuento la historia, más o menos, como yo la he visto:

Campañas

Los de Microsiervos se unen a la campaña Ad-Free Blogs, que reniega de toda publicidad corporativa en los blogs.

Esta renuncia, a la que se ha unido un montón de gente, va en general acompañada de los lógicos enunciados del tipo "los que no ponemos propaganda somos mucho más éticos que los demás".

Lo que ha provocado que algunos que sí tienen publicidad se piquen un poco. Como pjorge que, razonablemente, dice que es muy cómodo no vender tus principios cuando nadie quiere comprártelos.

Esto ha dado lugar a un par de campañas, representadas por un lobo y un conejo respectivamente, al grito de "lo que mola es poner anuncios".

La idea va en la línea de "La propaganda aporta algo, la ponen los que pueden, y ayuda a mantener esto en marcha".

Pero si el ecosistema empezaba a saturarse, la cosa ha ido a más:

Un borrego hipercefálico en tu blog significa que te dá igual hacer propaganda comercial o no hacerla, y un ornitorrinco indica que estás dispuesto a cobrar por no poner publicidad en tu blog.

¿Y qué hacemos aquí?

Personalmente, creo que cada cual puede hacer lo que le de la gana, y hacer una campaña a partir de ello es, quizás, un poco excesivo. Son los respectivos lectores de cada blog los que deben decidir si sus contenidos les parecen influenciados por los anuncios, o si incomodan la lectura. Y son ellos los que harán "uso" de esa publicidad o nó. Cada blog es un mundo y, supongo, no hay una repuesta común para todos.

El caso es que a mí lo de poner publicidad no acaba de convencerme por muchas razones. Una de ellas son los posibles "desacuerdos" entre contenido y publicidad, como este de Tio Petros. Otra es que no sé si me renta.

Pero este blog tiene unos costes (hosting y dominio) que este año me temo que se van a incrementar sensiblemente. Y hace tiempo que me planteo poner anuncios por aquí, a ver si compenso aunque sea una parte del gasto. Siempre acabo echándome atrás y pasando de publicidad, pero lo mismo un día acabo haciéndolo.

Petición de ayuda

Lo que yo quiero hacer ahora es lo que parece que no ha hecho ninguno de los seguidores de estas campañas (ni tienen por qué hacerlo), que es preguntarles a sus lectores (que, despues de todo, son los que "padeceran" esa publicidad).

Aún no he decidido nada (ni tengo prisa por hacerlo) pero ¿Cómo ves tú lo de meter anuncios en este humilde (que no modesto) agujero de la red?

¿Ganaré dinero y conservaré mi integridad?

¿Me venderé al capital si lo hago?

¿Me venderé pero me haré muy rico y no me importará?

Me haré más responsable y aprenderé a escribir?

¿Seguiré igual de pobre pero con un baner incordiando?

¿Te sentirás traicionado y dejarás de leer mis estupideces?

¿Vas a dejar de leer este estúpido blog de todos modos?

Adelante, de verdad que necesito tu ayuda.

Esto no significa que piense poner propaganda por aquí en breve, solamente lo estoy pensando. (Y espero poder pensarlo durante mucho tiempo.)

Ciencia y religion

He recibido varias copias del texto que sigue de amigos y desconocidos que, basándose en cierta semejanza estilística con el post de matrimonio y católicos, pensaban que podría interesarme. Algunos, incluso, me preguntaban si yo era también el autor de este.

No, no soy su autor (aunque me hubiera gustado) ni tengo nada que ver con él. El texto, como suele ocurrir con estas cosas, se ha propagado por toda la red, y se puede encontrar en multitud de blogs. He estado googleando un poco a ver si lo localizaba, y parece que la versión más antigua (de la que copio la que te pongo abajo) está firmada por un tal Jose Mª Rosell Tous (pero no sé si en calidad de autor o de editor), en Rebelion.org (He llegado a él gracias al blog de Akin. Si alguien tiene alguna otra pista, sería muy interesante conocerla).

Somos un grupo de docentes de todos los niveles educativos que estamos muy preocupados por el bajo nivel cultural en nuestra sociedad, los altos índices de fracaso escolar y la proliferación de telebasura.

Para salir de esta situación queremos traspasar los muros de las escuelas, los institutos y las universidades, llevando la cultura y la educación a ámbitos en los que hasta la fecha hemos estado ausentes, en los que nuestra dejadez ha privado a muchos ciudadanos del derecho universal a la cultura.

Como primer paso, queremos llegar a un acuerdo con las autoridades eclesiásticas para que nos cedan un diez por ciento del tiempo de las misas con el fin de que profesores especialistas en las distintas disciplinas puedan llegar más fácilmente a los creyentes mediante breves intervenciones didácticas.

Estamos estudiando cuál sería el momento idóneo para insertar en las misas contenidos científicos y culturales, tal vez inmediatamente después de la consagración o justo antes del padre nuestro.

Está claro que algunos feligreses podrían, con razón, objetar que ellos no tienen porqué aumentar sus conocimientos ni su cultura, ya que acuden a misa con el sólo fin de orar y escuchar la palabra de Dios.

Para solucionar este problema, y aunque pudiera parecer inconstitucional, a la entrada a la Iglesia les haríamos rellenar un formulario para que manifestaran su preferencia por la religión o la cultura.

Una vez identificadas estas personas, podrían abandonar en el momento adecuado la nave principal de la Iglesia y reunirse en las capillas laterales, la cripta o el salón parroquial. Con el fin de evitar agravios, estas personas podrían recibir durante ese rato charlas de carácter no cultural ni educativo pero muy relacionadas con los contenidos que se estén impartiendo en ese momento al resto de los fieles desde el altar.

Por ejemplo, los feligreses que no quieran repasar la tabla periódica, estudiarán los efectos perniciosos de los colorantes alimentarios, los que no quieran hacer ejercicios de educación física podrán ver un documental sobre la obesidad, y los que no quieran repasar los verbos irregulares ingleses podrían estudiar estadísticas sobre la importancia de hablar idiomas en el mundo moderno.

Los obispos nos han adelantado que no habría problema en computar el tiempo de cualquiera de estas actividades como tiempo equiparable al dedicado a escuchar la palabra de Dios, a la oración, a la contemplación, la penitencia o a la caridad y en ningún caso podrá discriminarse el acceso a la salvación eterna a los fieles en razón a sus preferencias religiosas o educativas.

Tampoco han puesto la más mínima objeción a la aparente contradicción derivada de que el contenido de las misas esté basado en la fe y las creencias, en contraste con la naturaleza científica y académica de los contenidos que habitualmente impartimos en las aulas.

En un primer momento, las clases se impartirían sólo durante las misas obligatorias de los domingos y fiestas de guardar, para más adelante extenderse a otros actos religiosos de asistencia no obligatoria como bautizos, bodas, comuniones, funerales, ejercicios espirituales, ordenaciones sacerdotales e incluso ceremonias de canonización o beatificación.

Pero, ¿de dónde saldría el dinero para pagar al profesorado que trabaje los domingos?. Sin duda alguna de los donativos que los fieles depositan en los cepillos, del porcentaje de impuestos destinados al sostenimiento de la Iglesia Católica o, en general, de los presupuestos de la Iglesia.

Para garantizar la calidad de las enseñanzas impartidas, nuestra asociación gestionaría directamente el dinero aportado por la Iglesia y con él contrataría a profesores de sólida formación pedagógica y científica que se encargarían de impartir las clases durante las misas.

Naturalmente, dado el carácter eminentemente laico de las clases, no dudaríamos en despedir fulminantemente a aquellos profesores que no mantuvieran una coherencia laica entre su vida profesional y personal haciendo cosas como casarse por la iglesia, acudir a misa semanalmente o participar en cualquier tipo de actos religiosos.

Finalmente, llevaremos nuestras negociaciones hasta el mismo Vaticano, con cuyas autoridades firmaríamos un Concordato que garantizara la continuidad de nuestra noble tarea docente en las iglesias durante los años venideros.

Ahí queda eso.

Domingo (9)

PinUp de Gil Elvgren

Hoy es domingo. Y los domingos no hay posts, que son para el asueto.

(La chica de la izquierda es obra de Gil Elvgren)

Cielo e infierno

El infierno

La ventaja que tiene el infierno es que todo funciona mucho mejor.

No hace falta que nadie oganice nada, ni que los demonios se pongan de acuerdo entre ellos o con sus clientes. De hecho, pese a la imagen que solemos tener del infierno, la verdad es que los demonios no hacen nada. No hace falta recordar que los demonios no son de naturaleza sociable ni participativa.

Simplemente con que cada demonio o condenado se comporte de manera egoísta y persiga su propio interés, el infierno se mantiene en contínuo y perfecto funcionamiento. No hace falta nada más.

La gente cree que el infierno es una especie de prisión en llamas, donde los demonios se dedican día y noche a mantener las calderas bién alimentadas. Pero no es cierto.

A los condenados al infierno se les hace creer que están el el cielo, y se les anima a elegir su propia felicidad. Les dicen que tienen derecho a hacer lo que quieran para alcanzar su meta, y que impedírselo sería una injusticia.

Paradójicamente, esto convierte al infierno en una terrorífica máquina de crueldad.

Por ejemplo: Cuando un condenado quiere escuchar música nadie se lo impide. Al contrario, se le anima a ejercer su legítimo derecho. Sobre todo, si eso molesta al condenado de al lado, que quiere dormir. Y, por supuesto, las autoridades infernales ven con satisfacción cualquier intento del segundo por proteger su derecho al descanso e impedir a su vecino escuchar esa música.

Por eso mismo los demonios, como te decía, no tienen que hacer nada. Simplemente actúan como cualquier condenado y buscan satisfacer sus gustos. De hecho, hay quién dice que los demonios no existen, que simplemente son los condenados con más habilidad, experiencia o fortuna para manipular, extorsionar o aprovecharse del resto. No sé si esto es cierto pero, si así lo fuera, el infierno sería la creación más eficiente jamás concebida por hombre, demonio, espíritu o diós alguno.

Cada uno solo tendría que seguir su propio interés, y sería como si una mano invisible guiase al infierno a su máxima eficiencia. Brillante. Maquiavélico.

Y todo esto sin hablar de la frustración que provoca esta contínua e imposible búsqueda de satisfacción. Los condenados escuchan contínuamente que lo único que se interpone entre la felicidad y ellos es su propia búsqueda y que aquellos que aún no la han encontrado solo lo deben a sus limitaciones naturales: Si aún no has llegado a lo más alto, es que no has pisado suficientes cabezas.

Lo que sí es necesario es que se impida cualquier posible brote de cooperación. Si algunos condenados empezasen a colaborar entre ellos, ese estado de contínua guerra hobbesiana perdería eficacia. Es muy improbable que llegaran a subvertir el orden demoníaco, pero sin duda no sería todo lo perverso que puede ser.

Por ello es importante que los condenados crean que están en el cielo, que viven en el mejor de los mundos y que las cosas no pueden ser de otro modo. Y por eso se les recuerda contínuamente que tienen derecho a alcanzar esa felicidad prometida, aún a costa de los demás.

Si, el infierno sí que funciona bién.

El cielo

El cielo es mucho más complicado.

Porque, claro, se supone que allí debe estar agusto todo el mundo. Y eso, siendo como somos cada uno de una manera y con unas opiniones, es muy difícil.

Una buena parte del tiempo se les va en decidir qué quieren hacer y cómo lo van a hacer. Por ejemplo: ¿Qué temperatura es la ideal y con qué margen de variación? ¿Cada cuanto tiempo debe cambiarse para adaptarla a los gustos de todos?

Y ponerse de acuerdo no solo es cansado y difícil. A menudo también es mucho más lento. Y organizar el trabajo para que nadie haga más que los demás o nadie se aproveche es francamente complicado.

Además, cuando uno decide hacer algo, debe tener siempre en mente si eso causará algún perjuicio a los demás. Después de todo, ellos también se han ganado el cielo y no es cosa de estropeárselo. Ser amable con todo el mundo puede ser muy cansado.

Seguro que tú creías que el cielo era perfecto y que todo era disfrutar. Pero no es cierto. Lo de las arpas queda muy bién en una postal pero ¿Y los que prefieran tocar el banjo?. Los ríos de miel necesitan muchísimo mantenimiento para estar límpios (y uno se aburre muy pronto de la miel) y las huríes molan, pero también tienen sus derechos y no pueden ser tratadas como objetos sexuales (despues de todo, ellas también están en el cielo).

Comparativa

Por eso las cosas son más complicadas en el cielo que en el infierno. Supongo que se podría aplicar alguna versión de la segunda ley de la termodinámica, pero eso te lo dejo a tí como ejercicio.

En resumen: Si el infierno solo requiere para funcionar que pienses solo en tí mismo, el cielo necesita que pienses en tí y en todos los demás. Como te puedes imaginar, requiere más esfuerzo y es mucho más complicado.

Aunque no tengo acceso a los datos demográficos, supongo que es por eso que hay mucha más gente en el infierno que en el cielo.

según las encuestas y como era de esperar, hay más personas en el cielo que en el infierno que dicen encontrarse satisfechas / muy satisfechas con su situación en la vida.

Pero lo que es más interesante es que, según esas mismas encuestas, hay muchas más personas en el infierno que valoran positivamente su sociedad.

Lo que demuestra, como te decía al principio, que la ventaja que tiene el infierno es que todo funciona mucho mejor.

Adivina una isla

Típica conversación de bar. A un lado de la mesa Psicobyte, al otro el amigo w. La cosa, más o menos, se desarrolla de este modo:

Psicobyte: Si, hombre, es que no me acuerdo cómo se llamaba: Esa isla que tiene nombre de tío...

w: Mauricio.

Psicobyte: Joder, si. Esa misma. A la primera.

w: Ya.

Psicobyte: ¿Cómo lo has sabido? Hay cientos de islas con el nombre de un tipo que pasó por allí, o del rey del tipo que pasó por allí...

w: Es que hace muchos años que nos conocemos.

Psicobyte: Y tanto.

Lleva más de veinte años haciendome esto.

PPCMS 2022