Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Felicidades a todo el Universo

Es lo que me pasa: Que no estoy atento a las fechas y se me ovida celebrar los cumpleaños.

En el siglo XVII el arzobispo anglicano Ussher estaba decidido a calcular la edad del Universo.

Para ello cogió su biblia y se puso a buscar las fechas y edades de los personajes, con lo que pudo determinar con precisión (y con la garantía del testimonio divino) la fecha de la creación.

El arzobispo Ussher "descubrió" que el Universo había sido creado, a la voz de "Fiat lumen", el 22 de octubre del año 4004 antes de Cristo, a las nueve de la mañana. No especificó el uso horario, pero asumiremos que se refería a la hora de Greenwich.

De modo que (según Ussher) hace dos días (a las nueve de la mañana GMT) el Universo cumplió 6008 años.

Pero, aunque esté feo decirlo, se conserva bastante mal. Por que, por lo que hoy día sabemos, el Universo tiene toda la pinta de tener entre 12 y 14 miles de millones de años. Cifra bastante mayor que la del arzobispo aunque, eso sí, mucho menos precisa...

El huracán

Dicen los que saben, que el album "Desire", donde aparecía la canción "Hurricane" fué la vuelta del (casi) siempre genial Dylan a sus orígenes más comprometidos. A mí, que soy un ignorante en estas cosas, la verdad es que me dá igual.

Dicen que "Hurricane" es un canto de protesta contra el racismo y la corrupción y brutalidad policiales. Supongo que es cierto.

Dicen que cuenta la historia de Rubin Carter (alias "Hurricane"), boxeador al que, contra todas las pruebas, acusaron de un asesinato que no había cometido (y lo condenaron), solo por que era negro. Lo creo.

Dicen que se usó de banda sonora para la película del mismo nombre, que se convirtó en un símbolo de la lucha por la igualdad racial. Yo no la he visto.

Acaba de sonar en la radio. A mí, la verdad, lo que me gusta es el ritmo que tiene, y tirón que le dá el violín.

Y que no sé que cosa trae de mi pasado (Proust y su jodida magdalena), que cada vez que la escucho me pongo un poco sentimental.

That's the story of the Hurricane,
But it won't be over till they clear his name
And give him back the time he's done.
Put in a prison cell, but one time he could-a been

The champion of the world.

El misterio de la abadía

Ya sabes que me gusta, de vez en cuando, probar juegos un tanto "diferentes". O sea, casi prácticamente todo aquello que se salga del poker, el trivial, y la oca.

Una de las últimas adquisiciones (y que ya ha comentado, no muy positivamente, el Arkangel) ha sido "El misterio de la abadía" (Pueden participar de tres a seis personas, el juego gana en duración y dificultad con el número de jugadores).

Tablero del juego

Basado, según dicen, en el viejo videojuego "La abadía del Crimen" (Y, por tanto, en "El nombre de la rosa"), me temo que no cumplió todas las espectativas que teníamos. Pero no deja de ser un juego interesante.

La mecánica es bastante parecida a la del viejo y fiel "Cluedo", en la que hay que descubrir, por eliminación, qué carta ha sido retirada de un mazo de personajes. También se pueden hacer, llegado el caso, acuasciones "parciales" del tipo "El asesino tiene barba" o "Es un franciscano", que sumarán puntos, de ser ciertas, al final de la partida.

Las reglas son bastante simples (y están disponibles para descargar) y permiten hacer preguntas a otros jugadores (que pueden apelar al voto de silencio) o usar libros del la misteriosa biblioteca para hacer descubrimientos...

A esto le agregamos una mecánica bastante curiosa, en la que los turnos se separan en horas medievales (Maitines, Laudes...) entre las cuales hay que ejecutar lo que determine una carta de evento (Mostrar a los demás alguna carta de un tipo determinado, o hablar durante el siguiente turno en "Cantos gregorianos") y tenemos un juego, pese a su "vieja" mecánica, bastante original y entretenido.

La caja dice que es para jugadores a partir de ocho años y, ciertamente, es un juego quizás más adecuado para niños.

En particular, creo que es un juego "familar", ideal para padres que quieran jugar con los críos. Simple pero con muchas posibilidades y con intervalos muy divertidos (Y, además, hay una campanita que hace falta tocar al inicio de cada "hora" ;o) ).

En definitiva: Comprádselo a los niños por navidad para jugar con ellos, pero para vosotros buscad mejor un Conquistadores de Catán o un Munchkin.

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