Hoy es domingo. Y los domingos no hay posts, que son para el asueto.
(La chica de la izquierda es obra de Tony Diterlizzi)
Mi especial agradecimiento a Campanilla, que me consiguió este lúbrico súcubo.
Unas pocas cifras relativas al cuerpo humano, solo para pasar el rato:
El pelo crece en torno a un centímetro al mes. Con una esperanza de vida de unos 82 años, un español tendría a la hora de su muerte, en teoría, una cabellera de casi diez metros.
El intestino delgado mide unos seis metros de longitud (Aún así, no es recomendable usarlo para tender la ropa). Todo el aparato digestivo suma unos once metros.
Cada día los riñones filtran unos 180 litros de sangre, de los que extraen un litro y medio de orina. Las glándulas salivares producen, en cambio, unos dos litros y medios de saliva al día.
La piel humana de un adulto cubre unos dos metros cuadrados. Sin embargo, la superficie de los alveolos pulmonares suma unos 80 metros cuadradados. Tenemos cuarenta veces más superficie por dentro que por fuera.
La sangre tiene unos cinco millones de góbulos rojos... por milímetro cúblico.
El cerebro tiene unos cien mil millones de neuronas. Es decir: Hay unas quince veces más neuronas en tu cabeza que personas sobre la faz de la tierra. Sin embargo, si te diesen un dolar americano por cada una de ellas, "solo" tendrías la décima parte del gasto militar mundial de 2004 (Trste pero cierto: El planeta gastó más de ciento cincuenta dólares por persona para estos fines).
La eyaculación de un hombre contiene unos trescientos millones de espermatozoides.
Como, en teoría, un solo espermatozoide es necesario para fecundar un óvulo, una sola eyaculación sería suficiente para dejar embarazadas a todas las mujeres de China.
O, si lo prefieres, suficiente para fecundar a todas las mujeres de todos los países de habla hispana... Dos veces.
Dá un poco de miedo...
El viejo y asmático Dart Vader lo sabía: Es muy fácil dejarse llevar por el poder del lado oscuro. El lado oscuro te llama, te atrae. no puedes resistirte a él.
La fuerza es muy intensa en tí, joven Skywalker, pero no subestimes el poder del lado oscuro.
Ahora ya sabes por qué.
Dicen que, cuando Pierre Simon de Laplace presentó a Napoleón su "Traité du Mécanique Céleste" en la que explicaba (en cinco complicados y farragosos volúmenes) el movimiento del sistema solar, el emperador (seguramente intentando poner al científico en un aprieto) le preguntó que cómo podía haber escrito ese libro, sin tan siquiera mencionar al Creador del Universo.
Laplace, que tenía fama de no achantarse fácilmente, le respondió orgullosamente "No he tenido necesidad de esa hipótesis" ("Je n'ai pas eu besoin de cette hypothèse").
Se suele tomar esta frase como una especie de declaración de principios, de manifiesto ateo. Se interpreta como un grito de independencia, del hombre que dice "No necesito a Dios".
Y la verdad es que no es cierto. No sé cuales serían las creencias de Laplace, ni su militancia relogiosa o atea. Pero la frase, en este contexto, no tenía esa intención. Pero, para Laplace, el sacar "esa hipótesis" de sus cálculos era un reto (y un logro) personal e intelectual fundamental.
Unos cien años antes, Isaac Newton y su gravedad habían descrito el universo a todas las escalas. Usando el ejemplo clásico, desde la caída de una manzana a la órbita de la luna estaban regidos por las mismas leyes y eran igualmente descriptibles. Para lograr esto, el gran Newton tuvo que inventar toda una nueva matemática, el cálculo diferencial (que Newton llamó "Fluxiones").
Pero, cuando Newton se enfrentó al problema de describir el sistema solar, se encontró que (además de que los cálculos se volvían tremendamente complicados) en su sistema aparecían pequeñas irregularidades, ciertas anomalías que rompían el equilibrio y hacían a sus órbitas inestables.
Al enfrentarse a ello, Newton tuvo que echar mano de "esa hipótesis", y suponer que Dios se dedicaba, como una especie de relojero de segunda, a ajustar las órbitas de vez en cuando, para evitar que todo se fuera al carajo.
Cabe decir que a Newton, que era profundamente religioso, probablemente no le costó ningún esfuerzo aceptar la mano divina en sus cálculos. También hay que decir que suponer que va a venir alguien de vez en cuando a mover lo planetas para que estos se ajusten a tus ecuaciones es bastante pretencioso. Y sobre todo, desde el punto de vista científico, es un poco chapuzas: Si recurres a Dios cada vez que tu teoría te falla, mejor será que cambies de negocio.
Pero cuando Laplace aplicó al problema todo su genio matemático (que era mucho), sumado a los conocimientos acumulados de cién años, pudo superar a Newton en su descripción de las órbitas planetarias, sin utilizar "esa hipótesis".
Sabiendo esto, puedes ver que el merecido orgullo de Laplace no venía de su convicción atea, de haber "destronado a Dios" ni de nada parecido. Laplace podía jactarse, ante Napoleón o ante quien fuera, de haber superado a uno de los mayores genios de la historia, el gran Newton.
El otro día leía a tecnochica, que intentaba responder a una pregunta en la que pocas veces caemos, pero que me parece bastante interesante: ¿Por qué lo hombres tenemos pezones?
Y yo me miro y, efectivamente, tengo pezones a pesar de ser hombre. No es una sorpresa, han estado ahí toda mi vida, pero no veo que me sirvan para nada (podría ponerme un piercing, por ejemplo, pero no es "mi estilo").
(Y mi notoria carencia de tetas, cabría añadir)
La cosa, si la piensas un poco, no deja de ser curiosa. Todas las hembras de los mamíferos poseen unas glándulas, las mamas, que generan la leche con que se alimentará a las crías durante la primera etapa de su vida. En la mayoría de ellas, estas glándulas terminan en una pequeña estructura, el pezón, que sirve para que la cría pueda sujetarlo con la boca a la hora de alimentarse.
El caso es que esto explica por qué las hembras humanas tienen pezones. Pero no por qué los tenemos los machos.
Despues de todo, nosotros no amamantamos a las crías y, de hecho, no tenemos glándulas mamarias.
Tecnochica cuenta que la producción de estrógenos en el varón es insuficiente para provocar el desarrollo de las mamas. Pero esto, que es cierto, explica porqué Psicobyte no tiene tetas, pero no dice nada de por qué sí tiene pezones.
Para responder a eso hay que retroceder hasta el útero materno, cuando el embrión está creciendo y desarrollándose.
Como ya te comenté una vez, el sexo en los humanos viene determinado por los cromosomas sexuales: La presencia de dos cromosomas X dará lugar a una niña, y con la de un X y un Y tendremos un niño.
Pero esto no quiere decir que toda la información relativa a la construcción de un varón esté contenida en el cromosoma Y. De hecho, este cromosoma es muy pequeño y parte de su información está replicada en el cromosoma X (y una buena parte de resto es "ADN basura"). Su labor no es dar las instrucciones para, por ejemplo, crear un pene y un par de testículos. Su trabajo es, básicamente, decir "vamos a hacer un niño, en lugar de una niña".
El caso esa que todo ser humano, ya sea hombre o mujer, tiene en sus genes casi toda la información necesaria para construir tanto un hombre como una mujer.
Pero, además, es que hombres y mujeres estamos construidos a partir del mismo "plan" y por el mismo proceso. De hecho, pese a que el sexo del nonato ya está decidido desde el mismo momento de la concepción, el desarrollo del embrión durante las primeras semanas es el mismo en hombres y mujeres.
el organo sexual comienza a aparecer partir de las cuatro semanas.
Y digo el "órgano sexual", en singular, porque, por ahora, es el mismo órgano indefinido para ambos sexos (aunque más parecido al femenino que al masculino).
A partir de la sexta semana es cuando aparece el inicio de las glándulas mamarias (en ambos sexos), mientras comienzan a aparecer grupos de células que serán los ovarios o los testículos según el sexo del niño. A pesar de ello, el sexo sigue siendo imposible de determinar sin examinar sus cromosomas.
A las siete semanas aproximadamente los pezones ya han aparecido como pequeñas manchitas oscuras.
A las ocho o nueve semanas, cuando las glándulas sexuales están lo sificientemente desarrolladas, comienzan a emitir hormonas que son las que separan los destinos de niñas y niñas. Los órganos sexuales comienzan a diferenciarse.
Los acontecimientos de la octava semana son interesantes y puedes darnos una pista a lo que buscamos: Los órganos sexuales masculinos y femeninos tienen origen en estructuras comunes que son anteriores: El clítoris es un homólogo del glande, el capuchón del clítoris tiene su equivalente en el prepucio, los labios mayores equivalen al escroto...
Nota que la verdadera diferenciación sexual no se dá hasta las ocho semanas, con la generación de hormonas. Hasta entonces todo el desarrollo (sexual o no) ha sido el mismo en ambos sexos. Las glándulas mamarias y el órgano sexual ya estaban allí, iguales en ambos sexos.
De hecho, pese a que los órganos sexuales se diferenciarán mucho antes del nacimiento, las mamas aún tardarán unos años en terminar su desarrollo en las mujeres. Seguirán siendo las mismas para ambos sexos hasta la pubertad.
De modo que volviendo a la pregunta del principio: ¿Por qué los hombres tienen pezones?
Porque los pezones surgen antes de la diferenciación sexual. Porque hombres y mujeres estamos construídos, básicamente, del mismo modo. No tienen ninguna función en los hombres pero, dado que aparecen antes de ser hombre o mujer, si quieres que las hembras los tengan, deben tenerlos también los machos.
Paradójicamente, los hombres tenemos pezones porque el cuerpo de las mujeres los necesita para amamantar a los hijos.