Aviso: Post desesperadamente largo y probablemente aburrido. Para colmo de males, las cosas no són exactamante como las cuento. En cualquier caso, todo error en este post es producto exclusivo de mi ignorancia.
Como incentivo, al final del post hay una foto de una señorita semidesnuda (Siempre puedes saltarte el texto e ir directamente al final).
Si le preguntas a algún fÃsico de partÃculas por el "Modelo Estándar" te dirá que es casi perfecto.
El modelo estándar describe las partÃculas, sus propiedades, y cómo interactúan entre ellas. En principio se podrÃa deducir a partir de él toda la fÃsica o la quÃmica, aunque los cálculos para ello serÃan inenarrablemente complejos. Está muy lejos de ser completa, tiene un montón de lagunas, zonas neblinosas, y como una veintena de variables que no se deducen de la propia teorÃa y que molestan mucho a los fÃsicos, pero el caso es que sus resultados son espectaculares.
De vez en cuando un fÃsico teórico, con sus ecuaciones y sus ordenadores llama a los fÃsicos experimentales y les dice "pon el acelerador en marcha y mira en tal sitio, que deberÃa haber una partÃcula con estas caracterÃsticas". Entonces, los fÃsicos experimentales (a los que, aunque no siempre lo admitan, les encanta dejar en ridÃculo a los de las ecuaciones) hacen el experimento en cuestión, miran en su cámara de burbujas, y voilà , ahà está el bicho de los teóricos.
En 1954, unos tipos llamados C. N. Yang y R. L. Mills publicaron un artÃculo teórico (Conservation of Isotopic Spin and Isotopic Gauge Invariance) de contenido básicamente hipotético. Se taraba de una de esas cosas llenas de fórmulas matemáticas que yo soy incapaz de entender (y mucho menos explicar) Pero a la que podemos hacer una somera aproximación:
La fuerza electromagnética se transmite entre partÃculas cargadas por medio de fotones. Aunque una partÃcula puede estar cargada positivamente o negativamente sólo hay un tipo de carga eléctrica, pero ¿Qué pasarÃa si hubiera más de un tipo de carga?
Que sepamos, hay cuatro fuerzas en el universo (lo siento, el amor no es una de ellas).
La interacción electromagnética es la más conocida y la que más afecta a la materia en nuestra "vida cotidiana". afecta las partÃculas con carga eléctrica y es transmitida por el intercambio de fotones.
La interacción fuerte opera entre los quarks y las partÃculas formadas por ellos (hadrones), como el neutrón y el protón, por medio de los gluones.
La interacción debil afecta a los fermiones (quarks, electrones, neutrinos, muones y tauones) lo que significa que afecta a casi todo lo que podemos llamar "materia" y opera por medio de tres partÃculas, los bosones W- W- y Z.
La interacción gravitatoria es la mas débil de todas ellas, afecta a las partÃculas con masa, y si le preguntas a un fÃsico cuántico por ella, comenzará a mirarse la punta de los zapatos y retorcerse los dedos mientras murmura cosas sobre "gravitones", pero la verdad es que es la la gran desconocida y todavÃa no lo tienen nada claro.
Yang y Mills elaboraron una serie de reglas (simetrÃas) que toda interacción deberÃa cumplir y llegaron a la conclusión de que, si ese fuera el caso, deberÃa haber más de un tipo de "fotón" para transmitir las distintas interacciones. Además, todos esos "fotones" debÃan interactuar (con las partÃculas y entre ellos mismos) con la misma fuerza y, (lo que es mas importate para nosotros ahora) todos ellos debÃan tener masa 0 (que, por otro lado, es la que tienen los fotones de toda la vida).
Para los fÃsicos, una simetrÃa es, a grandes rasgos, algo que puedes modificar sin que cambien los resultados. Tú puedes construir una linterna en casa o en la calle, pero funcionará igual (simetrÃa espacial), puedes hacerlo ahora o mañana, pero las leyes que rigen su funcionamiento siguen siendo las mismas (simetrÃa temporal) puedes rotarla o construir una versión especular (como si fuera su imagen en un espejo) y no habrá diferencia (esto último no es cierto para algunos procesos fÃsicos, pero para una linterna vale). Puedes incluso hacer cosas más sofisticadas, como cambiar el voltaje de ambos polos de la bombilla (sin cambiar la diferencia entre ellos) sin que esta se funda ni notes diferencia alguna...
Las simetrÃas son conceptos fundamentales en fÃsica ¿Te suenan de las "Leyes de conservación"? Pues todas ellas son efecto de alguna simetrÃa.
El artÃculo en cuestión no tuvo demasiado eco en su momento (entre otras cosas, porque era demasiado "hipotético"), pero despues (con el descubrimiento de los quarks y esas cosas) se reveló como una pieza fundamental de la fÃsica de partÃculas.
Cuando, mas tarde, Sheldon Glasgow andaba investigando una fuerza llamada "Interacción débil", se encontró con algo interesante. Para que se diesen estas interacciones, debÃan existir tres clases de partÃculas mediadoras (haciendo el papel de los fotones en la interacción electromagnética) con espin 0 y que además interactuasen entre ellas. Precisamente como habÃan supuesto Yang y Mills. De hecho, sus deducciones encajaban fantásticamente con las simetrÃas que estos habÃan supuesto.
A estas partÃculas se les puso el aburrido nombre colectivo de "bosones vectoriales". Para acabar de redondear lo de los nombres feos, se las llamó, respectivamente, W+ W+ y Z.
Una forma de ordenar las partÃculas es entre "fermiones" y "bosones". Se diferencian en una propiedad llamada "spin" pero, a efectos prácticos, la cosa consiste en que los fermiones (electrones, por ejemplo) cumplen el "Principio de exclusión de Pauli", que dice que no puede haber dos de ellos en un mismo estado (un estado cuántico es la descripción de las propiedades de una partÃcula, algo asà como "donde está y que está haciendo"). Los bosones (fotones, por ejemplo) por su parte, no solo no respetan esta regla, sino que tienden a adoptar el mismo estado (digamos a hacer las cosas juntos). Por eso puedes hacer un laser de fotones, pero no de electrones.
La otra diferencia (y muy importante) es que el número de fermiones debe conservarse (esto no es exactamente cierto, pero ya nos vale), mientras que el de bosones no. Para complicar las cosas, una partÃcula que esté formada por un número par de fermiones es un bosón.
En fÃsica cuántica, todas las fuerzas son transmitidas por intercambio de partÃculas. Por ejemplo: La interacción electromagnética es transmitida por el intercambio de fotones. Todas estas partÃculas que se intercambian en las interacciones son, necesariamente, bosones.
La interacción débil es de muy corto alcance, y hay una especie de regla que dice que, cuanto menor es el alcance de una interacción, más masa debe tener la partÃcula que la transmite. Por lo que Glasgow supuso que los bosones vectoriales debÃan ser realmente pesados. Pero, como hemos visto arriba, las simetrÃas de Yang y Mills exigÃan que la masa de estas partÃculas fuese exactamente de cero.
De todos modos, Glasgow les dijo a los tipos de los aceleradores qué tenÃan que buscar, y en el acelerador LEP del CERN encontraron las grandes W+, W+ y Z0 que predecÃa Glasgow.
La cosa no tenÃa mucho sentido, hasta que otros dos teóricos, Weimberg y Salam, echaron mano del "mecanismo de Higgs".
Años antes, un tipo llamado Peter Higgs habÃa escrito otro artÃculo, este titulado "Broken Symmetries and the Masses of Gauge Bosons", en el que postulaba un mecanismo por el que un campo podÃa dotar de masa (o algo indistinguible de la masa) a las partÃculas. Higgs, haciendo una especie de analogÃa con los superconductores, suponÃa que el "vacÃo" está en realidad lleno de partÃculas (bosones, para ser exactos) en un peculiar estado cuántico llamado "condensado de Bose", con la peculiaridad de que un espacio lleno de estas partÃculas tenÃa una menor energÃa que uno si ellas. Estos bosones podÃan afectar al movimiento del resto de partÃculas de un modo que fuese indistinguible de los que llamamos "inercia".
La explicación mas usual e intuitiva que he leÃdo del "mecanismo de Higgs" es parecida a la siguiente:
Supón una sala en la que hay una fiesta, con la gente uniformemente distribuida (esa gente es el campo de Higgs) a la que entra una famosa estrella de cine. La gente de la fiesta que está mas cerca de la estrella se agrupa en torno a ella, dificultando su avance y haciendo que este sea más lento.
Pero, una vez en movimiento, el grupo de gente (nuevos fans se sumarán y otros se retirarán, pero siempre hay un montón de gente alrededor de la estrella) avanza con ella, haciendo más difÃcil que esta detenga su marcha, o incluso que trate de ir más deprisa o cambiar de dirección.
Y, precisamente, esa dificultad para cambiar de velocidad o dirección es lo que llamamos "masa inercial".
La unión del modelo de Glasgow con el mecanismo de Higgs encaja perfectamente con las simetrÃas de Yang y Mills y, lo que es más importante, cuadra de un modo espléndido con los experimentos. Pero deja una puerta abierta a la pregunta obvia de que, si el mecanismo de Higgs es capar de dotar de masa a los bosones vectoriales ¿No será también la causa de la masa de todas las partÃculas?
Cuando se descubrió que los hadrones estaban en realidad hechos de quarks, y que estos también se podÃan ajustar a las simetrÃas de Yang y Mills, el mecanismo e Higss pareció aun mas necesario.
Se llama hadrones a las partÃculas sobre las que actúa la interacción fuerte (O, por lo que sabemos ahora, que están compuestas de quarks). Hay muchos tipos, pero los que tiene mas efecto en tu vida cotidiana son los neutrones y los protones, que forman el núcleo de los átomos.
Neutrones y protones están formados, cada uno, por tres quarks que reciben los absurdos nombres de up y down. Concretamente el neutrón tiene dos down y un up, y el protón tiene dos up y un down.
Los fÃsicos experimentales arrancaron sus aceleradores y se pusieron a la caza del bosón de Higgs, pero nu hubo manera de encontrarlo: HacÃa falta más energÃa de la que sus máquinas podÃan dar.
Pero, caundo modificaron el acelerador LEP para que tuviera aún más potencia, sus resultados fueron ambiguos pero esperanzadores: HabÃa algo que podÃa ser el rastro del Higgs, pero harÃa falta más energÃa para poder estar seguros.
Pero darle más energÃa al LEP se estaba volviendo demasiado difÃcil. Allà aceleraban electrones y positrones, que son unas partÃculas pequeñas y ligeras (lo que viene muy bien para obtener resultados claros y con poco ruido). Cuando aceleras en un anillo una partÃcula cargada (y para acelerarla tiene tener carga) esta empieza a emitir energÃa (radiación sincrotón), que hace que pierdas parte del impulso que pretender darle. Y emite más cuanto más rápido gire.
Sólo hay dos formas de solucionar esto: O haces un acelerador con un radio mayor (para que la curvatura sea menor) o aceleras partÃculas más grandes (para que puedan tener más energÃa a menos velocidad).
Aumentar de tamaño un monstruo como el LEP se sale de cualquier presupuesto, de modo que alguien pensó "Aprovechemos las instalaciones del LEP pero, en lugar de acelerar pequeños electrones, vamos a acelerar protones, que son mucho más grandes". Y asà nació el LHC.
El LHC acelera protones (que son hadrones, como hemos visto más arriba, y de ahà el nombre el acelerador), con lo que puede conseguir mucha más energÃa en un anillo del mismo tamaño, sin que la radiación sincrotón se te dispare demasiado, paro para construirlo hubo que desmontar el LEP, que era un acelerador precioso que habÃa dado unos resultados estupendos y al que los fÃsicos europeos le tenÃan mucho cariño (Según dicen, los americanos le tienen menos cariño, porque el LEP es una de las razones de que se hayan quedado un poco atrás en esto de la fÃsica de patÃculas).
Y ya está el LHC terminado, y mañana lo ponen en marcha. En realidad, sólo son las primeras pruebas y aún no va a funcionar a plena potencia ni a colisionar nada, pero ya hay gente diciendo que lo apaguen, que es un chisme muy peligroso, y que va a provocar el fin del mundo.
Hay un montón de teorÃas que intentan describir el universo más allá del modelo estándar (SupersimetrÃas, Supercuerdas, Gran Unificación, Gravedad Cuántica...) y los partidarios de todas ellas están mirando al LHC (con la posible excepción de las Supercuerdas, pero esta es otra historia). No sé si van a encontrar el bosón de Higgs (personalmente, es una partÃcula que me parece muy fea) pero, tanto si está ahà como si no, seguro que se descubren montones de cosas fascinantes.
Lo que seguro que no pasará es que se acabe el mundo. Te apuesto lo que quieras. Pero, como ya es muy tarde y esto se me ha alargado de más (son las tantas de la noche y mañana me voy de viaje), dejo para la semana que viene el contarte por qué no hemos sido destruidos por un agujero negro ni nada por el estilo. Prometo que, entonces, sà seré breve.
Ah, se me olvidaba. La señorita que te prometÃ:
Es bueno, por un lado, desmitificar el novelesco cientÃfico que "se debe a la humanidad" y tonterÃas grandilocuentes similares. Pero la ciencia tampoco es una mala pelÃcula de conspiraciones.
Además, a veces tenemos ejemplos de de auténticos caballeros.
El primero de Julio de 1858 (Hoy hace 150 años) Charles Lyell y Joseph D. Hooker presentaron, ante la Linnean Society de Londres, dos trabajos de biologÃa.
Curiosamente, Ninguno de ellos era el autor de estos artÃculos.
Pero, vayamos poco a poco:
Aunque el viaje en el Beagle y, sobre todo, su trabajo posterior le habÃa convencido de la realidad de la evolución de las especies, Darwin necesitaba encontrar el mecanismo natural por el que esta ocurrÃa antes de convencerse.
En julio de 1937 Darwin comenzó a trabajar en una serie de cuadernos de notas sobre la "transmutación de las especies". En ellos, la que parece ser la primera anotación sobre ese mecanismo, la selección natural, está fechada el 28 de Septiembre de 1838 (Dos años después de su regreso a bordo del Beagle).
"Se podrÃa decir que existe una fuerza como de cienmil cuñas que intenta obligar a todo tipo de estructura capaz de adaptarse a entrar en los hecos que hay en la economÃa de la naturaleza, o más bién que esta forma por el procedimiento de sacar de un empujón a los más débiles. La causa y el fÃn de todos estos encajes de ser seleccionar una estructua adecuada y adaptarla al cambio"
Para 1844 Darwin habÃa escrito un pequeño ensayo (y habÃa dejado instrucciones a su esposa para publicarlo si morÃa), pero sabÃa que una idea como la suya no serÃa facilmente aceptada por los naturalistas de su época sin sólidas pruebas que la apoyasen, y pasó los siguientes diecisiete años investigando, buscando ejemplos tanto a favor como en contra, documentándose y experimentando.
Cualquiera de eche un vistazo al Origen de las Especies percibirá en Darwin lo que parece una obsesión desmedida por acumular ejemplos y aclarar hasta los menores detalles.
Durante ese tiempo, Darwin estaba preparando un monumental libro sobre la evolución de las especies, y sólo unos pocos de los cientÃficos más cercanos a él, como Hooker, Asa Gray o Lyell, sabÃan de ese libro y la teorÃa sobre la que trataba.
El tiempo pasaba, su libro crecÃa cada vez más y parecÃa que nunca lo terminarÃa. Incluso el propio Lyell, que no simpatizaba demasiado con la idea de evolución, conminó a Darwin a publicar aunque fuera un resumen antes de que alguien se le adelantase y perdiese la prioridad. Pero Darwin no le hizo caso.
En 1855 Alfred Russell Wallace (SÃ, es el mismo Wallace del que ya hablamos una vez por lo de la tierra plana) andaba de viaje cientÃfico por el Archipiélago Malayo, estudiando su geologÃa y biologÃa, y reuniendo muestras que mandaba a coleccionistas de Europa para costearse su investigación.
También enviaba trabajos cientÃficos para su publicación, y ese año publicó uno en "Annals and Magazine of Natural History", titulado "Sobre la ley que ha regulado la introducción de nuevas especies". En él Wallace afirmaba que "todas las especies han venido a existir coincidiendo tanto en el tiempo como en el espacio con una especie extrechamente relacionada preexistente".
Más tarde, Lyell conocerÃa ese artÃculo y recomendó a Darwin (que ya habÃa conocido brevemente al propio Wallace en 1854) que lo leyera. Este, tras hacerlo, escribió una carta al autor el 1 de mayo de 1857, donde le decÃa:
"[...] puedo ver claramente que hemos pensado de manera muy parecida y hasta cierto punto hemos llegado a conclusiones similares. Con respecto al artÃculo aparecido en Annals, coincido con la verdad de casi cada palabra de su artÃculo; [...]"
En otra carta posterior, el 22 de diciembre de ese mismo año, añadÃa algo más respecto al artÃculo:
"Sir C. Lyell y Mr. E. Blyth en Calcuta llamaron especialmente mi atención sobre él. Aunque coincidiendo con usted en sus conclusiones de ese artÃculo, creo que yo voy mucho más allá que usted; pero es un tema demasiado largo para entrar en mis ideas especulativas."
Si Darwin hubiese "entrado en sus ideas especulativas", o no hubiese mencionado el nombre de Lyell, la historia habrÃa sido muy distinta.
En febrero de 1858, Wallace seguÃa en la jungla, sufriendo unas fiebres que le obligaban a yacer en cama durante largos periodos. Durante uno de ellos, elaboró su propia teoria, sus propias "ideas especulativas".
Wallace no podÃa saber que la teorÃa de Darwin era igual que la suya. Además, era un gran admirador de Lyell y, al descubrir por esa carta que este se habÃa interesado por sus ideas, decidió escribirlas y enviarselas.
Pero, como él no conocÃa a Lyell, le envió ese trabajo a Darwin para que este, a su vez, se lo remitiera.
Cuando, el 18 de junio de 1858, Darwin recibió el artÃculo, titulado "Sobre la tendencia de las variedades a separarse del tipo original", quedó anonadado.
El trabajo de Wallace era breve, pero bueno. Muy bueno. Darwin no podÃa estar en desacuerdo en prácticamente ningún punto. Y no podÃa estar en descuerdo porque era, salvo por la brevedad, casi exactamente igual al suyo.
Después de años de trabajo, esfuerzo, experimentos, investigaciones y cientos de páginas escritas, recibÃa una carta desde el otro lado del planeta en la que un hombre le describÃa, con todo detalle, su propia teorÃa.
Inmediatamente remitió el trabajo a Lyell como le pedÃa Wallace, junto con una carta donde le decÃa:
"[...] Nunca vi una coincidencia más notable. Si Wallace tuviera el borrador que escribà en 1842, ¡No hubiera podido hacer un resumen mejor! Incluso los términos que utiliza son los que figuran ahora como TÃtulos de mis CapÃtulos. Por favor, devuelvame el manuscrito, que él no dice que desee que yo lo publique; pero, por supuesto, en seguida le escribiré y le ofreceré enviarlo a alguna Revista. Asà pues, toda mi originalidad, cualquiera que esta sea, va a quedar arruinada. Aunque mi Libro, suponiendo que vaya a tener algún valor, no se deteriorará; pues toda la labor consiste en la aplicación de la teorÃa.
Espero que apruebe el esbozo de Wallace y que yo pueda decirle lo que usted opina."
Darwin estaba desesperado. Si publicaba ahora su trabajo, parecerÃa que intentaba quitarle la prioridad a Wallace. Si callaba, habrÃa desperdiciado todos esos años.
Una semana más tarde, pedÃa consejo a Lyel y Hooker:
"Me alegrarÃa sobremanera publicar ahora un esbozo de mis opiniones generales en aproximadamente una docena de páginas más o menos. Pero no consigo persuadirme a mà mismo de que puedo hacerlo de forma honorable. [...] QuemarÃa todo mi libro antes de que él o cualquier otro pudiese pensar que me he comportado indignamente."
(El énfasis es de Darwin)
Por si todo esto fuera poco, el 28 de Junio Darwin perdió un hijo: Cuando la escarlatina se llevó al pequeño Charles Waring Darwin, la prioridad o el crédito ya no parecÃan temas tan importantes. Darwin dejó todo el asunto en manos de sus amigos.
Lyell Y Hooker, ante un problema delicado, concibieron una solución delicada: Darwin redactarÃa ese pequeño resumen de su teorÃa que se publicarÃa junto con el de Wallace, declarando que habÃan llegado a sus conclusiones independientemente.
A todo esto, cabe decir, Wallace estaba en una selva al otro lado del globo, y no se enteró de nada hasta mucho después. Aunque, cuando más tarde lo hizo, se mostró completametne de acuerdo (Decir que estuvo "encantado" serÃa más correcto).
De mdo que volvemos al principio: El primero de Julio de 1858 (Hoy hace 150 años) Charles Lyell y Joseph D. Hooker presentaron, ante la Linnean Society de Londres, dos trabajos de biologÃa firmados respectivamente por Charles Darwin y Alfred Russel Wallace, ninguno de los cuales estaba presente.
En esos trabajos se exponÃa lo que luego se llamarÃa la "TeorÃa de la Evolución"
Curiosamente (A la luz de las reacciones posteriores), estos trabajos to tuvieron practicamente ningún eco. El propio presidente de la Linnean Society describirÃa el año 1858 como carente de "ninguno de esos notables descubrimientos que revolucionan".
No fué hasta el año siguiente, con la publicación del Origen de las Especies (una versión "resumida" en cuatrocientas páginas del trabajo que llevaba alargando Darwin durante todos esos años), que la biologÃa comenzó su revolución.
He usado las siguientes fuentes para escribir este post (Los errores, en cualquier caso, son sólo mÃos):
"Evolución. Génesis y revelaciones" - C. Leon Harris
"Evolución. La asombrosa historia de una teorÃa cientifica" - Edward J. Larson
"Cartas de Darwin (1852-1859)" - Charles Darwin
"AutobigrafÃa" - Charles Darwin
Te presento a Pixelnegro y Pixelrojo:
Pixelnegro y Pixelrojo son dos pÃxeles (en la imagen están ampliados 100 veces) que viven en un mudo de pÃxeles.
Pixelnegro cree que los pÃxeles negros son intrÃnsecamente superiores a los pÃxeles rojos, y que son los más preparados para gobernar su mundo de pÃxeles.
Pixelrojo, por otro lado, opina que los pÃxeles rojos y negros, pese a sus evidentes diferencias, deben ser tratados como iguales en dignidad y derechos.
Por supuesto, ninguno de los dos duda ni por un momento que existan "razas" de pÃxeles, incluso a pesar de que les costarÃa añadir alguna diferencia a la del color rojo/negro: Sus esqueletos, sus órganos o su sangre son iguales.
Ahora, te presento el mundo donde viven Pixelnegro y Pixelrojo:
Es una distribución que da lugar a preguntas y excita la curiosidad. Investigar sus causas podrÃa ayudarnos a entender a los pÃxeles y su mundo, y cientÃficos pÃxeles lo han investigado desde siglos ¿Se debe a una adaptación climática? ¿Quizás tenga que ver la proximidad del tÃtulo de este post? ¿O es el enlace a "comentarios"? Nosotros, por ahora, no nos adentraremos más en este tema.
El caso es que, vista esta distribución, los racistas del mundo de los pÃxeles tienen el mismo problema que los racistas humanos: No se ponen de acuerdo en cuántas razas hay. Algunos dividen horizontalmente el mundo por la mitad y dicen que hay dos razas (negros y rojos), otros hacen tres apartados, otros elevan a cincuenta el número de razas.
Alguno incluso ha estipulado que existen hasta 256 razas (una por fila), pero una división como esta en un mundo con una población de sólo 65536 pÃxeles, hace que el concepto de "raza" como elemento categorial pierda bastante sentido.
Pero los expertos pixeles saben desde hace ya mucho tiempo que los pÃxeles no se distinguen sólo por su rojez, si no que hay otro rasgo, el "verdor", que no es tan evidente a los ojos de un pÃxel.
Cuando los sabios pÃxeles descubrieron el verdor, supusieron que serÃa distinto entre las razas de pÃxeles. Si los pÃxeles son "evidentemente" distintos por fuera, también lo serán por dentro ¿no?.
Pero, cuando investigaron e hicieron un "mapa" con la distribución del "verdor," descubrieron esto:
Como antes, es una distribución demasiado simple para resultar realista.
De nuevo se trata también de una gradación que sugiere muchas preguntas y respuestas. Un famoso cientÃfico pÃxel, copiando una idea que entre los humanos resultó muy útil, ha usado esta distribución para trazar un mapa de migraciones de pÃxeles en el pasado. Quizás tenga razón.
Pero otra vez la cosa se le complica a los racistas del mundo pÃxel. Los pÃxeles no pueden ver el "verdor" pero, si lo vieran, el resultado combinado con la rojez serÃa parecido a este:
Pero la cosa no termina aquÃ.
Porque, al investigar el genoma pÃxel y cómo se distribuyen sus variaciones en la población, los pÃxeles han descubierto que hay un componente azul que varÃa drasticamente de un individuo a otro, independientemente de la población a la que pertenezca. Si con la "rojez" y el "verdor" podÃas saber, al menos, que un pÃxel tenÃa un color más parecido al de sus vecinos que al de pÃxeles mas lejanos, este nuevo componente no te permite ni siquiera eso:
Esta vez no hay ya gradación ni nada parecido, y no es posible asignar este componente a una población o zona geográfica ni siquiera forzando un poco las cosas.
Si agregamos este nuevo dato a nuestro "mapa génico", nos sale esto:
Visto todo esto, los cientÃficos del mundo pÃxel han acabado por abandonar el concepto de raza. Después de todo, no solo no les aporta nada, si no que nada mas que sirve para confundir las cosas.
Por otro lado, no te lo creerás, pero sigue habiendo pÃxeles racistas.
James Dewey Watson y Francis Harry Compton Crick (Junto con Maurice Wilkins) se llevaron a casa el premio Nobel de de Medicina y FisiologÃa, lo que parecÃa el satisfactorio premio final a un trabajo meritorio.
Porque cuando, el 25 de abril de 1953, la revista Nature publicó un artÃculo firmado por Watson y Crick con el ampuloso tÃtulo "Molecular structure of nucleic acids; a structure for deoxyribose nucleic acid", toda la comunidad de estudiosos de la bioquÃmica supo sin dudarlo que Watson y Crick acababan de ganar la carrera por el Nobel.
El artÃculo, breve y escrito a toda prisa, terminaba con la frase:
It has no escaped our notice that the specific pair we have postulated immediately suggests a possible copying mechanism for the genetic material.
Que, en español, viene a ser más o menos:
No se nos escapa que el mecanismo de emparejamiento propuesto inmediatamente sugiere un posible mecanismo de copia del material genético.
TenÃan todo el derecho a sentirse orgullosos cuando, poco antes de la publicación, Crick decÃa en el pub Eagle de Cambridge que habÃan descubierto el secreto de la vida.
Aun quedaba mucho por recorrer, pero con ese breve articulo se inauguraba la "era de la genética". Y, ciertamente, el descubrimiento merecÃa el premio Nobel.
Quiero decir con todo esto que Watson tiene un Nobel, y lo merece.
Cuando Watson publicó su libro "La doble hélice" la agitación en el mundo académico fue totalmente distinta. Mas de uno se echó las manos a la cabeza escandalizado.
Watson concibió ese libro como una biografÃa, en la que hablaba de la época en la que llevaron a cabo su descubrimiento. Lo "escandaloso" fué que era demasiado sincero.
Porque lo que contaba el libro de Watson se alejaba mucho de la clásica investigación aséptica de honorables sabios completamente ecuánimes arrebatados por el luminoso espÃritu de la ciencia. Watson mostraba a cientÃficos humanos con debilidades humanas, con su cuota de estupidez, prejuicios, egoÃsmo y miserias. En la ruta al Nobel hubo engaños, errores, ocultación, traiciones, zancadillas, algo de "espionaje casero" y, alguna vez, estuvieron a punto de llegar a las manos...
En definitiva: Mostró que no eran ni tan honorables, ni tan sabios, ni tan ecuánimes. Con su libro, Watson rompió una especie de regla no escrita, al estilo de "los trapos sucios se lavan en casa". Hoy dÃa, esta forma de escribir sobre ciencia (o más bién sobre cientÃficos) se ha vuelto algo más normal pero, en su momento, le resultó bastante incómoda a mas de uno.
Y, ahora, Watson agita otra vez las aguas...
No vale hacerse de nuevas ahora, porque ya conocemos a Watson. No es la primera vez que lanza afirmaciones en la misma lÃnea, en plan racista, sexista u homófobo. Lo que pasa es que, normalmente, las dice en ambientes más académicos en los que, cuando todo un premio Nobel dice alguna tonterÃa, la gente tiende a toser y mirase las puntas de los pies en lugar de mandarle a tomar viento.
Pese a que se confiesa más cercano al los Demócratas norteamiericanos que a los Republicanos, Cualquiera que haya leÃdo alguno de sus numerosos libros y conferencias, o haya escuchado alguna de sus "polÃticamente incorrectas" declaraciones anteriores sabrá que Watson es un tipo, por decirlo de una forma suave, idelógicamente conservador.
Pero simplemente viene a demostrar lo mismo que ya enseñó en La Doble Hélice: Que un cientÃfico (por muy premio Nobel que sea) puede tener tantos prejuicios como cualquiera.
Watson probablemente no es más racista que la mayorÃa. Conozco personalmente a muchas personas que son tanto o más racistas que lo que se deduce de las palabras de Watson. Si le damos importancia a las tonterÃas que dice cuando dice tonterÃas, la culpa es nuestra, no suya.
Y no te engañes. Aunque Watson abandonó en gran medida la "investigación pura" para dedicarse a tareas de tipo más polÃtico y administrativo (alguien tiene que dirigir los laboratorios y conseguir las subvenciones), no es ningún estúpido. Sigue siendo una mente brillante.
Bien mirado, vuelve a darnos la misma lección que en "La doble hélice": Watson es humano con debilidades humanas, con su cuota de estupidez, prejuicios, egoÃsmo y miserias.
Verás, las cosas en ciencia no son más ciertas porque las diga un tipo más importante. En ciencia hacen falta datos y pruebas, que es lo que Watson no tiene. De hecho, Watson nunca ha trabajado en la heredabilidad de la inteligencia ni en su origen genético ni en nada similar. En ese caso no tiene mucha mas información de la que puedas tener tú si te documentas un poco.
Hoy en dÃa, cuando cualquier definición de "Inteligencia" se coge con pinzas (Ver, por ejemplo "La falsa medida del hombre", de S. J. Gould), cuando el determinismo genético está de capa caÃda ("No está en los genes. Racismo, genética e ideologÃa" de R.C. Lewontin, S. Rose y L.J. Kamin) y cuando el propio concepto de "Raza" se ha demostrado simplemente absurdo e inútil ("Genes, pueblos y lenguas" de Luggi Luca Cavalli Sforza), la afirmación de Watson de que existen diferencias genéticas entre la inteligencia de las razas se desmorona por cada una de sus palabras.
Y, insisto, las declaraciones de Watson tendrÃan toda la validez cientÃfica si se basaran en experimentos, estudios, investigaciones cientÃficas reales. PodrÃa ser que todo de lo que habla Waston fuese cierto (Aunque es improbable por varias razones, no hay ninguna ley de la naturaleza que lo prohÃba) y tendrÃamos que aprender a vivir con ello sin discriminar a la gente a pesar de todo. Pero eso será cuando pueda demostrarlo. Hasta entonces, esas declaraciones están al mismo nivel de lo que cualquiera de nosotros puede hablar con tus amigotes en un bar.
La verdadera metedura de pata de Watson es polÃtica.
Se podrá tachar a Watson de muchas cosas, pero no es ningún novato. Ya se ha templado en muchas batallas, y sabe cómo funcionan la prensa y la relaciones públicas.
Pese a que la prensa ha exagerado mucho el alcance de sus palabras, las declaraciones de Watson son, cuando menos, equÃvocas. Y algunos de sus argumentos, como lo de "quienes tratan con empleados negros..." además de no tener ningún sentido desde un punto de vista cientÃfico, exhalan un tufo decimonónico que no se olÃa desde los tiempos de Agassiz.
Cuando un cientÃfico emite juicios de ese tipo debe tener en cuenta que hay mucha gente escuchando, y que siempre acabará por salir algún racista usándolo como coartada "Waston lo dijo, y es un premio Nobel".
Y sÃ, quizás esté tratando de armar alboroto para subir las ventas de su nuevo libro, pero eso no es excusa.
La Federación de CientÃficos Americanos ha mostrado su tajante rechazo diciendo, entre otras cosas, que:
The scientific enterprise is based on the promotion and proof of new ideas through evidence, however controversial, but Dr. Watson chose to use his unique stature to promote personal prejudices that are racist, vicious and unsupported by science.
Traducido, más o menos:
La actividad cientÃfica está basada en la promoción y demostración de nuevas ideas por medio de la evidencia, aunque sean controvertidas, pero el Dr. Watson eligió usar su gran estatura para promover prejuicios personales racistas, viciosos y sin fundamento cientÃfico.
Han cancelado sus conferencias en Inglaterra y ha tenido que disculparse en la mismÃsima Royal Society.
Lo han suspendido de su cargo como rector en el Cold Spring Harbor Laboratory, de donde se ha acabado viendo obligado a dimitir.
La misma revista Nature que lo catapultó a la gloria ha titulado como "La locura de Watson" su editorial de este mes.
Personalmente, creo que sus declaraciones fueron equivocadas, acientÃficas y racistas. Pero creo también que la reacción también ha sido excesiva.
Se trata de James D. Watson: En 1953, utilizando recortes de cartulina, descubrió el secreto de la vida. Con 79 años, su carrera merece un final más digno.
Es humano. Con debilidades humanas, con su cuota de estupidez, prejuicios, egoÃsmo y miserias. Como todos.
Pero eso no serÃa nada malo (salvo para él) si los demás lo entendiésemos y no adjudicásemos a sus palabras más valor del que tienen.
Es triste acabar asÃ.
Si para suprimir del mundo esta opinión y doctrina bastase con cerrar la boca a uno solo [...] eso serÃa facilÃsimo el hacerlo. Pero las cosas son de muy distinta forma, porque para llevar a cabo una tal decisión serÃa necesario prohibir no solo el libro de Copérnico y los escritos de sus seguidores, sino que serÃa necesario prohibir toda la ciencia de la astronomÃa e incluso más, prohibir a los hombres mirar al cielo [...].
Galileo Galilei - Carta a la señora Cristina Lorena, Gran Duquesa de Toscana (de la traducción de Moisés González GarcÃa)