He escrito esta crónica como pequeño repaso al taller que tuvimos el pasado viernes. Así aprovecho y enlazo aquí las referencias y todos los contenidos. Naturalmente, estáis invitados a añadir vuestras percepciones y opiniones en los comentarios (Un seminario como este no se puede hace sin la ayuda y participación de los alumnos). Voy a replicar este mismo artículo en mi propio blog, pero sería preferible que los comentarios se hicieran (si se hacen) en este artículo, para no dispersarlos.
Si quedó alguna duda también podéis ponerlo por aquí o, si lo preferís, podéis encontrarme como @psicobyte_ en Twitter.
Adjunto (divididas en los tres bloques más o menos arbitrarios que seguimos el viernes) las transparencias que usamos en el seminario en formato PDF (para que se puedan ver cómodamente) y en formato ODP (para que se puedan editar y modificar). Naturalmente van con una licencia libre CC BY-SA que permite su reutilización.
(Transparencias: social-media-1-privacidad.odp - social-media-1-privacidad.pdf)
En el primer bloque comenzamos hablando de cómo ha cambiado en los últimos años la visión que tenemos de internet.
Usamos la fabulosa Declaración de Independencia del Ciberespacio para ver cómo se ha pasado desde la concepción original de Internet como un "lugar" (ciberlugar) aparte con leyes distintas de las que se usan en el mundo "atómico", a verlo como un aspecto más del mundo con las mismas reglas.
(Por cierto, se puede seguir a Barlow en twitter)
Dimos un vistazo también a cómo han ido cambiando nuestras ideas de la privacidad y del tipo de cosas que se pueden decir en Internet.
Nos metimos "en faena" charlando sobre la libertad de expresión, viendo cómo está definida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Constitución Española, y dando nuestras opiniones sobre sus límites en un interesante micro-debate.
Precisamente aprovechamos lo compartido en ese debate para hablar sobre intimidad, privacidad, imagen y derecho al honor. Dimos un rápido repaso a la principal legislación al respecto (Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen., Libros X y XI del Código Penal y Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal.). Vimos como lo estricto de la redacción de ley es compensado por una jurisprudencia bastante más razonable. Como ejercicio práctico usamos una foto de Cartier-Bresson para intentar dilucidar hasta qué punto y en qué condiciones se ajusta a la legalidad.
Más tarde pudimos charlar sobre la privatización del espacio discursivo, y de cómo el hecho de que la mayoría de las redes sociales sean privadas hace que sus propietarios tengan la facultad de condicionar qué puede o no decirse en ellas. Tuvimos una interesante discusión al respecto usando como ejemplo el caso del proyecto pictórico Madonna and Child enfrentado a la censura de facebook.
(Transparencias: social-media-2-copyright.odp - social-media-2-copyright.pdf)
En la segunda parte hablamos de Copyright. De cómo Disney perdió el control de su famoso personaje Oswald el conejo afortunado, lo que le obligó a usar a un ratón desconocido, ratón que es sospechoso de haber tenido cierta influencia sobre la ampliación de los plazos de copyright en Estados Unidos.
Esto nos valió para meternos en los derechos de autor (y la Ley de propiedad intelectual), sus límites y, sobre todo, su problemática de cara a la difusión de contenidos en las redes sociales. Hablamos también de lo que es plagio y lo que no, y de lo a menudo que se da tanto de forma consciente como de buena fe.
(Transparencias: social-media-3-CC.odp - social-media-3-CC.pdf)
Visto lo difícil que puede llegar a ser difundir contenidos conforme a la ley, en el tercer bloque exploramos cómo las licencias libres (fundamentalmente Creative Commons) representan una de las posibles soluciones, constituyendo una herramienta de difusión cultural extremadamente poderosa.
Aprovechamos los últimos minutos para charlar sobre cosas que nos habíamos dejado en el tintero o que no habían quedado claras y, por fin, terminamos, que cuatro horas de laberintos y matices legales cansan a cualquiera.
Entre los días 11 y 12 de Abril, tuve el honor de ser invitado como ponente al "1er Séminaire Logiciel Libre et Innovation Sociale" (Primer Seminario Software Libre e Innovación Social) que se celebró en la biblioteca municipal de la ciudad marroquí de Chefchaouen (Xaouen), para hacer una introducción a qué es el Software Libre y cuáles son sus ventajas, tanto de cara a su uso por parte de las instituciones, como por su potencial como impulsor de desarrollo local.
El seminario, organizado por FAMSI, estaba orientado a que miembros de administraciones y asociaciones locales de la zona tuvieran la oportunidad de analizar las posibilidades que, de cara a la innovación, cambio social y desarrollo local, tanto de las propias administraciones como de la sociedad civil, les brindan el uso del Software Libre y las TIC.
Con el objeto de aportar datos y puntos de vista basados en sus propias experiencias, también estaban invitados representantes del Consorcio Fernando de los Ríos, FEJIDIF, la Red Guadalinfo y esta oficina.
Puedes ver más detalles sobre la noticia en el blog de la Oficina de Software Libre de la Universidad de Granada, en el blog de an-mar.org y en su propio album de fotos.
Si vas a rebelarte y a hacer una revolución, o una insurgencia, o una lucha contra el poder opresivo de las clases plutócratas dominantes y sus cómplices del gobierno, o contra el sistema, o contra las fuerzas represivas, o lo que sea; no tiene mucho sentido que te pongas a quemar el edificio de tu barrio marginal donde vive tu vecino, o a romper escaparates en la calle de al lado.
Quizás exista el derecho del proletariado a ver el fútbol en un plasma de 50 pulgadas, pero robar televisores en la tienda de la esquina no va a hacer avanzar la lucha (aunque es cierto que, en cuanto a la relación logros sociales partido por tiempo invertido, es jodidamente más eficiente).
No. Tanto si vas a hacer la puta revolución como si se trata de una revuelta de protesta o una especie de precalentamiento, tu objetivo no es joder a otros pringados que están tan jodidos como tú. Reventarle los escaparates al chino de la esquina en una barriada del extrarradio no va hacer tambalearse el sistema, ni hará que los banqueros o los capullos de la bolsa se preocupen ni un ápice.
Si de verdad lo tuyo es una cosa político-social, tus objetivos deben ser los que estratégicamente te acerquen al fin deseado (a menos que el fin deseado sea un carrito de supermercado lleno de basura).
Para empezar, necesitas controlar las defensa del enemigo (que, asumimos por pura metodología pragmática, son las fuerzas represivas del estado).
Las estaciones de policía son el foco desde el que partirán esas fuerzas represivas y, al mismo tiempo, un interesante objetivo como fuente de armas, protecciones y otro material bélico-revolucionario.
Aquí tienes un mapa de las estaciones de policía:
Naturalmente, asaltar, sitiar o, simplemente, acercarse a una comisaría sólo tiene sentido si tu intención es otra que simplemente dedicarte al pillaje.
El siguiente objetivo a tomar pueden ser las instalaciones de los centros económicos (los bancos, la bolsa y esas cosas)
Este es un mapa de las localizaciones de los bancos londinenses:
Como, en realidad, el banco en sí no es lo mismo que sus oficinas, se trata de una acción más bien simbólica y propagandística, que no sirve de mucho si lo que quieres es robar algo. En cualquier caso, Robar bancos céntricos siempre ha dado más dinero que atracar tiendas en barrios obreros, y es mucho más fácil de vender como acción redistributiva de la riqueza.
Otros objetivos podrían ser loas instituciones políticas, como el parlamento. También hay mapa pero no lo pongo porque, si no sabes donde está, mal empezamos.
De todos modos, los mapas anteriores pueden complementarse con los datos relativos a la red de trasporte público, tanto para gestionar el transporte propiamente dicho como para labores de sabotaje o control de líneas de suministros. También son útiles las referencias a las localizaciones de las cámaras web callejeras, que permiten observar la situación en tiempo real.
Naturalmente, esto son unas primeras aproximaciones. Gente sobre el terreno y con más conocimientos que yo podrá articular esta información con datos in situ y el aporte de una red local de informadores.
Lo que no puedes intentar, gilipollas, es venderme los destrozos y el pillaje en barrios obreros como una acción política o revolucionaria.
Cuando vayas a los barrios pijos y asaltes los bancos, hablamos de nuevo.
Estimado antidisturbios.
Creo que necesitas un par de explicaciones, de buen rollo, de amigo a amigo; y, como hace bastante que no escribo ninguna gilipollez por aquí, voy  a ser yo el que uno de los que te las de. 
Verás que, antes de continuar, quiero que sepas que te entiendo. De verdad.
Alguien que, digamos, tenga inclinaciones pacifistas o no-violentas, o que sienta cierta predilección por el diálogo y la negociación, no se mete a policía antidisturbios. Dicho de otro modo, para que me entiendas: Esa clase de jipis maricones que no saben apreciar el placer de que se te ponga tiesa al arrear unas buenas hostias bien dadas no eligen tu trabajo.
Ser antidisturbios es algo vocacional; te lo digo yo, que conozco a algunos candidatos. Eso de ver tu yo futuro vestido de Robocop, armado con escudo y porra (y, si ese día hay suerte, con algo mas potente) no es lo que se le pasa por la cabeza a la mayoría de la gente. No, tío: Tú y yo sabemos que hay que tener cierto carácter. Leo de vez en cuando el foro de los polis, y sé que estás de acuerdo conmigo.
Es cierto que muchos mierdas opinan que eso del casco, la porra y el escudo, unido a que se te suele olvidar la identificación, es de cobardes. Pero tu sabes que tener huevos no es ser gilipollas. Y yendo bién protegido es mucho más divertido (y cómodo) machacar piojosos. Sobre todo cuando vas con los colegas.
Y no creas que me engaño. Sé que eres un puto mandado, que prácticamente no puedes decidir a quién aporreas, ni cuándo ni cómo.
Sé que, cuando a algún politicucho o mandamás le interesa, te manda a ti (o manda a alguien que manda a alguien que te manda a ti, ya nos entendemos) a solucionarle algún marrón. Sé que es él el que decide hasta donde puedes llegar, según le interese. Y sé que es él el que, si luego la cosa sale chunga, no dudará en descargar sobre ti toda la responsabilidad, para salvar su democrático culo.
Pero tampoco nos engañemos, también tienes a la prensa, la televisión y todos esos, que te van a echar una mano, descargando un poquito la responsabilidad, si puede ser.
Ya, ya sé que esos mierdas no son de fiar, que se pondrán en tu contra si con ello venden más periódicos o hacen más audiencia, o lo que sea. Pero, ya sabes, normalmente simplemente pasan y se limitan a copiar la nota de prensa que les manda tu jefe.
Y también está la gente. La gente buena, honrada y respetuosa de las leyes y sus representantes. Los que cambian de acera acojonados al verte llegar. Esos que saben que tú eres la puta ley y se cagan preceptivamente al verte. Esos que no van por ahí manifestándose y que saben que, si alguien ha sido lo bastante imbécil para ponerse a tu alcance, es que no es trigo limpio. Que no les importa a quién le arreas, mientras no sea a ellos y eso no cambie su cómoda y aburrida vida.
Pero ahora, tío, siento decirte que el juego ha cambiado.
No es por los políticos, o la prensa, o la gente. Evidentemente, tampoco es por ti. Puedes llamarlo, si quieres, el signo de los tiempos.
Antes podías dedicarte a aporrear a esos putos mierdas en la cabeza hasta que escupiesen el cerebro, o podías meterles una bola de goma entre los dientes mientras la prensa miraba a otro sitio o empleaba el tiempo inventando una justificación.
Pero ahora, el que parece un jipi y un tirado que no tiene para jabón (ni sabría para qué usarlo, el muy guarro), sí que tiene para pagarse un puto teléfono con cámara de fotos y conexión a Internet.
Y cada vez que vas a acercarte a uno de ellos con la deportiva intención de reventarles las pelotas, llega una multitud de piojosos a grabarte la jeta manchada de sangre de punky. Y eso te corta el rollo en mitad del orgasmo. Cabrones.
Que sí, que tienes a los colegas. Que sabes que puedes confiar en ellos, esprit de corps y esas mierdas, que enseguida se pondrán alrededor para ocultar la escena con sus cuerpos, los escudos, o lo que sea. Pero ya te obligan a estar al quite, y no te puedes dedicar a pegar con la alegría que lo hacías antes.
Y la cosa va a más. Porque antes, les quitabas la camarita de mierda y se te caía, o se perdía la tarjetita de memoria, o el carrete, o se borraba, o lo que fuera; ya sabes. Pero ahora los muy hijos de puta lo suben directamente a Internet, en el mismo tiempo en el que tardas en cagarte en su puta madre; y para entonces ya están allí, y las están viendo otros como ellos, y eso no puedes (todavía) evitarlo.
Por ahora la cosa es leve, porque la mayoría de la gente no usa Internet para informarse, más allá del fútbol y la programación, sino que se entera de las cosas por la tele, que solo enseñarán lo que haga falta enseñar. Pero cada vez más gente está en el facebook, el twitter y todas esas porquerías, y cada vez más se enteran de más cosas; aunque no quieran, los muy gilipollas.
Y, quizás no lo has pensado, un día tu hija verá tu foto aporreando niñatos y comprenderá por qué volvías del trabajo con una erección. Y a ver cómo se lo explicas.
Y todo por culpa de esos mamones que, de todas formas, se merecen esas hostias.
O sea que, de ahora en adelante, ándate con ojo. Y sonríe, porque te están grabando.